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» Comercio y Justicia
Fecha: 08/09/2025 07:32
Por Luis Esterlizi (*) En plena campaña electoral, Milei intenta desarticular -sin lograrlo- la maniobra opositora conformada en el Poder Legislativo, motivo por el cual el Presidente,con un retazo de la “casta” intenta contrarrestar, sumando nuevos congresales libertarios en las próximas elecciones. Sin embargo, actualmente, el descalabro financiero es de tal magnitud que repercute negativamente en la economía anarcoliberal, poniendo en evidencia el fracaso de dicho modelo político, económico y social y un gran desconcierto en el proceso electoral, junto a las denuncias sobre posibles hechos de sobornos en varias instituciones del Estado. La frustración mayor la sufren muchos que votaron creyendo en su propuesta de terminar con la corrupción y la “casta”. De esta forma, el Congreso se convirtió en un verdadero campo de batalla institucional, modificando el tenor de las votaciones a partir del cambio que se percibe en sus actuaciones. Semejante actitud señala, además, cómo “acomodar el cuerpo” frente a un escenario en el que aumenta progresivamente la persistente movilización popular en contra del desamparo y la impúdica gestión del Gobierno nacional. Esta realidad política, económica y especialmente social, produce confusión y discusiones intestinas en el “núcleo íntimo” concentrado en no más de cuatro o cinco personas que rodean al Presidente, sin que se observen cambios en su estrategia política, ya que en los actos y movilizaciones Milei persiste y muestra su incontenible odio y violencia verbal, gestual e impúdica, produciendo un verdadero hervidero social de reacciones imprevisibles. Esta situación, que se asemeja al momento en que la gota rebalsó el vaso, comprende a una larga lista opositora de sectores sociales, laborales, empresariales, estudiantiles, cooperativas, mutuales y pymes, etcétera, mostrando la desesperanza por la imposición de un desgraciado destino pero -al mismo tiempo- mostrando la convicción de fortalecer, apuntalar y extender la decisión de enfrentar al Gobierno con movilizaciones y protestas e incluso con el poder del voto en las próximas elecciones, como se comprobó recientemente en Corrientes, donde LLA apenas cosechó 10% de los sufragios. El segmento que representa a una gran parte de la población que no concurría a votar hastiada de tantas atrocidades, tiende a disminuir mediante un cambio de actitud y se sumaa la lucha en el campo electoral como clara decisión de restarle poder y/o de incidir en la caída de la imagen de Milei. Por supuesto, esto también se condice y sintoniza con los planteos de corrupción que se están ventilando en la Justicia, que no sólo incluye los sobreprecios y posibles coimas en la compra de medicamentos por parte de instituciones dependientes del Gobierno sino también las muertes producidas por el fentanilo adulterado y la vieja causa de la criptomoneda. Mientras tanto, en lo económico, la desesperación se prende del accionar político electoral de la LLA ya que su modelo económico, que debía manejar el tipo de cambio y las tasas de interés en sintonía con la baja de la inflación, el pago de los vencimientos de deudas y mantener el déficit cero hasta las elecciones de octubre, en las que presupone dar el batacazo y obtener mayor poder en el Congreso Nacional, hoy languidece. Por lo tanto, su artificioso modelo económico comenzó a perder el apoyo del establishment compartido con los fondos de inversión y los que manejan el mercado de consumo, como previsiblemente también el FMI, cuando comprueban que a Milei se le agota el tiempo además de las reservas de dólares, ya que -a pesar del “corralón”-no logra evitar que los pesos se vayan al dólar, llevando su cotización muy cerca de $1.400, mientras el riesgo país roza 900 puntos. De esta forma, estamos frente a unas elecciones en las que LLA intenta ganar en la provincia de Buenos Aires, aunque estoy convencido de que -sea cual fuere el resultado- no logrará hacerle cambiar su estrategia, como tampoco la decisión a una amplia mayoría de los argentinos que aunque algunos la toman como una lucha entre LLA y el kirchnerismo, yo personalmente observo a este proceso como una luz que anuncia un cambio en profundidad, del que podrán surgir opciones que promuevan al pueblo como partícipe esencial en el ejercicio de una nueva democracia. El pueblo no decide entre la espada y la pared Tanto LLA como parte del establishment