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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/09/2025 04:35
El suicidio es prevenible, la detección temprana y el acompañamiento adecuado pueden salvar vidas (Imagen Ilustrativa Infobae) *Grupo INECO es una organización dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales. A través de su Fundación INECO, investiga el cerebro humano. Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Desde 2003, el objetivo ha sido visibilizar esta problemática y recalcar que, a pesar de su gravedad, el suicidio es un fenómeno prevenible. El lema para 2024-2026, “Cambiar la narrativa”, busca derribar el estigma, crear conciencia y fomentar una cultura de comprensión y apoyo. Cifras globales y la realidad argentina “El suicidio es una crisis de salud pública que trasciende fronteras. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año mueren por suicidio más de 720.000 personas, lo que representa el 1.1% de las muertes mundiales, es decir, una de cada 100 muertes. Este problema es especialmente agudo en países de ingresos bajos y medios, donde ocurren casi tres cuartas partes de los suicidios a nivel global. Afecta mayormente a los jóvenes, siendo la tercera causa de muerte entre personas de 15 a 29 años. En cuanto al género, aunque las mujeres tienen más intentos de suicidio, los hombres son cuatro veces más propensos a quitarse la vida, a menudo usando métodos más letales”, sostiene la doctora Linda Cozzarin (MN 153.060), médica psiquiatra miembro del equipo de Psiquiatría de INECO “En Argentina, la situación es igualmente alarmante, especialmente en los intentos de suicidio. Un informe del Ministerio de Salud de la Nación reveló que entre abril de 2023 y abril de 2025 se notificaron 15,807 intentos, un promedio de 22 intentos por día. El grupo etario más afectado son los adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años, un dato que se alinea con las tendencias globales”. Factores de riesgo y de protección El suicidio figura entre las principales causas de muerte en jóvenes de 15 a 29 años, con especial impacto en países de ingresos bajos y medios (Imagen Ilustrativa Infobae) Comprender la complejidad del suicidio implica identificar la interacción entre los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo se extienden a lo largo de varios niveles, desde el social hasta el individual, e incluyen: Factores psicológicos y psiquiátricos: Depresión, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, impulsividad e historial de intentos de suicidio. Factores sociales y familiares: Aislamiento social, conflictos, pérdida de un ser querido, violencia intrafamiliar, acoso y discriminación. Factores ambientales y situacionales: Problemas económicos, acceso a medios letales y situaciones de conflicto. Dificultades en el acceso a la salud. Factores biológicos y genéticos: Trastornos físicos crónicos, dolor insoportable y antecedentes familiares de trastornos mentales o suicidio. Cada año más de 720.000 personas pierden la vida por suicidio en el mundo, según la OMS, lo que representa el 1,1 por ciento de las muertes globales (Imagen Ilustrativa Infobae) Estos factores rara vez actúan de forma aislada; más bien, se acumulan para aumentar la vulnerabilidad de una persona. Si bien la relación entre el suicidio y los trastornos mentales es sólida, muchas decisiones suicidas también son impulsivas y ocurren en momentos de crisis extrema. Por otro lado, los factores de protección actúan como amortiguadores ante estos riesgos. Entre ellos se encuentran las relaciones interpersonales fuertes, las creencias religiosas o espirituales y el uso de estrategias de afrontamiento positivas. Fomentar estos factores es clave para fortalecer la resiliencia de las personas y prevenir la conducta suicida. Señales de alerta El comportamiento suicida rara vez ocurre sin previo aviso. La mayoría de los intentos son precedidos por señales verbales o conductuales: Los factores de riesgo incluyen aislamiento social, conflictos, trastornos mentales y situaciones económicas adversas (Imagen Ilustrativa Infobae) Señales verbales: Hablar de querer morir, de sentirse sin esperanza, de ser una carga o de no tener razones para vivir. Señales conductuales: Alejarse de sus seres queridos, regalar posesiones, despedirse, cambios drásticos de humor, aumento en el consumo de alcohol o drogas y búsqueda de métodos letales en línea. Es fundamental no minimizar estos signos, ya que pueden ser la manifestación de necesidad de ayuda. Derribando mitos: la lucha contra el estigma La orientación profesional resulta clave para asistir adecuadamente a quienes atraviesan episodios de vulnerabilidad emocional (Imagen Ilustrativa Infobae) Muchas ideas sobre el suicidio son en realidad mitos que impiden la acción. Mito: “Hablar de suicidio puede incitarlo” Realidad: Hablar abiertamente, con empatía y sin juicio, reduce el peligro. Para una persona en crisis, puede ser la única oportunidad de recibir apoyo. Mito: “Quien dice que se va a suicidar, no lo hace” Realidad: La mayoría de las personas que intentan suicidarse han dado señales. Toda amenaza debe tomarse en serio. Mito: “El suicidio es un acto de cobardía o egoísmo” Realidad: El suicidio no es un acto de egoísmo, sino la manifestación de un dolor psíquico insoportable. Generar ambientes de contención y apoyo contribuye a disminuir el riesgo en situaciones de emergencia emocional (Imagen Ilustrativa Infobae) Mito: “El suicidio es inevitable” Realidad: El suicidio es prevenible. Es fundamental la detección temprana, el tratamiento adecuado y el apoyo. Es fundamental desarmar estos mitos, ya que al hacerlo se puede crear un entorno abierto al diálogo y libre de estigmas que promueva la búsqueda de ayuda en las personas que lo necesiten. Abordaje y recomendaciones para la prevención Animar a la persona a acudir a servicios de emergencia. El suicidio es una emergencia de salud mental. Una barrera física puede reducir significativamente la tasa de suicidios. Dónde buscar ayuda Si en algún momento de la vida se experimentan ideas suicidas, no dudar en consultar al sistema de salud, a personas del entorno escolar, laboral o afectivo. Llamar al 0800-333-1665, dirigirse a una guardia de Salud Mental en el hospital público más cercano, y/o comunicarse con el SAME (107). Líneas de prevención del suicidio: 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país) Salud Mental Responde: 0800-333-1665 (línea telefónica de hospitales públicos CABA) y 4863-8888 / 4861-5586 / 4123-3120 (lunes a viernes de 8 a 20). Para fines de semana, feriados y por la noche: 4123-3100 internos 3484/3485 . Hospital Bonaparte: 0800 999 0091 (urgencias Salud Mental 24 hs) Hospital Borda: 4360-6670
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