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  • Llegó la hora de hacer lo que Milei aborrece: Política

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 13/09/2025 22:00

    Perdió Milei. En este primer round, quedó tambaleante arriba del escenario, pidiendo la toalla y tiempo hasta el 25 de octubre. Es por lo que él apostó: salir a campo abierto en la provincia de Buenos Aires, en un mano a mano con el peronismo revuelto (pero junto) y contra los intendentes que se jugaban la ropa y en muchos casos su continuidad en el poder. Con una economía que todavía, más allá del índice de inflación, no da señales concretas de recuperación. Con un año y medio de ajuste sobre el lomo, porque la casta todavía espera su propio ajuste, la sociedad dio una clara señal de fatiga. Buenos Aires fue el primer paso, la incógnita será en octubre si se sumará el resto del país, que no siempre vota como los bonaerenses. Puede interesarte Milei llegó al poder desnudo. Sin aparato partidario que lo respaldara y con el objetivo de consolidar su propio liderazgo. Desguazó al PRO, se quedó con Patricia Bullrich y apartó a Mauricio Macri. Le hizo la vida imposible al primo en CABA y fue eliminando uno por uno a muchos de los aliados que lo apoyaron en aquel balotaje con Sergio Massa. Con los gobernadores afines tuvo idas y vueltas. Los ninguneó y criticó con severidad, insultos incluidos, hasta que le retiraron buena parte del apoyo en el Congreso de la Nación. El Presidente concibe la política desde la antipolítica. Odia el Estado como lo ha definido y no cree en hacer política. El pobre Guillermo Francos, el único con back para llevar adelante las relaciones del gobierno con el resto de los poderes, no puede todo. Cada pelea que desde el poder se genera, decanta en un enemigo que acumula facturas. La política es el arte de lo posible y lo imposible. El Presidente debería haber aprendido en este tiempo que no se puede gobernar sin hacer política. Hay una serie danesa, Borgen, que retrata cómo es por dentro el poder en Dinamarca. Una sociedad distinta a la nuestra, estricta en el control de quienes se dedican a la función pública. “El poder no es un perro que salta a tu regazo, hay que aferrarlo y controlarlo”, le dice el asesor a quien aspira a ser la primera mujer en dirigir los destinos de los daneses. No es posible ejercer el poder sin hacer política. No se trata de convicciones o principios, ni siquiera de cuestiones ideológicas. Haber nacionalizado la elección en Buenos Aires fue un error. Lo mismo dejar el manejo del armado en manos poco expertas. El proceso electoral del 2023 será único e irrepetible. Por algo tan sencillo como obvio. No es lo mismo aspirar al poder que ejercerlo durante casi dos años. En un camino ascendente, sin desgaste, y con una sociedad enojada, todo es más fácil. Es cierto que la economía es determinante en los procesos electorales. Hay tantos antecedentes como inmensas bibliotecas. Pero un proceso de cambio profundo, como sostiene que quiere hacer el Presidente, requiere de una estructura política y jurídica que lo proteja. El desprecio por una mayoría parlamentaria tampoco es inocuo. Las peleas reiteradas y descalificatorias con la prensa lo mismo. Tomar medidas en áreas como la salud o la educación que implican recortes, requieren de espaldas anchas. La baja de la inflación no alcanza. Y, si aparecen sospechas de corrupción en lo más alto del poder, se puede cantar bingo. El hastío con la corrupción, típica de la casta, fue uno de los motores que depositó a Milei en la Casa Rosada. Puede interesarte El que sonrió fuerte fue Axel Kicilloff. El Gobernador bonaerense no sólo ganó la elección, se allanó el camino para las presidenciales del 2027. Con Cristina presa y Massa controlado, Kicillof no tiene grandes rivales a la vista. Recogió el guante y compitió mano a mano con Milei que le ofreció ese escenario. Demostró además que, si el peronismo está junto, es casi invencible en Buenos Aires, por si alguien tenía alguna duda. El tránsito hacia el 25 de octubre estará plagado de sorpresas. Los libertarios tratando de digerir el golpe. Viendo lo que hace el líder y si toma nota de los errores. Los gobernadores, ahora fortalecidos ante la debilidad del gobierno, redoblan la apuesta por más fondos. El Presidente vetó la ley de distribución automática de los ATN, pero quiere negociar uno por uno. Del otro lado desconfían, hubo muchas promesas de fondos que no se cumplieron. Es que, mal que le pese al ideario libertario, llegó la hora de hacer política. Ya no es una cuestión aleatoria, se trata de la supervivencia misma.

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