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  • Maní: biotecnología para enfrentar al carbón y acelerar el mejoramiento genético

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/09/2025 12:56

    Con biotecnología de avanzada, investigadores lograron identificar genes que refuerzan la resistencia del maní al carbón, reduciendo tiempos y fortaleciendo el cultivo (inta) En las regiones maniseras, la palabra “carbón” no remite al fuego, sino a un hongo persistente que puede oscurecer granos y arruinar cosechas enteras. Thecaphora frezzii invade las vainas, permanece en el suelo y, en casos graves, provoca pérdidas de hasta un 30 %. Ante esta amenaza, los productores combinan rotaciones, buenas prácticas y, sobre todo, esperan variedades con resistencia genética. ADN para anticiparse a la enfermedad Para acelerar ese camino, el INTA Manfredi trabajó junto al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y un laboratorio privado. El resultado: una técnica de análisis de ADN en semillas que detecta genes de resistencia antes de llegar al campo. Así se descartan líneas poco prometedoras y se aprovechan mejor las parcelas de ensayo. Una técnica de análisis de ADN en semillas que detecta genes de resistencia antes de llegar al campo (inta) “La tecnología desarrollada se enfocó en esta enfermedad por la complejidad para evaluarla a campo”, explicó Jorge Baldessari, responsable del programa de mejoramiento. Y agregó: “Desde Estados Unidos colaboran con el objetivo de anticiparse a un posible ingreso de la enfermedad a su país”. Del laboratorio al lote El proceso arranca en el Laboratorio de Biotecnología de INTA Manfredi, donde se extrae el ADN de cada semilla. Esas muestras viajan luego a Estados Unidos para su secuenciación y análisis. “Hasta hace algunos años procesábamos entre 500 y 1.000 muestras anuales, pero el año pasado alcanzamos las 2.000 en apenas tres meses”, contó la investigadora Eva Mamani. La mayor capacidad de trabajo permite que los resultados lleguen a tiempo para la siembra. La estrategia también se distingue porque en lugar de usar pocos marcadores, se analizan miles distribuidos en todo el genoma. “Esto nos permite mantener el rendimiento y la calidad de las variedades élite, al mismo tiempo que incorporamos genes de resistencia”, detalló Mamani. Lo que antes podía tardar ocho años en identificarse, hoy se logra en apenas tres. Nuevas variedades en camino Con esta articulación entre biotecnología y mejoramiento tradicional, el INTA ya aplica la herramienta en su programa de selección y evalúa materiales en ocho hectáreas de ensayo. “En Argentina ya implementamos esta tecnología, dado que formamos parte de su desarrollo”, subrayó Baldessari. El especialista adelantó que próximamente se inscribirán dos variedades resistentes a carbón, inicialmente creadas con métodos tradicionales y ahora reforzadas con selección genética avanzada. Veinticinco años de progreso En las últimas dos décadas y media, Córdoba duplicó la productividad de maní, superando los 4.000 kilos por hectárea. El salto se debió a genética, manejo y mejoras en cosecha y poscosecha. El tipo runner, introducido en los setenta desde Estados Unidos, necesitó adaptarse a veranos más cortos y secos. El trabajo del INTA acortó su ciclo y reforzó su sanidad. El paso de variedades aceiteras a las tipo runner, destinadas al consumo directo, consolidó la calidad argentina en los mercados internacionales. El futuro del mejoramiento El cruce entre biotecnología y tradición marca el camino. El desafío será sostener la capacidad instalada y extenderla a otras características de interés. “Hacia adelante, aplicaremos herramientas de biotecnología para acortar los plazos de obtención de nuevos materiales y optimizar su desarrollo”, concluyó Baldessari. Fuente: Inta

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