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Parana » Informe Digital
Fecha: 07/09/2025 03:00
Falta poco más de un año para elegir nuevas autoridades en la Sociedad Rural Argentina (SRA), pero los plazos parecen carecer de importancia. En una de las entidades empresarias más afines al Gobierno de Javier Milei, crece la tensión política interna y circulan rumores diversos. Esta entidad representa a un sector del campo argentino que podría definirse como “ruralistas VIP”, donde se congregan los grandes terratenientes y propietarios de ganados del país. Es la tradicional aristocracia rural, a pesar de los esfuerzos de sus autoridades por sumar adeptos y de haberse dado un baño de popularidad junto con otras organizaciones del sector, cuando se constituyó la famosa “Mesa de Enlace” que enfrentó a Cristina Kirchner por la Resolución 125, que culminó con el voto “no positivo” de Julio Cobos. Han transcurrido 17 años y los derechos de exportación que el sector paga, principalmente por la soja, siguen siendo una pesada carga. La SRA, fundada en 1866, tiene un objetivo fundacional ambicioso: “velar por el patrimonio agropecuario del país”. Cuenta con aproximadamente 3.900 socios y, a lo largo de su historia, en sus cúpulas han destacado apellidos como Martínez de Hoz, Anchorena, Miguens, Blaquier, Frers, Zorreguieta, Crotto, Alchouron y Etchevehere, entre otros. Muchos de sus dirigentes han ocupado cargos en diversos gobiernos, tanto democráticos como de facto. La SRA forma parte del Grupo de los Seis, que incluye entidades que representan a los bancos nacionales (Adeba), a los grandes industriales (UIA), a la bolsa porteña (BCBA), a los constructores (Camarco) y al comercio (CAC). Este grupo de poder suele operar de manera cohesiva, aunque el actual Gobierno provoca sentimientos encontrados entre sus miembros. Fuerte interna La actual conducción de la SRA está liderada por Nicolás Pino, quien, junto a Marcos Pereda Born, derrotó a Daniel Pelegrina en 2020 (aunque asumieron en 2021 debido a la pandemia). Pino, de 59 años, casado y padre de dos hijas, se graduó en Producción Agropecuaria en la UCA, se especializa en producción ganadera y es miembro de la entidad desde hace más de 30 años. Tiene una estrecha relación con Javier y Karina Milei: se dice que esta conexión se forjó cuando el líder empresarial recibió a Milei en la Rural, mientras este aún era un candidato emergente. En medio de los rumores sobre cambios de gabinete tras las elecciones de octubre, su nombre resuena con fuerza para un posible cargo oficial relacionado con el campo, área que depende del Palacio de Hacienda bajo la dirección de Luis Caputo. Pereda, por su parte, pertenece a la familia Born —su bisabuelo fundó Bunge y Born— y preside el Grupo Bermejo, un conglomerado familiar que gestiona y desarrolla agronegocios con tierras en Buenos Aires, Entre Ríos y Corrientes, focalizándose principalmente en la producción y comercialización de productos y servicios agrícolas, ganaderos y forestales, incluyendo la apicultura, según detalla su sitio web. Esta dupla llegó a la entidad con la bandera de la renovación, prometiendo una gestión más moderna que reemplazara a la “vieja guardia” que la había administrado. Mudaron la sede institucional del histórico edificio en la peatonal Florida, en el centro porteño, a una moderna torre ubicada detrás del predio, en Palermo; implementaron el voto electrónico y sanearon las cuentas de la institución. Allegados a Pereda afirman que él fue el arquitecto del “Plan Estratégico para la SRA 2030”, que incluía estos puntos y otros que no prosperaron debido a la interna. La tensión entre Pino y Pereda, compañeros de fórmula que llegaron al poder bajo el Movimiento Compromiso Federal (MCF), es evidente y pública. Recientemente se intensificó, ya que Pereda y otros opositores consideran que una maniobra de Pino busca perpetuarse en el poder y buscar la “re-reelección”, algo que los estatutos de la entidad prohíben. La SRA contaba con reelección indefinida hasta 2022, cuando la nueva conducción modificó los estatutos limitando a tres el número máximo de períodos consecutivos. El próximo año, en septiembre, Pino concluirá su tercer mandato y ya se ha comenzado a hablar