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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/09/2025 14:32
El dolor ocular y la visión borrosa suelen figurar entre los primeros síntomas de la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso (Amanda Hahn) El día a día frente a una pantalla puede formar parte de la rutina de quienes trabajan en, por ejemplo, marketing digital, como Amanda Hahn, una joven de Nueva York cuyo caso dejó una huella inesperada. El relato comienza en el momento en que una simple molestia ocular altera el curso de lo cotidiano. “Al principio lo culpé a mi trabajo. Trabajo en marketing digital en una agencia, así que estoy pegada a la pantalla de una computadora todo el día”, recordó a Daily Mail. Por las noches, su teléfono móvil toma el relevo. “Siempre fui el tipo de persona que minimiza esas pequeñas señales de salud con cosas como ‘Oh, no es nada’. Así que la idea de que podía ser algo serio ni cruzó por mi mente”, detalló. Las primeras señales aparecieron de formas tan sutiles como episodios de falta de memoria o el entumecimiento pasajero de alguna extremidad. El síntoma que sí la obligó a detenerse llegó como un “dolor punzante en el ojo cuando miraba hacia abajo y hacia el costado”. La consulta médica La percepción cambió cuando la visión se distorsionó. “Sabía que ya no era solo fatiga por las pantallas. Fui al oftalmólogo y todo se aceleró desde ahí”, relató. Un médico examinó sus ojos y la derivó a una resonancia magnética en urgencias. Allí, los minutos se convierten en horas mientras esperaba los resultados que transformarían lo que conocía de su cuerpo. Los primeros síntomas de la esclerosis múltiple pueden pasar desapercibidos y confundirse con fatiga visual (Imagen Ilustrativa Infobae) “Pasé todo el día en la sala de urgencias esperando por mi resonancia magnética y los resultados”. El momento que llegó después redefinió todo: “Cuando finalmente llegó una enfermera, simplemente me entregó un folleto y dijo: ‘Así se va a ver tu vida en 10 años’”. La sorpresa se agravó al tener antecedentes familiares, según explicó: “Honestamente, ni le creí al principio. Mi mamá también tiene EM, así que me confundí... ¿cómo podía pasarme lo mismo a mí también?”. Un recorrido de consultas confirmó el diagnóstico tras varios estudios. Vivir con esclerosis múltiple Las palabras del diagnóstico se convirtieron en una realidad diaria: esclerosis múltiple (EM). La explicación que dio el equipo clínico resultó breve pero reveladora: “En la EM, el sistema inmunológico ataca la vaina protectora que cubre las fibras nerviosas, conocida como mielina. Esto interrumpe la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo”. Especialistas insisten en no subestimar señales como visión borrosa y dolor ocular, ya que pueden anticipar enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple (Amanda Hahn) Con el diagnóstico, la mirada sobre la propia historia se amplió. “Antes no era muy saludable: noches largas, malas elecciones de comida y poca actividad física en la universidad”, confesó Amanda. La propia vida exige cambios: “Intento caminar todos los días, comer menos alimentos procesados y mantener un estilo bajo en carbohidratos. También hago mi mayor esfuerzo por no estresarme por cosas, especialmente por lo que no puedo controlar”. El entorno social también experimentó transformaciones. “He eliminado personas tóxicas de mi vida y trato de enfocar mi energía en lo que realmente importa”, remarcó. “He aprendido que mi salud tiene que estar primero. Por suerte, con tratamiento y cambios en mi estilo de vida, me va muy bien”. Una historia que conecta y acompaña La experiencia de Amanda dio un giro más allá del ámbito privado gracias a las redes sociales, donde ha encontrado una comunidad de apoyo y comprensión mutua. Las personas que la leen comparten sentimientos de acompañamiento: “Ese apoyo me da el empuje para seguir adelante”. La visibilidad de su trayecto permite que otros encuentren nuevas perspectivas, consideró. Los síntomas de la esclerosis múltiple incluyen visión borrosa, entumecimiento y dificultades de memoria (Imagen Ilustrativa Infobae) Las frases más esperanzadoras van surgiendo de su propia convicción: “No significa que tu vida está acabada, solo significa que la vida puede verse un poco diferente”. Actualmente, está aportando una imagen positiva sobre la diversidad en los recorridos de salud: “Diferente no es malo. Puede seguir siendo muy hermoso. Quiero que la gente sepa que está bien tener miedo, pero también es posible seguir viviendo una vida plena y feliz. Sobre todo, espero que podamos romper el estigma de que tener una enfermedad significa que no puedes tener una vida ‘normal’. Puedes, solo creas tu propia versión de normal”. El dolor en el ojo marcó el inicio de un nuevo recorrido que involucra la atención médica, la modificación de rutinas y una comunicación abierta sobre los desafíos que presenta la esclerosis múltiple. La historia de Amanda Hahn muestra que, a veces, las grandes transformaciones parten de los síntomas más inesperados y cotidianos, y que la información y la conexión pueden cambiar el sentido de lo posible.
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