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» La Capital
Fecha: 08/09/2025 16:44
El rosarino Juan Ignacio Gallardo fue oro en los Panamericanos Junior de Asunción, se clasificó a Lima 2027, al Mundial de mayores y sueña a lo grande. También competirá en los Juegos Jadar: “Llego con mucha expectativa” Con los ojos brillosos, emocionado. Con el recuerdo vivo de la hazaña. Con un sueño cumplido y varios por cumplir. Con la bandera argentina en la espalda y la dorada en el pecho. Juan Ignacio Gallardo se consagró en los Juegos Panamericanos Junior en Asunción y logró en karate (categoría 60 kilos) una de las 27 medallas de oro de la delegación nacional, que terminó quinta en el medallero, con otras 38 de plata y 30 de bronce. Y ahora disputará los Juegos Jadar en la ciudad. El joven rosarino, de 19 años, que entrena y hace base en el club Río Negro del noroeste de la ciudad , se quedó con el oro de manera invicta, deshaciéndose de rivales bravos con inteligencia y un ojo clínico para asestar el golpe en el momento perfecto. En fase de grupos le ganó al venezolano Sebastián Chirinos (2-0), al mexicano Fabbio Ponce (2-1), al paraguayo Iván Florentín (4-2), en semifinales al estadounidense Jean Dorta (2-1) y en la final nuevamente a Chirinos (1-0), para romper en llanto y escribir una página dorada en un libro que seguramente tenga varias historias más para contar. Juani es entrenado en el club Río Negro por su papá Hugo Gallardo , quien también compitió y estuvo en la selección argentina, y Flavio Manuel Gutiérrez. Lejos de frenar, deberá acelerar para encarar una seguidilla de nuevas aventuras deportivas y desafíos de altura. Primero aparecen los Jadar, luego el campeonato argentino, para llegar a noviembre al Mundial de mayores que se hará en El Cairo, Egipto. “Quiero estar entre los mejores del mundo”, le dijo a Ovación. Lo firma Juan Ignacio Gallardo. El chico que escribe historias de grandes. Yo ya sabía que iba a ser un combate difícil el del debut (enfrentó al venezolano Sebastián Chirinos, mismo rival de la final). Si bien ya lo conocía, para estos eventos grandes donde se vive con mucha euforia, todos cambiamos un poco la preparación. Lo pude vencer 2 a 0 y, después de esperar varios resultados, conocí a mi segundo rival, que fue el mexicano Fabbio Ponce, a quien le gané 2 a 1. Con dos combates ganados, prácticamente me aseguré pasar la ronda preliminar. Aún así, me quedaba un combate en mi zona ante el paraguayo Iván Florentín. Arranco ganando 1 a 0, me lo dio vuelta con una patada al estómago (vale dos puntos) faltando unos 30 segundos, así que tenía que jugármela porque me quedaba muy poco tiempo. A unos diez segundos del final, fui con todo, le tiré una patada a la cabeza, me la esquiva, pero queda regalado con las piernas y lo llevé al piso para conseguir tres puntos y terminar ganando 4 a 2. Quedé primero en la zona y pasé a semifinales. Ahí me encuentro con el estadounidense Jean Dorta, que había salido segundo en su cuadro. Recuerdo que me metió un punto por un puño a la cara, pero se lo di vuelta y me llevé el combate 2 a 1. En la final me vuelvo a cruzar con Chirinos, que venía de eliminar muy bien al primero del otro grupo. Así que decidimos mantener la estrategia y que el tenga que cambiar, porque la primera vez no le había rendido. Yo iba a seguir peleando a mi manera, inteligente, analítico y él salió bastante defensivo, esperando mis movimientos. Tuve que jugar mucho con el engaño, por eso salió un combate tan cerrado, en el que busqué el momento justo para atacar. Y así fue que lo terminé ganando 1 a 0. KARATE JUAN IGNACIO GALLARDO ¿Cuánto soñaste con ese momento? Lo venía soñando hace un montón. Me lo imaginaba, lo visualizaba en mi cabeza y se me terminó dando. Fue muy emocionante. Me quería llorar todo. Se te nota convencido de que lo ibas a lograr, ¿fuiste con esa expectativa de conseguir