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  • “Lo hice por el señor”: el día que un maestro desequilibrado atacó a cuchillazos “La ronda de noche”, la obra más famosa de Rembrandt

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/09/2025 04:44

    “La ronda de noche”, de Rembrandt Nadie le prestó atención al hombre que entró al Rijksmuseum, en Ámsterdam, y recorrió con paso tranquilo, como cualquier otro visitante, las salas del museo hasta llegar frente a la pieza más importante de la colección de pinturas de Rembrandt. Era sábado, había mucha gente y el tipo no tenía nada de particular. De pie frente a La ronda de noche, durante unos segundos —tal vez un minuto— pareció sumergirse en la contemplación de la obra, en esos detalles que la ponen en la cima de la producción del pintor neerlandés. Después todo sucedió a una velocidad de vértigo. El hombre sacó un cuchillo del bolsillo y se abalanzó sobre la pintura. Al verlo, el guardia más cercano reaccionó rápido y alcanzó a sujetar el brazo con el que sostenía el arma, pero el tipo —corpulento, fuerte— se lo sacó de encima y acuchilló la tela una, dos, hasta doce veces antes de que finalmente tres guardias pudieran detenerlo. El daño ya estaba hecho: la obra maestra de 359 por 438 centímetros tenía una sección de dos metros de ancho severamente dañada. “Lo hice por el Señor”, le escucharon decir los guardias. La noticia impactó no solo en el mundo del arte. Al día siguiente, por ejemplo, The New York Times la incluyó entre sus títulos de tapa y relató los pormenores del caso. “La ronda de noche ha sido cortada y desfigurada por un hombre armado con un cuchillo”, informó y describió de manera detallada los daños. En cambio, poco pudo informar sobre la identidad del agresor porque al considerarlo un desequilibrado mental las autoridades neerlandesas decidieron preservar su nombre. Solo dijeron que se trataba de un varón de 46 años, maestro de escuela retirado, con problemas de salud mental. De lo que ocurrió con él después tampoco se sabe mucho: que fue internado en un hospital psiquiátrico estatal donde se suicidó meses más tarde. Muy afectada, la pintura pudo sin embargo ser restaurada, aunque todavía hoy se pueden apreciar algunas huellas del atentado, el más grave pero no el único que sufrió desde que Rembrandt terminó de pintarla en 1642. Después de diferentes ataques a la obra, el Rijksmuseum de Ámsterdam inició un proceso de investigación y restauración de esta pintura, considerada una de las más famosas de Rembrandt. (EFE/ Imane Rachidi) Un trabajo por encargo Como muchas de las más famosas obras de arte, La ronda de noche fue pintada por encargo. Rembrandt Harmenszoon van Rijn la encaró en 1641, cuando la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam se la encomendó para engalanar el Gran Salón, del Kloveniersdoelen, sede de la milicia. Por eso se trata de una pintura de dimensiones casi monumentales, pensada para presidir un espacio muy amplio. Los personajes que aparecen en ella son reales. Representa a la milicia del capitán Frans Banninck Cocq en el momento en el que este da la orden de marchar a su segundo, el alférez Willem van Ruytenburch. Detrás de ellos aparecen los 18 integrantes de la Compañía, que pagaron una media de cien florines al pintor por aparecer en el cuadro, una suma más que considerable para la época. Los dos oficiales probablemente pagaron más, por el lugar privilegiado que ocupan. También aparece una niña de identidad desconocida con un vestido dorado, que se cree que es la primera mujer del pintor, fallecida el mismo año en que pintó la obra. Su papel en la composición es de una mascota simbólica. Las patas del pollo muerto que cuelgan de su cinturón representan el emblema de los Arcabuceros. Los otros soldados son Reinier Engelen, Jan Pietersen Bronchorst, Elbert Willemsen, Herman Jacobsen Wormskerck, Jan van der Heede, Jan Visscher Cornelissen, Claes van Cruijsbergen, Jan Ockersen, Jan Andriaensen Keijser, Walich Schellingwou, Jan Claesen Leijdeckers, Barent Harmansen Bolhamer, Rombout Kemp, Paulus Schoonhoven y Jacob Jorisz. En total, Rembrandt cobró 1600 florines por el cuadro, que entregó en 1642, aunque tuvo dificultades para recibir el dinero porque muchos de los representados no quedaron satisfechos con el lugar donde estaban ubicados en la tela o cómo se los mostraba. La pintura estuvo colgada al principio junto a varios retratos de grupo enormes, lo que le daba a quienes visitaban la sede de los guardias una sensación de estar rodeados por los milicianos fuertes que protegían la ciudad. En 1715 la pintura fue trasladada al