Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Sebastián Vega: "Debía permitirme ser este nuevo Sebastián"

    Gualeguaychu » Reporte2820

    Fecha: 13/09/2025 00:40

    El jugador y capitán del equipo de Básquet de Boca Juniors, Sebastián Vega, habló sobre cuánto cambió su vida cuando superó miedos y prejuicios sobre su sexualidad. El 18 de febrero de 2022, se escuchó “Puto de mierda”, desde una tribuna en Santiago del Estero, un grito que se ahogó en el silencio de un estadio que no festejó semejante agresión y que celebró que sacaron a las personas que buscaron lastimarlo. Sebastián Vega se enojó mucho, pero mucho. El técnico Martín Villagrán lo sacó para que pueda recomponerse y cuando regresó a la cancha con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, el público rival, el de Quimsa, lo aplaudió de pie. En su cuenta personal de X, Sebastián fue el primer jugador de básquet en hablar públicamente de su sexualidad. “No quería ocultarme más. No estaba haciendo nada malo, no había matado a nadie. Fueron años agobiantes en los que el miedo directamente me paralizaba”, escribió Vega hace cinco temporadas. Todas estas historias construyeron al Sebastián Vega de hoy, que a los 37 años vive libre, pleno, sin complejos y que puede disfrutar. Es capitán de Boca, fue uno de los principales responsables del último título de la Liga Nacional de la entidad xeneize y se permite vivir libremente su sexualidad en un universo deportivo en el que el machismo y la homofobia dominan la escena. El 28 de diciembre de 2017, Sebastián llegó a su casa en Gualeguaychú y le pidió a su papá, Juan, y a su mamá, Carlota, charlar unos minutos. No paraba de temblar, estaba a punto de liberarse, pero con el temor de una reacción intempestiva de su papá, un hombre de casi 70 años y criado en el campo. Fue dispuesto a que lo echasen de su casa. Tomó aire y les contó que era gay. Fue un momento en el que el tiempo se detuvo, a Juan se le aflojaron las piernas y Carlota tuvo que acercarle una silla para evitar de que se desplome. Sebastián se quedó inmóvil, no sabía bien que hacer. Pasaron algunos algunos minutos, quizá fueron segundos, pero para él fueron eternos, hasta que vio que Juan fue hacia él y le agarró la cara con las dos manos. Sebastián cerró los ojos, pensó cualquier cosa, pero en ese momento escuchó la frase que le cambió la vida: “Hijo, yo te amo”. Todas estas historias construyeron al Sebastián Vega de hoy, que a los 37 años vive libre, pleno, sin complejos y que puede disfrutar. No imaginó que podía ser de esta manera, que iba a sentirse tan querido y respetado, porque él pensaba que su carrera como jugador de básquetbol se iba a terminar cuando abriera una puerta que nadie antes se había atrevido. Sin embargo, nada de eso sucedió, es capitán de Boca, fue uno de los principales responsables del último título de la Liga Nacional de la entidad xeneize y se permite vivir libremente su sexualidad en un universo deportivo en el que el machismo y la homofobia dominan la escena. Fueron muchos años en los que soportó en silencio. Comenzó su carrera profesional en Central Entrerriano en 2004 y desde entonces pasó por equipos como Peñarol, Quimsa, Libertad, Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, Boca, Aguada (Uruguay) y Unifacisa (Brasil). Los miedos a no poder realizar una carrera deportiva lo empujaron a tomar la determinación de cursar y finalizar una carrera universitaria, por eso se graduó como Técnico en Relaciones Laborales. Vega contó todo lo que vivió antes de hablar públicamente acerca de su sexualidad y cómo cambió su vida desde que tomó la determinación de quitarse el enorme peso de fingir acerca de quién era en realidad. "Mi terapeuta me ayudó muchísimo para empezar a entender el proceso de, primero, como siempre digo, la aceptación personal, porque al principio no entendía lo que me estaba pasando y sentía que era diferente o distinto a todos. Yo quería encajar en un ambiente en el que no me sentía incluido, o que había muchos comentarios que me discriminaban". "En un momento fue bueno: si quiero que esto realmente cambie, tengo que hacer algo, tengo que