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» Diario Cordoba
Fecha: 15/09/2025 12:06
Suena el teléfono, me lo pongo al oído y oigo la voz de mi amiga Esperanza: «¿Cómo estás? Con tantas idas y venidas de unos y de otros, estamos sin hablar desde junio. A ver si ahora, que ya han empezado los colegios, tenemos tiempo de tomarnos un café.» Es que Esperanza pertenece a ese grupo de abuelas y abuelos entregados a la causa familiar y tanto ella como su marido se pasan el día trayendo y llevando niños a todo tipo de actividades escolares y extraescolares; cuando no hay colegio, tienen en casa la guardería montada para los nietos. Me preocupa un poco que pueda tener algún problema, ya que me ha propuesto un café y no una cerveza, que suena más festiva. El café sugiere trabajo y rapidez. Además, ella sabe que rara vez tomo café. Lo tomé mucho en mis años jóvenes, cuando necesitaba mantenerme despierta -siempre he sido más de madrugar que de trasnochar- por la noche, para estudiar o para aguantar los intensos debates, clandestinos en aquel tiempo, que sobre lo divino y lo humano -política, religión, novela, teatro, cine...- organizaban mis amigos alrededor de la mesa camilla, sobre la cual la cafetera ostentaba el protagonismo absoluto junto a los los paquetes de tabaco negro y sus correspondientes encendedores. Se fumaba sin parar. Aquello de encender un cigarrillo con la colilla del otro era literal. Luego ya, durante mi vida laboral, el café me gustó lo justo como para distinguir entre el bueno y el malo y para cubrir el expediente de lo que se puede tomar a determinadas horas en un bar mientras haces tiempo para otra cosa. Esperanza me tranquiliza: «Que no, que no me pasa nada, que es una manera de hablar. He dicho café porque quiero quedar a las diez de la mañana y no creo que quieras empezar con la cerveza tan temprano.» «Fíjate -le digo, obviando la indirecta- que me va gustando más el té que el café; pero no por el sabor, sino por las ceremonias que lo rodean y la cantidad de adminículos que acompañan su preparación. Resulta muy entretenido.» «Siempre has sido muy pegosa (ya se que no viene en el diccionario, pero cualquier persona de Córdoba me entenderá).» «Pues si le llamas ser pegosa a que me gusten los maravillosos juegos de té con sus teteras, tazas, platillos y platos, soy una pegosa. Eso por hablar de nuestro té clásico, que es al estilo inglés, que si nos ponemos con el japonés o el tuareg...». Esperanza se desespera: «Bueno. ¿Que si quieres quedar para tomar un café, aunque sea descafeinado?». «Pues claro que quiero. Tomar un café contigo, Esperanza, en cualquiera de los sentidos que se tome, es el mejor principio de curso». *Académica
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