una medalla? Sí. A cada uno que me preguntaba, yo le decía que iba a ganar. Me preparé para eso. En casa, a mi papá le decía lo mismo. A mamá le dije que iba a traer la dorada. A mi abuela le prometí que traía la medalla, el muñeco de los Juegos y el ticket de la clasificación a los Panamericanos de Lima 2027. Le dije: “Así que si no vuelvo es porque me fue mal, ja”. IMG-20250905-WA0025 Debe ser fundamental para vos el apoyo de tu familia, siendo tan chico todavía, en una etapa donde necesitás un sostén anímico para seguir creciendo. Mi familia está siempre al pie del cañón. Me cuida la cabeza, lo emocional, las ansiedades. Mi papá es además mi entrenador y a veces, sin querer, le he contestado de mala manera, pero es porque te estresas mucho los días previos a un torneo. Y en esos momentos están para vos. Lo mismo mi novia, con algún mensajito de apoyo, mi preparadora física, mi coach mental, todos forman parte del equipo que me sostiene. No tenés tiempo de descansar que se te vienen varios desafíos importantes, empezando por los Jadar. Tengo mucha expectativas con los Jadar porque te clasifican a los Juegos Odesur 2026, que también se harán en Rosario. Será un lindo torneo. La otra semana voy al campeonato nacional en Córdoba y después tengo un breve respiro. Pero no voy a parar mucho porque en noviembre tengo el Mundial de mayores en El Cairo (Egipto). Me siento bien para ese torneo pero sé que vienen meses de mucha preparación, aunque lo disfruto mucho, es lo que me gusta y le pongo siempre toda la garra. Después del Mundial se viene el torneo Clausura en Buenos Aires y ahí se termina el año competitivo. No quiero dejar pasar que clasificaste a un Mundial de mayores mientras seguís disputando torneos juveniles. Sí, clasifiqué con 18 años en un torneo en México. Se me abrió una ventanita porque un país se bajó pero yo hice mi parte. Si me preguntás cuál es el torneo al que todos los chicos sueñan llegar, te digo que es este evento, ya que no hay karate en Juegos Olímpicos, por lo que el Mundial ocupa ese lugar. Pero no sé si quiero ser campeón mundial y listo, yo quiero estar entre los mejores del mundo. Hay muchos que fueron campeones y se terminaron pinchando. Yo quiero establecerme entre los mejores, con constancia y manteniendo buenos resultados. ¿En qué momento nació tu interés por el karate? Empecé con natación cuando era muy chiquito. Tenía 1 año y medio y problemas de salud. Tenía broncoespasmos. Entonces mamá me llevó a natación y terminé compitiendo. Fui federado y tuve algunas becas. Hice fútbol, más por amigos que por mi. La vida me terminó llevando al karate. Un día estábamos comiendo de mi abuela, vi una repisa llena con los trofeos de papá, entonces le pregunté de qué eran. Ahí me contó toda su historia. Dije ‘quiero probar’. A los 8 empecé y a los 11 me largué a competir. IMG-20250905-WA0028 Hace mucho estás en un club bien de barrio como Río Negro. Te escuché decir varias veces que es como tu segunda casa. Es así, tal cual. Es mi segunda casa. Tengo todo lo imprescindible para entrenar, me siento cómodo, bienvenido. Río Negro me dio mucho. Es el típico club de barrio donde los veranos la gente se queda a tomar mates hasta tarde, todo muy familiar. Estuve uno o dos años en Sportivo América en un momento en donde el karate no estaba tan organizado. Así que papá me trajo a Río Negro, donde aprendí todo con mi sensei Pulpo, hasta llegar al primer dan. Ya estoy establecido acá. En casi todas tus respuestas nombrás a tu papá, ¿qué significa para vos en este viaje con el karate? (Hace una pausa y se emociona) Es lo más grande que hay. Llueve y está. Está cansado y está. Lo necesito y está. Yo creo que le debo gran parte de mi carrera. Venimos cumpliendo sueños juntos, quizás algunos que a él no se le pudieron dar. Yo no los gané solo, los ganamos los dos.
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