hacerme cargo. Y empecé por mi familia, que fueron los primeros en saberlo, después por mis amigos más íntimos y luego decidí hacerlo público, porque era un no puedo más", narró. Vega se acomoda en la silla y continúa su relato, en el que cada detalle permite comprender las dificultades por las que pasó: “Estaba en un lugar bastante oscuro. En el que sentía que mi vida personal y profesional iban por vías paralelas y en ningún momento las podía unificar. Porque no tenía un referente, no había un caso anterior del qué agarrarme. Me pasaba mucho que no podía compatibilizar las dos cosas y eso me llevó a lesionarme y a estar con la cabeza bastante en otra. Hasta que decidí hacerlo público". "Pensé que quería que mi vida cambie y que para eso debía hacerme cargo de lo que soy. Y si debía dejar de jugar al básquetbol, si no me bancaba todo lo que venía, bueno, lo iba a hacer para vivir mi vida personal. Incluso, arranqué a estudiar una carrera universitaria por si no podía seguir con el deporte profesional, porque mi idea era -posta- retirarme joven para poder hacer mi vida. Así que cuando lo hice público fue como que el ambiente del básquetbol me súper abrazó y fue súper cálido conmigo". "Creo que a partir de ahí también empezó como un proceso de reconocimientos, de conocerme yo en esta situación, porque antes era como tapado. Y desde entonces, entendí que debía permitirme este nuevo Sebastián, abiertamente gay”. "Cuando hablé con mi padre, si bien lo aceptó, también se tuvo que dar un proceso de adaptación. Es muy difícil todo". Cuando se trata de sus vínculos más cercanos, Seba Vega se concentra y relata cada situación a la perfección: “Me costó mucho el tema de jugármela, porque no sabía cómo hablarlo con mi familia y tampoco lo hacía con mis amigos. Cuando se lo dije a mi papá, fui pensando que me echaba de mi casa. Y también pensaba que mis amigos no me iban a aceptar. Ellos me decían: ‘¿Por qué no me lo contaste?’ Es que cuando yo te lo digo a vos, te estoy dando un poder para que vos me aceptes o no. Y le tenía mucho miedo a la pérdida de esos afectos". "Era algo tan mío eso de no hablarlo con nadie, que no lo podía resolver. Me había juntado a tomar un café con un amigo, Lucas Pérez, me acuerdo que fue en Córdoba, y él fue el que me dijo: “Che, me parece que ya es un momento de hablarlo. Tenés un nombre en la Liga, sos respetado, sos una persona súper respetuosa, nunca tuviste problemas con equipos o compañeros. Sos la persona ideal para dar ese paso”. "Me había entrenado muy mal. Estaba muy triste, entonces, se me acercó el entrenador y me dijo: “Che, ¿podemos hablar?" Yo dudé, pero me iluminé y fuimos a charlar a la sala de video. Eran como las 11 de la noche, hacía un frío tremendo, me acuerdo. Entonces Martín (Villagrán), me veía tan mal que me empieza a hablar como para convencerme de que yo no me vaya del equipo. Y claro, yo lo escuchaba, pero en un momento le digo: “Martín, no tiene nada que ver con eso. Lo que me pasa es que me acabo de separar”. "Yo estaba de novio con un chico desde hacía 7 años y siempre estaba todo tapado. Entonces, él me dice: “Ah, bueno, no sabía que estabas de novio”. Y le respondo: “Sí, con un chico, soy gay”. Se quedó blanco, pero no porque él sea homofóbico, sino porque no lo esperaba. Entonces, ahí se puso al servicio, empezó a hablarme y me dijo: “Bueno, no sé qué decirte. Lo que vos necesites, podés contar conmigo. Es una situación que nunca me pasó, pero contás conmigo para lo que sea”. Y eso me alivió muchísimo y después le conté al capitán, a alguno más y antes de hacerlo público, hablé con todos mis compañeros y el entrenador se encargó de hablar con los dirigentes. Todos me respaldaron, eso estuvo buenísimo", detalló sobre lo sucedido en -Comodoro Rivadavia. "Yo estoy tranquilo conmigo, hoy pude juntar mi vida personal y profesional y tengo una vida maravillosa. Eso es lo que más feliz me pone.. Yo no tengo nada que esconder, no siento vergüenza, no tengo nada.Pero la verdad es que nunca tuve grandes problemas y si me rechazan es un tema de ellos. Yo estoy muy tranquilo conmigo". "Entonces, cuando pasó lo de Santiago, por ejemplo, que