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» Notife
Fecha: 09/09/2025 15:18
La crisis política y social en Nepal se profundizó este martes luego de que manifestantes agredieran al ex primer ministro Sher Bahadur Deuba y a su esposa Arzu Rana Deuba, ministra de Asuntos Exteriores, en su propia residencia. El ataque se produjo en medio de un levantamiento juvenil que suma ya 36 horas de violencia ininterrumpida en todo el país. La agresión ocurrió poco después de que el actual primer ministro, K.P. Sharma Oli, presentara su renuncia. El mandatario dejó el cargo bajo la presión de protestas masivas contra la corrupción y el veto a las redes sociales, medidas que desencadenaron una ola de indignación nacional. En su carta de dimisión, Oli aseguró que la decisión busca “dar pasos hacia una solución política y la resolución de los problemas”. Las manifestaciones, lideradas en gran parte por jóvenes, derivaron en episodios de violencia extrema. Miles de personas incendiaron el Parlamento en Katmandú y destruyeron viviendas de altos dirigentes políticos, incluidos el presidente Ram Chandra Poudel, el ministro del Interior Ramesh Lekhak y el líder maoísta Pushpa Kamal Dahal. Entre los objetivos también estuvo la residencia de Deuba y una escuela privada propiedad de su esposa, que fue incendiada. Videos difundidos en redes sociales mostraron a los manifestantes avanzando sobre edificios oficiales y desafiando el toque de queda impuesto en la capital y otras ciudades, donde las escuelas permanecen cerradas. La renuncia de Oli llegó un día después de la represión más sangrienta de los últimos años en Nepal: al menos 19 manifestantes murieron y más de 300 resultaron heridos cuando la policía abrió fuego para contener las movilizaciones. La magnitud de la violencia obligó al Gobierno a levantar el bloqueo de redes sociales, impuesto la semana pasada. Con un escenario político abierto y marcado por la violencia, la renuncia del primer ministro abre la puerta a nuevas negociaciones, aunque el país himalayo sigue bajo un clima de tensión. La comunidad internacional observa con preocupación la escalada que dejó decenas de muertos, cientos de heridos y un Parlamento en ruinas.
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