de sucesión. El vice levantó la mano, manifestando su disposición a tomar el mando, pero Pino interpreta los recientes cambios estatutarios de otra manera, asegurando que los mandatos deberían contarse desde la enmienda y no desde que asumieron la fórmula, lo que le concedería un período adicional para gobernar. Pereda sostiene que la interpretación de Pino es incorrecta. Personas cercanas a él afirman que la situación es similar al intento de Carlos Menem de buscar la “re-re” a fines de los ‘90, lo cual fue desestimado por la Corte Suprema. Como representante de la SRA, Pereda fue hasta mayo pasado presidente del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp). En su último discurso al frente del cargo criticó fuertemente el esquema de retenciones. Hubo murmullos dentro del recinto y muchos más fuera del Hotel Alvear, donde se llevó a cabo el encuentro: Pino también critica las retenciones, pero de una manera menos directa y con un enfoque más “constructivo”. Esta diferencia de enfoque terminó por distanciarlos aún más. El invitado a ese tradicional almuerzo era el ministro Caputo, quien se ausentó a último momento y fue reemplazado por Federico Sturzenegger. Muchos aseguraron en ese momento que el ministro de Economía canceló su asistencia al recibir adelantos sobre el tono del discurso de Pereda. El Gobierno redujo las retenciones en enero, aunque anunció que sería temporal. En junio las volvió a incrementar, y un mes después, en la Exposición Rural de Palermo, las redujo nuevamente —esta vez de forma permanente— para la soja y otros granos y carnes. Pino conversó con Infobae y admitió que su relación con su compañero de fórmula se ha enfriado. — ¿Está peleado con Pereda? — No estoy peleado, pero han surgido tensiones por acciones que realizó en este último año y medio. Quiere adelantar las cosas y la relación se ha debilitado, no solo conmigo, sino también con los miembros de la Comisión Directiva. — ¿Busca un cuarto período? — Mi mandato vence en septiembre del 2026. Vivo de mi trabajo, no tengo herencia ni bienes familiares. Tengo trabajo, socios y familia y no puedo ser tan atrevido como para pensar en lo que pasará a finales del año que viene. Realmente no sé qué sucederá. Debería resolver mis asuntos personales y luego se verá. Mi mandato se cuenta desde el cambio estatutario, no desde antes. Algunos ansiosos desean que tome una posición hoy y no tengo la menor idea. — Se dice que podría ser funcionario del Gobierno después de octubre. — Tengo un mandato que cumplir y sería extraño que renunciara antes de finalizarlo. El socio podrá elegir, pero el año que viene. Cualquiera que desee postularse podrá hacerlo sin problemas. Hoy no estoy en proceso electoral. Pereda declaró, en diálogo con este medio, que su objetivo es defender la institución, más allá de los nombres propios. También aseguró que no está en campaña. Un grupo de directores del oficialismo —liderados por Raúl Etchebehere, vice segundo de la entidad— le solicitaron en julio pasado que pidiera licencia si iba a hacer proselitismo contra Pino. — ¿Quiere ser presidente de la SRA? — Si los socios ven en mí una alternativa, estoy dispuesto a asumir el compromiso de presidir la institución. Siempre es mejor la alternancia. Tengo la tranquilidad de haber planteado mis diferencias dentro de la Comisión Directiva. Y no soy el único ni formo parte de un grupo pequeño de dirigentes. Algunas opiniones, creo, deben ser escuchadas. Por el bien de la SRA. — ¿Está peleado con Pino? — Hay una diferencia significativa: nuestra misión era llevar a la SRA al siglo XXI y romper con el estancamiento que atraviesa el sector. Pero ese impulso transformador se detuvo por decisiones políticas. No lo decimos solos: los socios y los miembros de la Comisión Directiva lo sienten y lo expresan. Expresar visiones diferentes sobre cuestiones sectoriales debe considerarse parte de la dinámica sana y legítima de cualquier entidad. No me agradan los personalismos. Los socios nos pidieron que trabajemos para el sector, no para unos pocos o para quienes comparten idénticos pensamientos. Las necesidades del campo y de los productores son enormes y no podemos distraernos con cuestiones personales. Asamblea caliente