Ayuntamiento en la Plaza Dam —el actual Palacio Real— y para colocarla allí sufrió su primera mutilación: para que cupiera le cortaron un poco a cada uno de sus cuatro lados, con lo cual tres de los personajes quedaron eliminados de la escena. Se conoce su aspecto original debido a diferentes copias que se hicieron antes de ese año, entre las que se cuenta una réplica de Gerrit Lundens conservada en la National Gallery de Londres. Una investigadora trabaja en la restauración de la obra maestra de Rembrandt, "La ronda de noche", en el Rijksmuseum de Ámsterdam, el 19 de noviembre de 2024. (Simon Wohlfahrt/AFP) La noche que era día Aunque se la conoce mundialmente como La ronda de noche, Rembrandt nunca tituló así su obra. En uno de los bocetos que realizó antes de pintarla hay una inscripción que puede considerarse su nombre original: “La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh”. La primera vez que la llamaron La ronda nocturna fue en 1897 y el nombre se debe a un desconocimiento y a una confusión: con el paso de los años, el barniz que protegía a la pintura estaba tan viejo y manchado que hacía parecer que el pintor había representado una escena nocturna. Recién en 1947 se redescubrió que no era así. Durante la Segunda Guerra Mundial, las piezas más importantes del Rijksmuseum fueron escondidas en diferentes búnkers denominados Refugios Nacionales construidos en las dunas de Heemskerk y Zandvoort. En 1942, La ronda nocturna fue trasladada a una cueva en St. Pietersberg, Maastricht, donde la tela permaneció enrollada hasta el final de la guerra. Recién en junio de 1945 volvió al museo, donde un equipo a las órdenes de Henricus Hubertus Mertens inició trabajos de restauración que se prolongaron durante casi dos años. Fue entonces cuando se vio que la obra solo estaba oscurecida por la degradación del barniz y por la suciedad acumulada durante años y que la escena que había pintado Rembrandt tenía lugar durante el día. Sin embargo, y pese al descubrimiento, hoy se la sigue llamando con el nombre nacido de aquella confusión. Un restaurador prepara la famosa pintura de Rembrandt, protegida por una barrera de vidrio y videovigilancia, mientras se somete a una reparación pública, en el Rijksmuseum de Ámsterdam. (REUTERS) Los otros ataques El vandálico ataque perpetrado por ese anónimo maestro desequilibrado en septiembre de 1975 no fue el primero sufrido por la obra maestra de Rembrandt. En 1911, un cocinero neerlandés que había sido expulsado de la Marina de Países Bajos entró al Rijksmuseum y le asestó una puñalada al lienzo. La pintura sufrió un enorme corte en su centro geométrico y quedaron dañadas las dos figuras principales de la composición. Cuando lo detuvieron el hombre dijo que su ataque era un acto de venganza contra el país por haberlo dejado sin trabajo y que había elegido La ronda de noche como blanco porque era la obra de arte más famosa de Holanda. En 1990 se sumó un tercer acto de vandalismo contra el cuadro, esa vez perpetrado por un joven de 28 años, también desequilibrado, que arrojó ácido contra la pintura. Fue reducido de inmediato y los daños fueron mínimos porque los guardias rociaron de inmediato el lienzo con un químico que lo neutralizó. La ronda de noche no es el único cuadro de Rembrandt que ha sufrido ataques. También en 1990 un hombre rasgó con un cuchillo el vientre y un muslo de Dánae, que se exhibía en el Hermitage, y le lanzó ácido, lo que generó destrozos que necesitaron doce años de restauración. En 1997 volvió al museo, pero protegida por un vidrio blindado. La antigüedad de la obra, sus vicisitudes y los ataques sufridos por el más famoso de los cuadros de Rembrandt llevaron a que en 2019, un equipo de científicos pusiera en marcha la “Operación Ronda de Noche”, un proyecto de investigación y conservación para estudiar cómo el maestro flamenco había creado la obra y evaluar su estado. La investigación descubrió que, debido a la humedad, el sulfuro de cadmio original se convirtió en sulfato de cadmio, modificando los pigmentos amarillos, un descubrimiento que ayudó a optimizar las condiciones de conservación del cuadro y a minimizar su exposición a niveles de humedad relativa del 45% o menos. “La ‘Operación Ronda de Noche’ es la investigación más exhaustiva y tecnológicamente avanzada en la historia de la pintura. Este estudio detallado es necesario para determinar el mejor plan de tratamiento y preservarla para las generaciones futuras”, se puede leer en la página oficial del Rijksmuseum. Eso y, claro, evitar que sufra nuevos actos vandálicos.

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