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  • «Los policías vienen mejor preparados, pero los antiguos tenían un trato a la gente distinto»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/09/2025 02:01

    Antonio Serrano cumple años el mismo día que deja de ser jefe de la Policía Local de Córdoba, tarea a la que ha dedicado 19 años de su vida. Afronta la jubilación con la discreción que ha llevado a gala durante sus 33 años de servicio en el cuerpo, una cualidad que, junto a la lealtad institucional, le ha permitido sobrevivir a ocho alcaldes de todo el arco político. Deja un cuerpo de policía más profesionalizado, cualificado y con más medios que el que había en la Córdoba de los 90, aunque admite que echa de menos el respeto a los mandos que había antes. -Empezaremos por el principio, ¿por qué se hizo policía? -Yo era militar, estaba destinado en Granada e hice la carrera de Derecho. Estuve en la tesitura de presentarme a cualquier oposición que saliera y me enteré de que en Córdoba iba a salir una plaza de intendente. Aunque no es militar, la Policía local es un cuerpo jerarquizado, con cierto orden y disciplina que me gustaba. Mi mujer, que entonces era maestra, también tuvo opción de venirse y eso fue todo. -¿Cómo fueron sus inicios en la Policía Local de Córdoba? -Llegué en el 92, gobernaba Herminio Trigo y se había creado la policía de barrio. Eran unos tiempos completamente distintos a estos. -¿Cómo era la Córdoba de los 90? -Era la Córdoba que no tenía rondas, la de los atascos continuos en el Puente de San Rafael y la de la feria en la Victoria. Aquello era tremendo, la ciudad se quedaba estrangulada toda una semana. Cuando me hicieron jefe accidental, de mayo del 94 a julio del 95, me tocó el traslado de la feria a El Arenal. Aquello también fue tremendo, aunque la ciudad ganó. La gente estaba acostumbrada a ir a la feria en plan ambulante, poner sus mesitas y servir cubatas más baratos que las casetas o poner sus planchas y asar chorizos para venderlos. Nos costó la misma vida poner orden allí. Una anécdota de aquel año fue que el jefe provincial de Tráfico dijo que cerraba la autovía para que no salieran coches porque la gente iba a ir borracha. Aquella feria lo pasamos fatal por eso. Luego lo convencí y conseguí que al año siguiente se abriera la autovía. -¿Y qué cuerpo de policía se encuentra cuando llega? -Había unos 430 o 440 policías. No estaba mal. El problema es que teníamos mandos muy mayores, gente que venía de antes de la democracia, con buena voluntad pero con algunas carencias. Eran otros tiempos, pero eso sí, la gente tenía más consideración hacia los mandos y eso se ha ido diluyendo. -¿Qué se ha perdido de ese perfil de policía más antiguo y qué han ganado con las nuevas promociones? -Creo que en el fondo hemos ganado porque los policías vienen mejor preparados cultural y académicamente. También físicamente, pero los antiguos tenían un trato a la gente distinto y mira que estamos intentando que los nuevos sean amables. A ver, algunos vienen un poquito subidos y tenemos que bajarlos, pero es lógico: son jóvenes que se encuentran con una pistola y un uniforme y se vienen arriba. -Sería un cuerpo con muchas menos mujeres que ahora, ¿no? -Sí, pero el de Córdoba era el cuerpo de Policía Local que más tenía, porque tuvimos una promoción en el 70 con el alcalde Antonio Alarcón en la que entraron 17 o 18 mujeres y ellas seguían aquí cuando yo llegué. -¿Cómo están ahora de plantilla? -En el año 2019, cuando aprobaron el Real Decreto de la jubilación anticipada, se me jubilaron el 1 de enero 60 policías de un golpe. Aquello fue un palo, pero se ha repuesto. El problema que tenemos es que aunque han salido convocatorias buenas, de noventa y tantas personas, ahora de cincuenta y tantas, desde 2010 hasta 2018-2019 no hubo apenas convocatorias. Ahora mismo estamos en unos 440. El problema que tenemos es que desde que se inicia la convocatoria, hasta