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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/09/2025 22:57
El estudio documenta el combate ritual entre machos de cobras reales en Tailandia (Freepik) En la Reserva de la Biosfera de Sakaerat, al norte de Tailandia, un reciente estudio ha documentado por primera vez en detalle el combate ritual entre machos de cobras reales. A pesar de su reputación como serpientes altamente venenosas y caníbales, los machos evitan morderse y no utilizan su veneno durante estos enfrentamientos por el derecho de apareamiento. Según informó National Geographic, la investigación revela que estos duelos, lejos de ser letales, se desarrollan como rituales complejos y no sangrientos. Radiotelemetría y observación directa del comportamiento El trabajo, publicado en la revista Ecology and Evolution, fue liderado por Max Jones, investigador de Virginia Tech, junto a un equipo internacional. Entre 2016 y 2019, los científicos observaron y analizaron tres combates entre machos de cobra real del norte (Ophiophagus hannah) en la Reserva de Sakaerat y en el Parque Nacional de Kaeng Krachan, al suroeste de Bangkok. Para ello, emplearon radiotelemetría quirúrgica, insertando dispositivos de rastreo en las serpientes para seguir sus movimientos y registrar sus interacciones en libertad. Jones relató a National Geographic que presenciar uno de estos combates fue “un acontecimiento espectacular”, y que la obtención de imágenes de video y datos de rastreo permitió describir con precisión un fenómeno hasta ahora apenas mencionado en la literatura científica. El miedo que despiertan las cobras reales en las comunidades locales incrementa el riesgo de que sean cazadas- Por Michael Allen Smith from Seattle, USA - 12 - The Mystical King Cobra and Coffee Forests, CC BY-SA 2.0 Durante la época de cría, los machos, que pueden superar los 4 metros de longitud, se enroscan entre sí en una lucha que puede prolongarse durante media hora. El objetivo de cada contendiente es empujar la cabeza de su rival contra el suelo, en una especie de lucha libre reptiliana. A pesar de la fuerza y la tensión del enfrentamiento, los investigadores no observaron mordeduras ni el despliegue de las capuchas características de la especie, un gesto que normalmente utilizan para intimidar a otros animales. “Las cobras reales son venenosas: podrían morderse y matarse fácilmente si quisieran”, explicó Jones en declaraciones recogidas por National Geographic. Sin embargo, en estos rituales, las reglas parecen estar claras para ambos: la violencia letal queda fuera del combate. El papel del tamaño y el riesgo de canibalismo La ausencia de mordeduras y veneno en estos duelos ha intrigado a los expertos. Alexandre Missassi, zoólogo del Museu Paraense Emílio Goeldi de Brasil, quien no participó en el estudio, pero ha investigado el combate ritual en otras serpientes, valoró en National Geographic que estas observaciones representan “una gran aportación a nuestros conocimientos sobre la historia natural de las cobras”. Investigadores emplean radiotelemetría quirúrgica para rastrear interacciones de cobras reales en libertad (Crédito: www.nationalgeographic.es) Según los especialistas, el respeto por el tamaño del adversario desempeña un papel fundamental. Las cobras reales, al igual que otras serpientes de la familia de los elápidos, son depredadoras de otras serpientes y pueden recurrir al canibalismo fuera de la temporada de apareamiento. Vinícius Mendes, experto en serpientes del instituto TaxaMundi de Brasil, explicó que si la diferencia de tamaño entre los machos fuera mayor, probablemente se producirían mordeduras. Sin embargo, en los casos documentados, los rivales eran de tamaño similar, lo que reduce el riesgo de que uno intente devorar al otro y favorece la resolución ritualizada del conflicto. El estudio también aporta contexto sobre la biología de la especie. Las cobras reales, que antes se consideraban una sola especie, han sido reclasificadas recientemente en cuatro especies distintas. Los investigadores buscan ahora comprender las diferencias ecológicas y de comportamiento entre ellas. El seguimiento mediante radiotelemetría ha permitido identificar los lugares y momentos en que se producen estos combates, siempre durante la época de cría y, aunque no se observaron hembras, se sospecha que se encontraban cerca, ocultas a la vista. Desafíos para la conservación y protección del hábitat La ausencia de mordeduras y veneno en los duelos de cobras reales intriga a los expertos (Freepik) La conservación del hábitat de las cobras reales emerge como una preocupación central a partir de estos hallazgos. Jones advirtió en National Geographic que, tras estos combates agotadores, las serpientes pueden quedar especialmente vulnerables a la presencia humana, sobre todo en zonas abiertas donde los enfrentamientos se desarrollan. El miedo que despiertan las cobras reales en las comunidades locales, pese a que rara vez atacan a las personas, incrementa el riesgo de que sean cazadas durante estos momentos de distracción. Mendes subrayó que conocer mejor los hábitats utilizados por las cobras para reproducirse y combatir puede ser clave para su protección y supervivencia. Expertos externos han destacado la relevancia de este estudio. Missassi elogió la calidad de las observaciones y su contribución al conocimiento de la historia natural de las cobras. Mendes, por su parte, enfatizó la importancia del tamaño en la dinámica de los combates y la necesidad de proteger los entornos donde estos rituales tienen lugar. La protección de los hábitats donde se desarrollan estos combates rituales no solo favorece la supervivencia de los vencedores, sino que también permite que los perdedores exploren nuevas oportunidades de reproducción en el futuro.
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