04/09/2025 15:49
04/09/2025 15:48
04/09/2025 15:48
04/09/2025 15:48
04/09/2025 15:47
04/09/2025 15:47
04/09/2025 15:47
04/09/2025 15:47
04/09/2025 15:46
04/09/2025 15:46
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/09/2025 12:51
Un artista conocido como el Mago Mato ayudó a un nene con parálisis cerebral para costear su tratamiento en México (Buenas noches Familia – El Trece) Cada transmisión de Buenas noches, familia, el ciclo nocturno de El Trece conducido por Guido Kaczka, ofrece mucho más que entretenimiento en vivo. Esa mezcla de historias inusuales y conmovedoras convierte al estudio en un escenario donde las emociones pasan del asombro a la pura solidaridad en cuestión de minutos. En una de sus emisiones más recordadas, un mago logró conmover a todos al dedicar su función a Galo, un niño cordobés con parálisis cerebral, y ayudar a recaudar más de 205 millones de pesos para su tratamiento y sus necesidades más urgentes. El clima del estudio se transformó, apenas el artista, conocido como el Mago Matus, hizo su entrada y, lejos de buscar luces propias, aclaró sus verdaderas intenciones frente al público y al conductor. “Vengo por Galo, Galo es mi amiguito de Tanti, de Córdoba. Galo necesita hacerse un tratamiento para su salud, tiene dos añitos Galo”, expresó determinado. La emoción asomó en el rostro de Guido Kaczka, quien le abrió espacio al testimonio y destacó la generosidad del invitado. Matos remarcó más de una vez que toda ayuda debía llegar de manera directa: “El teléfono es de la tía de Galo. Galo tiene que hacer un tratamiento, tiene dos añitos, y tiene que ir a México para un tratamiento específico para mejorarle la calidad de vida”. La transparencia y nobleza del gesto no pasó desapercibida. El propio Guido intervino para subrayar el mensaje a la audiencia: “Vos el show, pero ni tu teléfono, no ponés tu teléfono, directamente el teléfono de la tía”. El mago asintió, dejando en claro que su aparición tenía un solo objetivo: ayudar a la familia y a Galo, que debía viajar a México en busca de un tratamiento especializado. El artista logró recaudar una suma millonaria para continuar el tratamiento de Galo y sus necesidades (Captura de video) La atmósfera en el estudio se llenó de emoción y empatía. El padre del pequeño tomó la palabra y, entre lágrimas, describió la importancia del proceso médico. “Tiene parálisis cerebral y tenemos que hacer un tratamiento, para mejorar la calidad de vida del gordo”, compartió ante la mirada atenta y solidaria de todos. En ese instante, la voz de Guido sintetizó el valor de cada pequeño paso: “Cada centímetro, cada milímetro que se mejora es dar la vuelta olímpica”. Los ojos brillaban, los aplausos tapaban el silencio. El mensaje impactaba. La tensión se mantuvo hasta conocerse el desenlace del voto del público. El “premio de la gente” superó incluso las expectativas de los más optimistas y alcanzó la impresionante cifra de más de 205 millones de pesos, en un estallido de aplausos y lágrimas compartidas. Familia, mago, staff y televidentes celebraron en un mismo pulso solidario. Los abrazos entre la familia de Galo y el Mago Matus sellaron una noche que demostró cómo una causa puede unir a miles y transformar la vida de un niño. Cabe mencionar que el ciclo causa emociones desde sus primeras transmisiones en la pantalla chica. Días antes, otro participante dejó una huella imborrable. Mario Castro, un joven músico salteño, subió al escenario junto a su hermano y movilizó al país. Su historia y su música cruzaron pantallas y corazones. Nacido sin brazos, Mario se crió en Macueta, un paraje del municipio de Aguaray, en el norte de Salta. Allí vivió una infancia marcada por la superación: sin extremidades superiores, desde los cuatro años comenzó a acercarse a la música, un camino de esfuerzo y pasión que sorprendió a docentes, familiares, y a todo el que lo escuchaba. Mario Castro, músico salteño sin brazos, conmovió al país al tocar el bombo y el violín en televisión nacional (Video: Buenas noches Familia - El Trece) “No tengo ninguno de los dos brazos, pero toco el bombo y también el violín y he recorrido muchos lugares con mi música”, relató Mario durante su paso por el programa. La música fue para él un refugio y una plataforma para afrontar el aislamiento, la falta de recursos y las dificultades conocidas en contextos rurales. Sus primeras presentaciones ocurrieron en los actos escolares, donde interpretaba el bombo utilizando sus pies y piernas. La familia se trasladó luego a Tartagal, una ciudad a la que Mario accedía con su hermano en recorridos de hasta ocho horas— para poder recibir atención médica básica o simplemente convivir con otros chicos de su edad. Ya instalado en Tartagal, la música siguió acompañándolo. “Desde chico me gustó la música, y a los once años ya tenía mi grupo. Después, cuando tenía dieciocho o diecinueve años, me animé con el violín”, relató con humildad ante Guido y el público. El gran salto a la visibilidad llegó a partir de su participación en el programa, acompañado por su hermano mayor. Juntos revelaron la fuerza de un vínculo inquebrantable. “Mi hermano siempre estuvo conmigo desde el principio”, confesó Mario frente a las cámaras. Sobre el escenario, ejecutó chacareras y temas folklóricos, entre ellos “La Margareña”, homenajeando a El Chaqueño Palavecino, y un tema propio con un verso que emocionó: “Solo un minuto y nada más, para hacerte muy feliz”. El show y la historia de vida de Mario movilizaron nuevamente la solidaridad, logrando recaudar la suma de 83 millones de pesos en donaciones concretas. La presencia de estos participantes, sus historias y su arte, convirtieron a Buenas noches, familia en sinónimo de emoción, empatía y unión. Cada emisión demuestra que la televisión sigue siendo un espacio capaz de reunir a miles por una causa, inspirar esperanza y, sobre todo, devolver la fe en la ayuda y el encuentro colectivo.
Ver noticia original