La semana pasada, Pino propuso una nueva modificación estatutaria para unificar la presentación de los balances de la SRA y de La Rural SA, la empresa que explota el predio del cual la entidad es accionista, junto a IRSA, de Eduardo Elsztain. Pino sostiene que se trató de una simple cuestión de simplificación administrativa, pero sus oponentes opinan que la propuesta encierra un intento por encaminarlos hacia una nueva reelección. Aseguran que el esquema implicaría demoras en los procesos electorales del año próximo que perjudicarían algún intento de lista alternativa. Sin embargo, el presidente de la SRA no logró obtener los votos necesarios para imponer su propuesta. “Expresar miradas diferentes sobre algunas cuestiones sectoriales debe ser comprendido como parte de la dinámica sana y legítima de cualquier entidad. No me gustan los personalismos” (Pereda) “La semana pasada el socio frenó los deseos personales de Pino de perpetuarse al mando de la Rural. La interna del oficialismo que la resuelvan ellos, a mí no me interesa. Lo que me interesa es la entidad y que tenemos una conducción autoritaria que ha llevado a cabo una cacería de brujas con delegados que piensan de manera distinta. Quieren quedarse más mandatos. Además, son casi nulos los reclamos que han realizado ante el Gobierno, al que solo parece que quieren complacer. Se han mantenido en silencio ante situaciones gravísimas”, indicó Santos Zuberbuhler, un socio de la SRA con campos familiares en la ciudad bonaerense de Navarro y propiedades destinadas a la agricultura y ganadería en Córdoba. Zuberbuhler —quien perteneció a Unidad y Acción— enfatizó que los números del campo son negativos para casi todos los cultivos y economías regionales, en medio de una coyuntura complicada, con miles de hectáreas inundadas en la provincia de Buenos Aires, presiones constantes y costos elevados. “Necesitamos que nuestros dirigentes y representantes levanten la voz y negocien con el Gobierno. Los productores se funden a diario o abandonan la actividad. Los números no cierran”, lamentó. Se avizora un año de creciente tensión para una de las entidades empresariales más cercanas al Gobierno, junto a la Cámara de Comercio, presidida por Mario Grinman, y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, bajo la dirección de Adelmo Gabbi. Sus colegas de la UIA (Martín Rappallini) y de la Cámara de Comercio (Gustavo Weiss) tienen una postura más crítica, en medio de una actividad ralentizada, el impacto de la apertura económica y la paralización de las obras públicas. La otra entidad del Grupo de los Seis, la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), que preside Javier Bolzico, se encuentra en una especie de “guerra fría” con el Gobierno, con sus integrantes criticando en off, funcionarios que los señalan y un contexto de cambios constantes para el sector y muchas dudas respecto al esquema cambiario. “Mi mandato vence en septiembre del 2026. Vivo de mi trabajo, no tengo herencia ni bienes familiares. Tengo trabajo, socios y familia y no puedo ser tan atrevido de pensar de acá a finales del año que viene” (Pino) “Pino es un tipo muy hábil, aprendió. Algunos que no lo querían ahora sí lo respaldan, o al menos creen en lo que puede lograr. Hasta sufrió un atentado —afortunadamente sin consecuencias– que le otorgó cierta notoriedad pública”, resumió un destacado socio de la Rural que solicitó permanecer en el anonimato. La alusión es al paquete con material explosivo que detonó hace un año en la oficina de Pino, causando heridas a él y a su secretaria, aunque no de gravedad. Pocos antes, en la celebración del Día de la Industria, en la UIA, se había evidenciado la buena relación del dirigente con el Presidente. En su discurso, Milei afirmó que “para proteger a la industria se le robó al campo” y que “la protección industrial generó un sector adicto al Estado, uno de los orígenes de nuestras crisis económicas”. Una vez finalizado su discurso, miró a Pino y le dijo, con un guiño que parecía un cumplimiento de una promesa previa: “¿Me escuchaste, no?”. El presidente de la SRA, que estaba sentado en la primera fila, asintió con la cabeza y sonrió. Fotos: SRA
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