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  • La Orquesta “Yaguarí Guazú”: cuando la música es refugio, encuentro y oportunidad

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 07/09/2025 00:32

    A la espera de que se terminen las obras de refacción, el Teatro Gualeguaychú permanece en un letargo que sólo es interrumpido por el sonido de los instrumentos de cuerda y viento de la Orquesta Juvenil “Yaguarí Guazú”. Los miércoles a las 18 horas, obras de música clásica, de hip hop, de rock nacional y de grunge recorren cada una de las salas del colosal edificio y llegan a los oídos de los afortunados que pasan por la vereda. Dentro de esas paredes, niños y jóvenes de entre 7 y 21 años hacen historia, ya que forman parte del primer semillero de músicos orquestales de Gualeguaychú. Gracias a la sanción de una ordenanza, las futuras generaciones de “gurises” tienen garantizada la existencia de este espacio que trasciende a la música, por muchos años más, para siempre. La mayoría llega al ensayo general de los miércoles desde diferentes zonas de la ciudad. Para algunos, es la primera vez que entran en contacto con un instrumento. Para todos, es la primera oportunidad que tienen de aprender a tocar un instrumento de orquesta. La dirección está a cargo de Santiago Veronesi, músico, compositor y docente de la ciudad. En la enseñanza del clarinete y la flauta está Penélope Hilarza, en violoncello Aranza Durandó, en violín y viola Mariel Sala, y en contrabajo Juan Emilio Telechea. Puede interesarte La experiencia de formar parte de la “Yaguarí Guazú” no es meramente musical, sino que va más allá de la búsqueda de la belleza a través del sonido, y permite a cada uno de los integrantes formar lazos entre sí, e incluso encontrar en la música un canal para reconducir lo que les pasa. Sofía y Rocío iban juntas al colegio hasta que se cambiaron. Para no perder su amistad, decidieron buscar un lugar que les permitiera seguir en contacto, por eso, decidieron anotarse en la orquesta. “Queríamos empezar a tocar un instrumento y un taller que nos permitiera vernos más. Vimos una publicación sobre la ‘Yaguarí’ y nos pusimos a ver la lista de instrumentos. Fue así que decidimos venir a violín. Logramos lo que buscábamos: seguir viéndonos y aprender algo nuevo que nos terminó gustando”, expresaron a Ahora ElDía. Las clases de violín son las más populares de la Orquesta, ya que 43 chicos asisten en diferentes horarios para aprender a tocar este instrumento. “Sabíamos que íbamos a tener una buena convocatoria, pero de todas maneras nos sorprendió. Lo que más nos asombró fue la permanencia de los chicos. Muchos no se conocían y armaron un lindo vínculo entre ellos y con nosotros, los profes”, manifestó Mariel Sala, docente de violín. En un contexto donde se habla mucho de salud mental, el rol de la música y de lo colectivo, adquiere gran relevancia, y esto es lo que notan los profesores. Al respecto, Mariel relató una situación que vivió con una alumna: “La música nos salva siempre, hay chicas que por ahí se sienten mal, y vienen igual. De hecho, una adolescente que tiene 13 años, me dijo ‘siento que valgo más desde que toco el violín. Y más allá de que ella es importante por quien es, el aprender a tocar un instrumento que pensó que no iba a poder aprender, aumentó su autoestima. Escuchar eso es muy gratificante”. Otro de los ejes centrales de la Orquesta es ser un espacio donde los jóvenes pueden conocer a pares con sus mismos intereses y construir vínculos con ellos. En esto coincide Juan, profesor de contrabajo: “Es un hecho histórico para la ciudad que tengamos una orquesta y los chicos puedan venir a aprender sin costo, con los instrumentos gratis. De hecho, de joven no tenía un lugar para estudiar un instrumento de orquesta. Esta posibilidad está buenísima, porque permite que gurises se conozcan, se hagan amigos, y por un par de horas, estén sin el celular tocando un instrumento”, resaltó. A través de la música, los profesores son testigos de cómo sus alumnos crecen emocional y artísticamente. Simón, Marcos, Atahualpa, Dylan forman parte del grupo que eligió aprender a tocar el contrabajo, y contaron que les gusta el sonido grave que emana el instrumento pero que al principio suena feo “hasta que se le agarra la mano. Después tiene un sonido re lindo”. Puede interesarte Además, resaltaron que encontraron un grupo con el cual compartir gustos e intereses: “Todos tenemos más o menos la misma edad y hay mucho compañerismo entre nosotros”, coincidieron, y uno de ellos agregó: “Cuando hay un día malo, la música te despeja, te hace pensar en otros temas, te hace la vida más feliz, te salva”. Por sugerencia de su abuelo, Olivia eligió aprender cello: “Me dijo de todos era el instrumento más lindo de todos. Y no se equivocó, realmente suena muy hermoso y me ayuda cuando tengo días que no son tan buenos”. Por su parte, Galo decidió probar el clarinete y confesó que antes de ingresar a la orquesta no sabía nada de música. “Es un instrumento complicado, fue un desafío, todavía estoy aprendiendo. Los miércoles me levanto a la mañana sabiendo que voy a venir acá y está buenísimo, porque es muy importante el lugar que ocupa en mi vida”. Así, entre cuerdas, vientos y mucha dedicación, la Orquesta Infanto Juvenil “Yaguarí Guazú” se consolida como un espacio de crecimiento artístico, contención emocional y construcción de comunidad. Gracias al compromiso de sus docentes, al entusiasmo de sus más de 70 integrantes y a la decisión de asegurar su continuidad, Gualeguaychú no sólo tiene una orquesta: tiene un semillero de sueños que suenan fuerte, afinados con el futuro.

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