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  • Balanza comercial energética del primer semestre alcanza mayor superávit en 35 años gracias a Vaca Muerta y reducción de importaciones

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 07/09/2025 02:59

    Argentina alcanzó en 2025 el mayor superávit energético de las últimas tres décadas y media. Según datos de la Secretaría de Energía citados por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la diferencia entre exportaciones e importaciones de energía es la más significativa del siglo, impulsada por el crecimiento en la producción de gas y petróleo en Vaca Muerta y por la disminución de las compras externas. Este hito no solo refleja la transformación de la matriz energética del país, sino también el impacto de las inversiones en infraestructura que permiten ampliar la capacidad de transporte y exportación. “La balanza energética argentina tuvo su mayor superávit en 35 años”, destacó la BCR en un informe donde se analizan los factores que explican este resultado. .responsive {width: 100%; height: auto;} Crecimiento sostenido de la producción La producción de hidrocarburos es el pilar de esta mejora. Entre enero y julio de 2025, el gas registró un crecimiento del 4% en comparación con el mismo período de 2024, mientras que el petróleo aumentó un 11%. Con estas tasas, las proyecciones indican que la producción de crudo será la más alta desde 1998 y la tercera mayor en la historia argentina, mientras que el gas podría alcanzar un nivel récord este año. Uno de los motores de este desempeño es la producción no convencional. En lo que va de 2025, el 60% del petróleo extraído en el país provino de Vaca Muerta, un notable incremento si se considera que en 2020 la proporción era inferior al 25% y en 2015 no superaba el 5%. El ascenso de la cuenca neuquina se produjo en paralelo con el declive de otras cuencas convencionales, como la del Golfo San Jorge. Exportaciones en alza y caída de importaciones El superávit energético se ha consolidado gracias a una combinación de mayor capacidad exportadora y una fuerte reducción en las compras externas. Entre enero y junio de 2025, las exportaciones de energía crecieron un 11% interanual. En cambio, las importaciones cayeron un 23%, con un descenso del 46% en las compras de gas, el rubro de mayor peso en años anteriores. Este comportamiento explica por qué el complejo petrolero-petroquímico se consolidó como el segundo complejo exportador del país desde 2024. En lo que va de 2025, las ventas externas de petróleo y gas representan más del 13% de las exportaciones totales, un nivel que contrasta con el 6% de 2020 y el 3,7% de 2015. Según la BCR, se trata de la participación más alta en los últimos 19 años. .responsive {width: 100%; height: auto;} En sentido inverso, la energía ha perdido peso dentro de las importaciones. Después del pico de 2022, cuando los hidrocarburos llegaron a representar casi el 16% del total importado, la proporción se redujo a menos del 5% en el primer semestre de 2025, un mínimo en 21 años. El rol de la infraestructura La mejora de la balanza energética no se explica solo por el incremento productivo, sino también por los avances en infraestructura. Entre los proyectos clave se destacan el Gasoducto Perito Moreno —anteriormente conocido como Gasoducto Presidente Néstor Kirchner—, la reversión del Gasoducto Norte y el Oleoducto Vaca Muerta Sur. El Gasoducto Perito Moreno ha permitido ampliar el abastecimiento hacia Buenos Aires y la región centro del país, mientras que la reversión del Gasoducto Norte extenderá la provisión de gas a Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy. Este último proyecto es estratégico ya que abre la posibilidad de exportar gas a Bolivia y Brasil, en un contexto donde la producción boliviana está en declive. Por otro lado, el Oleoducto Vaca Muerta Sur será fundamental para potenciar la exportación de crudo a través del Atlántico. Una vez finalizado, permitirá evacuar una mayor cantidad de producción desde la cuenca neuquina hacia los puertos. Vaca Muerta como motor El desarrollo de Vaca Muerta se ha consolidado como el principal impulsor del superávit energético. Sus características geológicas han facilitado un crecimiento sostenido de la producción no convencional y un reposicionamiento de Argentina como jugador regional en el ámbito del petróleo y gas. La BCR subrayó que, a diferencia de lo que ocurría hace una década, hoy la mayoría del crudo extraído en el país proviene de formaciones no convencionales. Este cambio de perfil no solo amplía la capacidad de exportación, sino que también redefine la estructura del comercio exterior argentino, ya que el complejo energético gana participación frente a sectores tradicionales como la soja y el maíz. Impacto en el comercio exterior Los datos indican que la energía se ha convertido en un eje estratégico de la balanza comercial. En 2015, petróleo y gas apenas representaban el 3,7% de las exportaciones, mientras que en 2025 superan el 13%. Este es un salto estructural que posiciona al complejo petrolero-petroquímico como el segundo en importancia, solo detrás del agroindustrial. En cuanto a las importaciones, la tendencia descendente ha liberado divisas en un contexto en el que la economía argentina enfrenta limitaciones de financiamiento externo. Con menos compras de gas y combustibles, el superávit energético se consolida como una fuente de alivio para la balanza de pagos. Perspectivas y desafíos A pesar de que los datos presentan una mejora notable, el sector energético enfrenta desafíos hacia el futuro. La consolidación de las exportaciones dependerá de la finalización de las obras de transporte, la estabilidad regulatoria y la capacidad para atraer nuevas inversiones. La Bolsa de Comercio de Rosario destacó que “las inversiones en el sector petrolero junto con el crecimiento en la infraestructura de transporte de hidrocarburos vienen apuntalando el desarrollo de Vaca Muerta y de la energía argentina año tras año”. Además, subrayó que las oportunidades son significativas, tanto en el mercado interno como en los países vecinos. Con el declive de la producción boliviana y la necesidad de diversificar las fuentes de energía en Brasil, Paraguay y Chile, Argentina se presenta con una ventaja competitiva para posicionarse como proveedor confiable en la región.

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