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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 03/09/2025 23:39
Más vale prevenir… que llorar. Refugios y proteccionistas advierten sobre el riesgo que enfrentan los gatos, especialmente los de pelaje negro, en estos meses cargados de supersticiones. También sugieren a los tutores extremar cuidados y evitar que los animales circulen sin supervisión. Tierra del Fuego, por su población ecléctica, registra muchos antecedentes de “brujerías” y rituales oscuros. Septiembre y octubre suelen ser meses sensibles para los gatos, particularmente para aquellos de pelaje negro. Organizaciones de protección animal insisten en la necesidad de tomar recaudos y postergar las adopciones hasta noviembre, ante el riesgo de que supersticiones o prácticas crueles terminen poniendo en peligro a los felinos domésticos. La recomendación no solo apunta a refugios y hogares de tránsito, sino también a cualquier persona que tenga pensado dar en adopción un gato durante estas semanas. El pedido es claro: esperar un poco más para asegurar que los animales no terminen en manos equivocadas. El riesgo no se limita a las adopciones. También se aconseja a tutores y familias extremar cuidados con sus propios gatos, sobre todo si son mansos y están habituados a recibir caricias de extraños o a dejarse alzar sin resistencia. Mantenerlos dentro de la casa, reforzar los cierres de patios y evitar que circulen sin supervisión son medidas básicas para protegerlos. Una cuestión histórica y cultural El origen de esta alerta se remonta a viejas creencias. Desde la Edad Media, los gatos —y en particular los negros— fueron asociados a la brujería y lo satánico. Aunque el paso del tiempo fue debilitando esos mitos, en muchos lugares del mundo todavía persisten supersticiones que pueden derivar en maltrato. En Argentina, además, la celebración de Halloween, instalada en los últimos años como una fiesta cultural importada, se sumó a estas prácticas. En vísperas del 31 de octubre circulan en redes sociales advertencias para reforzar los cuidados, ya que algunas personas buscan reproducir ritos vinculados a lo “oscuro” o lo “sobrenatural”, donde los gatos suelen ser las principales víctimas de prácticas crueles. En Ushuaia, Río Grande y Tolhuin, la composición poblacional diversa, con habitantes llegados desde el norte del país y de provincias limítrofes con naciones donde los rituales sectarios forman parte de la vida cotidiana, obliga a extremar las precauciones. Estas prácticas han sido reflejadas por Diario Prensa Libre en diferentes publicaciones desde hace décadas, en las que se documentaron ofrendas y ceremonias que incluyen desde bandejas con comida, bebidas y cigarrillos, hasta velas de colores —en especial rojas y negras— derretidas en espacios públicos y entradas de domicilios o comercios. También se han registrado otras manifestaciones, conocidas popularmente como “brujerías”, que varían según la secta que las practique, y en las que lamentablemente sacrifican a animales indefensos. Otro de los lugares señalados por el medio periodístico, en base a sus archivos, es el cruce de la Ruta Nacional Nº 3 y Ensenada, dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego, donde se han fotografiado platos con carne, mechones de cabello atados con cintas y velas consumidas, elementos utilizados como parte de estos rituales. Prevenir para no llorar… Si vas a dar en adopción: • Postergá las entregas hasta noviembre. • No publiques avisos en redes durante estas semanas. • Evitá dar gatos a personas desconocidas sin referencias comprobables. Si sos tutor de un gato: • No lo dejes circular solo en la calle. • Mantenelo dentro de la casa, especialmente por la noche. • Reforzá cerramientos en patios, balcones o jardines. • Prestá especial atención si tu gato es manso y se deja alzar fácilmente. • Aumentá la supervisión durante las semanas previas a Halloween. Si bien no hay registros oficiales al respecto, la experiencia de proteccionistas y rescatistas es suficiente para sostener estas recomendaciones. “Más vale prevenir que lamentar”, señalan, remarcando que posponer adopciones y reforzar los cuidados hogareños durante un par de meses puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de la mascota.
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