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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 13/09/2025 22:00
Esta semana, por primera vez en 112 años, el Hospital Centenario está al frente de una mujer. La elegida es la doctora Andrea Martins, la única pediatra otorrinolaringóloga de Entre Ríos y referente en su especialidad. Gualeguaychuense por adopción, decidió conformar su familia y hacer su carrera profesional en nuestra ciudad. Es mamá de tres hijos y lleva muchos años desempeñándose en el Hospital, además de trabajar en el ámbito privado. En diálogo exclusivo con Ahora ElDía, Martins habló sobre los desafíos que tiene por delante su gestión, la impronta que pretende darle a la conducción y el orgullo de marcar un precedente histórico en la institución. Puede interesarte ¿Qué significa para vos ser la primera directora mujer del Hospital Centenario? Es un orgullo y un honor que me hayan tenido en cuenta. Siempre voy a estar agradecida a las personas que pensaron que tengo la capacidad y la experiencia de poder ocupar este rol tan importante en el Hospital. Todos sabemos que es un lugar complejo: siempre digo que no se parece a ninguna otra institución porque tiene muchas variables y, sobre todo, porque trabajamos con la salud de las personas, que es un bien esencial y el más preciado. Desde ese lugar la responsabilidad es enorme. Por eso estoy muy contenta de que me hayan confiado esta tarea y de estar al frente de la Dirección. Tu designación abre un camino para más mujeres en la gestión y en lugares de toma de decisiones… Sí, ojalá sea la primera y después vengan muchas más, y también muchos más. Creo que lo central en estos casos es la capacitación, pero también la pertenencia a un lugar. Para mí, querer al lugar donde trabajás y desear lo mejor para él es fundamental. El Hospital Centenario es único en la ciudad, y eso nos obliga a comprometernos. Yo estoy acá para poner al hospital en el lugar que merece, para ocuparme y trabajar en conjunto. Siempre digo esto: me han elegido a mí, pero esto no puedo hacerlo sola. Acá somos un gran equipo, integrado no sólo por la Dirección sino por cada trabajador y trabajadora. Todos damos lo mejor para que las cosas salgan bien. ¿Cómo conformaste tu equipo directivo? En la selección valoré algo clave: que conozcan el Hospital, que sean parte de su esencia y sepan cómo se trabaja acá. Ese conocimiento técnico y humano es indispensable. Convoqué profesionales de diferentes sectores: María Colamarino, toco-ginecóloga, atenta a todo lo que es maternidad, ginecología y quirófano; Fernanda González Viollaz, médica de guardia desde hace muchos años, conoce la urgencia, el servicio de traslados, los consultorios y la sala; y Federico Gini Cambaceres, pediatra, fundamental para el área y la guardia pediátrica. En mi caso, vengo de la pediatría y luego hice una residencia en otorrinolaringología, lo que me vinculó con el quirófano. Pasé por distintos sectores y además me formé como auditora médica e hice una especialización en administración hospitalaria, para comprender también los procesos administrativos, que en la formación médica no se abordan. La convocatoria tuvo que ver con eso: aportar conocimiento, técnica y, al mismo tiempo, trabajar en habilidades blandas, que hoy son imprescindibles en cualquier equipo de salud. Lo técnico lo tengo claro; el desafío es poner en marcha todo lo demás. Puede interesarte Si te tenés que plantear un gran objetivo, un sueño dentro de tu conducción del hospital ¿Cuál sería? El objetivo que tenemos hace tiempo es que finalmente se termine el hospital nuevo. Es un sueño colectivo y un salto de calidad enorme para toda la ciudad. Si me toca transitar ese proceso, lo haré feliz de la vida, dando lo mejor para que se concrete de la mejor manera. En lo inmediato, voy a trabajar sobre la estructura. Y no solamente en la edilicia, que tiene sus dificultades, sino también en la organización del recurso humano y su distribución. Vamos a definir prioridades, revisar el sistema de turnos para que sea más dinámico y evaluar qué estrategias y procesos podemos implementar para mejorar lo que hoy presenta mayores dificultades. ¿Cómo ves la situación de la salud en general en este contexto de crisis? La salud en general es un enorme desafío. No es únicamente un problema de Gualeguaychú ni de Entre Ríos: es del país entero, y no viene de ahora sino de hace muchos años. Lamentablemente, los que trabajamos en salud muchas veces nos acostumbramos a vivir en esa condición y se terminan naturalizando dificultades que deberían visibilizarse más. A pesar de eso, estoy convencida de que siempre hay que dar lo mejor. Quien trabaja en salud lo hace con vocación, y si no fuera así, sería imposible sostenerse en el tiempo. Yo pongo mi granito de arena para cambiar lo que pueda, sabiendo que es difícil y depende de muchos factores. Hoy la crisis impacta directamente en la demanda del hospital. La situación de las obras sociales es crítica, cada vez más gente queda sin cobertura y se vuelca al sistema público, que no siempre alcanza a cubrir esa demanda creciente. El mayor cuello de botella está en los recursos humanos, que son lo más difícil de ampliar y sostener. ¿Qué imagen sentís que la gente tiene del Hospital? ¿Se lo valora? Creo que sí, y que eso se contagia. Acá trabajamos muchas personas en distintas funciones, y el valor que tiene se transmite de arriba hacia abajo. Si lo asumimos con entusiasmo, optimismo y conciencia de la realidad, si aportamos desde lo que cada uno puede, esa energía se nota. Mi apuesta es que mis compañeros vengan contentos a trabajar, que se sientan cómodos y orgullosos de su lugar. Y si a eso se suman mejoras en la infraestructura y en los procesos, mucho mejor. El Centenario es un símbolo de la ciudad y tenemos que cuidarlo entre todos.
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