que el policía está en la calle te tiras prácticamente tres años y, claro, la gente se sigue jubilando. Para quedarse más o menos bien, con una ratio de unos 1,5 por cada 1.000 habitantes, tendría que haber cerca de 500, y para eso habría que sacar todos los años una convocatoria de 50 o 60. Pero bueno, creo que la próxima convocatoria también va a ser buena. -¿Qué competencias ha ido asumiendo la Policía Local en estos años? -Hemos mejorado en muchos aspectos, por ejemplo, antes no teníamos un convenio de colaboración con Policía Nacional. Entonces había algunos encontronazos con ellos, que ahora se liman en las reuniones periódicas que tenemos. También se firmó, en 2003, el convenio de violencia de género, en el que fuimos pioneros, con Rosa Aguilar. Ahora la atención que damos a la mujer es integral, desde que llega a poner a la denuncia. También hemos mejorado en medios materiales, prácticamente casi todos los coches y hemos cambiado dos veces el sistema digital. El que teníamos antes era analógico, y ese fue el que nos escaneó la banda de la nariz que asesinó a las compañeras Marisol Muñoz y Mari Ángeles García. -Supongo que aquello fue el suceso más duro de su carrera. -Sí, ese día y el del atentado del sargento Ayllón en Carlos III en mayo del 96 con los dos coches-bomba que puso ETA. Uno de los coches nos lo llevamos con la grúa y el otro era el que en teoría tenía el detonador que no explosionó al paso del autobús. Un ciudadano se dio cuenta de que tenía unos cables y llamamos a los Tedax. Y lo de la muerte de las compañeras fue muy duro, porque tuve que organizar el sepelio, la capilla ardiente, entrar a identificarlas... Fueron unos días durísimos. Además de aquello estuvo la pandemia, aunque entonces al menos hubo muy buen ambiente entre las instituciones y eso fue muy importante. -También habrá tenido algún capítulo gratificante. -Claro, pequeñas cositas, momentos, y quizá el haber trasladado la feria sin ningún problema y la carrera oficial de la Semana Santa a la Mezquita, siendo también esa una aventura complicada. Un momento de la entrevista al jefe de la Policía Local Antonio Serrano. / MANUEL MURILLO -¿Cómo ha sobrevivido a tantos equipos de gobierno y a un buen puñado de alcaldes? -Esa es una de las preguntas que yo me hago. Un amigo mío, que es muy gracioso, me dice que he sido el jefe de las tres culturas. Le pregunté si se refería a la cristiana, la judía y la mahometana, y me dijo que no, que era porque he estado con IU, PSOE y PP. No sé cómo lo he hecho, soy una persona discreta, no me gusta el protagonismo y siempre he actuado así. Por encima de todo, he puesto la profesionalidad y la lealtad institucional. Pero como es lógico con algunos he tenido más feeling que con otros. -No nos vas a decir con quién más, ¿no? -No quiero decir nombres, en general yo me he llevado bien con todos. Los alcaldes me han respetado. -¿Ninguno le ha intentado imponer una línea política por encima de un criterio profesional? -No, nunca. He ido siempre con la legalidad por delante y les he explicado las cosas y me han dicho: adelante, no hay problema. No he engañado, ni mentido a nadie. En democracia, el jefe de policía tiene que ser siempre leal a la institución y al alcalde. -¿Cree que se va con el cariño de la plantilla? -Yo creo que sí, que me voy con mucho cariño. Evidentemente, el jefe no puede ser amigo de todos los policías, pero estos días que me estoy despidiendo estoy notando el cariño y la cercanía de la gente. Es verdad que he tenido mis diferencias con algunas secciones sindicales, porque he primado el servicio público y a la ciudadanía antes que a lo mejor determinadas cuestiones, digamos, laborales. Pero que conste que de todas las mejoras laborales que se han logrado me he alegrado por la plantilla. Lo que pasa es que como jefe tengo que compaginar el servicio público con el de los sindicatos, que lo que quieren, dentro de sus reivindicaciones laborales, es