intentan imponer la consigna de que las elecciones plantean una sola alternativa, debiéndose optar por Milei o por el kirchnerismo, mientras que -analizando objetiva y muy atentamente el proceso político de los últimos 50 años- me alienta ver al pueblo demostrando que está harto de falsas opciones personalizadas en supuestos caudillos, cuandola realidad del mundo, que busca un cambio de paradigmas, les plantea a los argentinos la necesidad de producir un proceso político, económico y social con la comunidad organizada como factor preponderante de una nueva democracia. Esto podrá llevarse a cabo con el surgimiento de una nueva dirigencia que -munida de una ética y moral incorruptibles- responda fielmente al mandato conferido por las distintas entidades intermedias que son permanentes, necesarias, imprescindibles y con clara misión a cumplir en la existencia y vida del pueblo, estableciendo un ámbito de coincidencias esenciales para alcanzar la unidad e integración, hoy maltratada por partidosy coaliciones que manejan autocráticamente, a este régimen obsoleto y retrógrado. Debemos comprender que, muchas veces, la violencia que ejercen los que manejan el poder generan reacciones violentas de parte del pueblo que las sufre. Argentina padece las políticas públicas del Presidente, quien promueve el odio y la violencia entre los argentinos, lo que constituye la causa principal de la violencia que también es acompañada por los imperialismos mediante la especulación financiera, coimeando mediante el otorgamiento de créditos a los gobiernos para que luego dichos fondos desaparezcan en los vericuetos de la corrupción, generando el endeudamiento eterno como cadena que nos ata a su estrategia colonizadora. El futuro trascendente de Argentina ante la estrategia mentirosa Este lamentable panorama proviene de una parte de la actual clase dirigente a la que, para sostenersus anhelos anclados en la miserable visión de intereses particulares, no le importa que el derrumbe ético y moral de la institucionalidad que la contiene nos arrastre a todos al fondo de una catástrofe humanitaria sin parangón en nuestra historia. Peor aún: no tienen presente al escenario internacional donde pujan dos visiones -una, que busca desesperadamente no perder el control unipolar que desde hace cientos de años maneja el mundo anglosajón, y la otra, que procura un verdadero cambio de época integrando a todos los pueblos y naciones detrás de una visión plenamente humanista y cristiana mediante la conjunción multipolar que asegure la creación de un nuevo orden mundial. Vivimos encerrados en esta inventada lucha de unos contra los otros sin pensar en la sociedad argentina en su conjunto porque se ha perdido lo norma y la finalidad y todo conforma un revoltijo de improperios, amenazas, odios y violencia, que hace imposible encontrar dónde están la cordura, la sensatez y los méritos de quienes pueden ser los que recuperen del ideario nacional la frase que cincuenta años atrás construían dirigentes como Ricardo Balbín y Juan Domingo Perón: “Para una argentino, no debe haber nada mejor que otro argentino”. La alternativa que ofreció Milei de terminar con la corrupción y la “casta” y destruir al Estado por ser el ámbito propicio para las coimas, fue totalmente desvirtuada por una realidad que desmitifica su propuesta y la hace tan frustrante como objetivamente la de una estrategia mentirosa. Lo que había que terminar era con la corrupción y no achicar o destruir al Estado ni a las instituciones que fue el fin perseguido por Milei para construir el engranaje apropiado que les permita, tanto a él como a un grupo de personas,convertirse en el poder autocrático, negando la participación a los responsables y auténticos dueños del territorio nacional, que es el pueblo en su conjunto y en forma armónica y equilibrada el compromiso ético y moral de los tres poderes del Estado Nacional. Desgraciadamente, el poder y la decadencia pudren la mente del ser humano -sobre todo de quienes no tienen ni la fortaleza ética y moral para servir al pueblo y más cuando deben enfrentar al sistema corrompido que desde hace años controla la relación entre los proveedores del Estado y los tramitadores de créditos venales con los distintos organismos que atienden las necesidades sociales, económicas, productivas, laborales, de la salud y educación, etcétera, del pueblo argentino. (*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba
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