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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 12/09/2025 13:42
El pasado sábado 6 de septiembre se cumplió un año más de la extraña desaparición de Sebastián Ortiz. El hecho ocurrió en San Jaime de la Frontera. Sebastián Ortiz tenía 66 años y fue visto por última vez el 6 de septiembre de 2010. Era vendedor ambulante, oriundo de Paso de los Libres (Corrientes) y se trasladaba en bicicleta por la ciudad ofreciendo sus productos. Fue visto por última vez alrededor de las 20 de aquél día, cuando se dirigía a la terminal de ómnibus. Todos lo conocían, la mayoría lo apreciaba, pero desapareció. Hasta el día de hoy nada se sabe de él. Tal lo apuntábamos, Ortiz tenía 66 años cuando fue visto por última vez en su bicicleta roja en calle San Martín, la principal de San Jaime, a una cuadra de la ruta 127. Se dirigía a la terminal de ómnibus para sacar el pasaje de colectivo que lo llevaría de regreso a su ciudad. Lo hacía habitualmente. Pero algo sucedió ese día, ya que Ortiz nunca viajó a Paso de los Libres. Desapareció. Nadie sabe nada de él. Su vida era rutinaria. Durante dos décadas, Ortiz, quien vivía en Paso de los Libres junto a su esposa, dos veces por mes cruzaba a Uruguayana, Brasil, para realizar las compras de distintos elementos que después revendería en San Jaime. En esta ciudad alquilaba una pieza ubicada en 25 de Mayo y Tratado del Pilar. Recorría el pueblo por la mañana en su bicicleta, almorzaba, dormía la siesta y salía nuevamente hasta que, por la noche, regresaba. El 6 de septiembre de 2010 Ortiz no regresó. Al día siguiente Beti, la dueña de la habitación que Ortiz alquilaba, advirtió la ausencia de su inquilino de tanto tiempo. Al ver que no aparecía se comunicó con los familiares de Ortiz que vivían en Paso de los Libres. Fue entonces que los hijos viajaron a San Jaime e hicieron la denuncia pertinente. La policía recorrió la ciudad, preguntó al vecindario, pero nadie sabía qué había pasado con Sebastián Ortiz. La investigación no avanzaba, por lo cual la Fiscalía se presentó en San Jaime sumando efectivos policiales y perros adiestrados. Se rastrilló la zona, varios vecinos ayudaron en esta tarea, pero nada se halló. Se trabajó en campos, arroyos, casas de familia, el río Mocoretá, pozos negros, bañados, pero nada. Hasta fueron consultados algunos videntes, pero el resultado fue nulo. De a poco la causa perdió fuerza. Hace ya 15 años del hecho. Nadie sabe nada de Sebastián Ortiz.
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