12/09/2025 08:58
12/09/2025 08:56
12/09/2025 08:55
12/09/2025 08:54
12/09/2025 08:53
12/09/2025 08:52
12/09/2025 08:52
12/09/2025 08:52
12/09/2025 08:52
12/09/2025 08:51
Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 12/09/2025 05:51
Crimen y venganza en Río Grande. Los peritos señalaron que el cuerpo del hombre presentaba múltiples heridas y contusiones, lo que hace poco verosímil la hipótesis de que se las haya autoinfligido, y está planteada aparentemente para favorecer a los hijos de la víctima. El juicio por el crimen de Luis Miguel López Villarroel, ocurrido el 3 de febrero de 2024 en la Margen Sur, en Río Grande, transita momentos de fuerte tensión. En la última jornada, peritos forenses descartaron la posibilidad de un suicidio, una hipótesis que se insinuó como alternativa para explicar la muerte del ex convicto, horas después de que él mismo asesinara a Norma Gómez, madre y ex pareja de los principales imputados. Los especialistas explicaron que el cuerpo de López Villarroel presentaba siete cortes y un octavo letal, lo que vuelve poco verosímil que se haya autoinfligido tantas heridas con un cuchillo. Si bien el hombre tenía antecedentes de intentos de suicidio durante su paso por la Unidad de Detención Nº 1 de Río Grande, los peritos consideraron improbable que ese haya sido el caso. Más bien, señalaron, la hipótesis se perfila como una estrategia defensiva destinada a atenuar las responsabilidades de los acusados, principalmente los hermanos enjuiciados, hijos de Norma Gómez. El proceso se sigue contra Mario Germán Álvarez, de 45 años, y sus hijos Sergio Gómez, de 22, y Catalina Maira Álvarez, de 19, quien al momento del hecho tenía 17. En paralelo, también se investiga la participación de dos menores de 14 y 15 años, quienes intervinieron en la secuencia fatal, pero que por su edad se los considera inimputables. En esta cuarta audiencia, efectivos de la División Delitos Complejos expusieron una reconstrucción basada en registros de cámaras de seguridad y mensajes de celulares. Según esos elementos, Norma Gómez y López Villarroel ingresaron a la vivienda de Yáven 163 a las 2.46 de la madrugada. Los policías expusieron que minutos después, a las 4.12, llegaron los hijos de la mujer. Desde las 4.17 comenzaron a enviar mensajes y audios a familiares, advirtiendo que un hombre no los dejaba entrar y que se escuchaban gritos en el interior. A las 4.19, vecinos llamaron al 101 y a las 4.24 llegaron Sergio Gómez y Mario Álvarez. A las 4.26, una de las hijas de Norma alertó que había sangre dentro de la casa y segundos más tarde arribó el primer móvil policial. La secuencia marca que transcurrió apenas un minuto y medio entre la entrada de los imputados y la llegada de la Policía, un margen muy estrecho para lo que luego se describió como una masacre dentro de la vivienda. La imputada Catalina Álvarez reconoció en su indagatoria que forcejeó con López Villarroel, quien presuntamente portaba una hoja de cúter. Del análisis de su celular, además, surgió que a las 4.35 le escribió a su novio que “el viejo se mató” y a las 4.51 reiteró que “se puso la cuchilla en el cuello”. La jornada concluyó con la exhibición de fotografías y audios extraídos de los celulares, que complementaron la línea de tiempo reconstruida por los investigadores.
Ver noticia original