fue una situación fea en la cancha, en la que cuatro personas me putearon. Yo salí muy enojado, porque hay veces que uno no lo puede manejar. Incluso, no me gustó cómo reaccioné, porque me enojé mucho. El entrenador me decía, “Bueno, tranquilo, enfocate en el partido”. Yo estaba jugando bárbaro encima. Y cuando vuelvo a ingresar, todo el estadio me aplaudió. Y fue como... yo ya gané. Ya está. Antes, por ahí, esas cuatro personas eran festejadas como “los vivos”. Hoy quedan expuestas. Entonces, esas personas al quedar mal, yo siento que algo aporté y para mí es un montón". "Ahora estoy con la cabeza totalmente limpia a la hora de jugar. Antes tenía un montón de cosas, pensaba en que no se me podía notar que soy gay. En realidad me siento muy respetado por todos y muy cuidado por la gente de Boca, desde la hinchada, el cuerpo técnico, el cuerpo médico... Todos, el de la puerta, la chica que limpia, todos, la verdad que es muy lindo. Muchas veces se sorprenden porque me tratan bien y soy el capitán. Y eso no tiene que ver porque yo hablé de mi sexualidad y me cuidan especialmente. No tienen que mirarnos distintos, no somos distintos, simplemente amamos a una persona del mismo sexo. Mi vida sigue siendo exactamente igual". Se hace un silencio profundo y Seba Vega se toma un respiro, porque las lagrimas están a nada de caer por sus mejillas. La pausa le permite no romperse por completo y lucha con el momento, pero sigue: “Creo que mi viejo el miedo que tenía era que yo sea discriminado, que yo no pueda cumplir con todos mis objetivos o todas las metas en mi vida. Entonces, creo que ver sufrir a tu hijo debe ser muy duro. Él me quería proteger. Mirá, el otro día lo operaron, estuvimos hablando solos los tres (por el padre y la madre) y yo les dije: “Qué lindo y qué loco todo lo que pasó desde aquel día en el que mi padre casi se desmaya hasta la foto de la final en la que yo estoy sentado sobre el aro con la bandera del orgullo. Y él me dijo que cuando yo me subí al aro con la bandera...” Nuevamente se detuvo, el silencio volvió a ganar la escena, porque Seba tuvo que luchar con la emoción, pero tragó saliva y siguió: “Me dijo que casi se desmaya otra vez, pero de la emoción, porque estaba muy feliz y muy orgulloso de lo que yo había hecho y que más felicidad le dio que toda la gente me aplauda. Y fue reloco, porque yo le decía que era impensado todo lo que está pasando. Le agradecí que me acompañe, porque no es fácil para él, con 70 años, cambiar el chip, pero con el amor hacia un hijo lo pudo hacer. Son un gran sostén para mí, él y mi mamá. Y creo que todo lo que hice fue con el apoyo de ellos, porque no sé si hubiese podido hacerlo solo”. "Estoy muy orgulloso de él, por ahí él me lo dice mucho a mí, pero yo estoy muy orgulloso de él y de mi madre, porque hicieron un gran cambio y tuvieron la voluntad para entenderme, para aceptarme, para ver cómo podíamos encajar o cómo podían acompañarme. Y la verdad que día a día me sorprenden y me encanta. "Mis hermanas son Giuliana y Gisela. Por ahí la más grande estaba más pendiente en cómo lo iban a tomar mis padres. Estaba nerviosa. Y mi hermana más chica, un día estaba pasando por atrás de ella en la cocina y me dice, “Che, vos vos gay”. Y le respondí que sí y ella “ah, bueno”. Lo tomó con una naturalidad hermosa. Las dos son muy fieles, muy leales y siempre están ahí cuidándome y apoyándome en todo". Sebastián Vega encontró el apoyo y disfruta de jugar al básquet. "Dejé de mirar hacia fuera y puse la mirada solamente en mí, dejé de pensar lo que la gente podía llegar a decir de mí o de mi sexualidad. Me acuerdo que fue uno de los partidos post pandemia, porque no había gente, entonces estaba como más tranquilo. Esa es la verdad, fue con un poquito de ayuda. Pero sentía que estaba liviano. Sentía que en la cancha estaba de otra forma. Era como que la espalda no pesaba. Entonces, empecé a disfrutar todo, estar en la cancha, viajar con mis compañeros, poder reírme de un chiste si saltaba el tema de la sexualidad. Me hizo muy bien, muy feliz, me cambió la vida". Fuente: R2820/La Nación

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por