ganar más dinero y trabajar lo menos posible. -¿Con quién le ha costado más trabajo bregar con los sindicatos o con los concejales de Personal-Seguridad? -Depende de los momentos. El jefe tiene que ser jefe y en un momento determinado hasta psicólogo o confesor. Algunas veces los sindicatos me han puesto en el tablón de anuncios criticándome, pero yo no me tomo las cosas con carácter personal. El otro día fue a despedirme del Sindicato Independiente de Policía Local (Siplib) y uno de los que estaba me dijo: tú has tenido que representar tu papel de jefe y nosotros, de sindicato. Entrevista al jefe de la Policía Local António Serrano, que se jubila / Manuel Murillo Martínez / COR -De hecho, acabo de ver cómo se despedía de los dos representantes más veteranos de ese sindicato, Miguel y Emiliano, con un abrazo que me ha parecido sincero. -Claro, y eso que con ellos me he peleado mucho, mucho, pero bueno, ahora, te diría que los puedo considerar amigos. -¿Usted es policía las 24 horas del día? -Sí, yo sí he sido policía las 24 horas del día. Mi mujer me dice que he estado obsesionado con el traba y yo le he dicho siempre: a ver, ¿qué quieres que haga? -¿Cómo se puede vivir estando con ese susto, en alerta, las 24 horas del día? -Nunca he tenido susto, pero he estado en alerta, permanente. He tenido respeto. Mira a mí me gusta la filosofía y leo filosofía, sobre todo a Séneca, a los estoicos, y hay una frase de Apolodoro de Éfeso de hace más de dos mil y pico años que dice: “Actuación sí, pero con un pensamiento razonado”. Cuando pasaba algo grave, siempre pensaba y mientras llegaba al sitio siempre tenía en mente esa frase. -¿Qué cualidades tiene que tener un buen policial local? -A las nuevas promociones siempre les digo lo mismo: ser amables con los ciudadanos, compañeros de vuestros compañeros y servidores públicos. Tenemos que transmitir a los ciudadanos tranquilidad y serenidad. -Pues algunos agentes tienen el bolígrafo muy rapidito, vamos que lo de Apolodoro como que no. -Bueno, ese es uno de los temas que hemos intentado corregir en la medida de lo posible. Son cuatrocientos y pico personas… -¿Ha cometido alguna vez alguna infracción de tráfico? -Nunca me han multado, ni en Córdoba, ni fuera de Córdoba. -Ni un radar por ahí suelto, un aparcamiento en doble fila para ir al cajero… -Nunca. -Entonces tampoco habrá quitado ni una multa tampoco. -No he quitado ninguna multa. A quienes me han dicho que su multa ha sido injusta solo les he podido decir que la recurra, porque algunas veces los policías nos equivocamos, pero nunca he dicho eso de quítale esta multa a mi amiguete. -¿Quiere hablar de la etapa en la que estuvo apartado de la jefatura mientras se instruía el llamado caso Torreblanca? -No es que no quiera hablar, es que yo la he pasado página de aquello. Entonces se dieron una serie de circunstancias y entendí que en aquellos momentos la opción más lógica era que discurriera el proceso penal, y ya está. Yo estaba tranquilo y no siento odio ni rencor hacia nadie. Son anécdotas que pasan en la vida profesional. -¿Qué cambiaría del tráfico de la ciudad? -Córdoba con la ronda ha ganado mucho y no es de las ciudades que más atascos tiene. Es verdad que hay horas puntas, y problemas en las salidas de los polígonos, pero se están dando pasos para que no haya cuellos de botella. -¿Qué consejo le daría a quien le sustituya? -Que mantenga el buen nivel de la Policía Local de Córdoba y lo mejore si es posible. -¿Qué planes tiene para la jubilación? -Tomarme la vida con tranquilidad y filosofía. Parece un tópico, pero yo no voy a hacer planes de un futuro de agobiarme mucho, voy a ir día a día, lo que salga, la familia y con mi madre que todavía vive y va a cumplir 96 años. Y hacer algo de deporte mientras pueda. Es una nueva etapa y tengo que quitarme el chip de estar las 24 horas pendiente del móvil. Suscríbete para seguir leyendo

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