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» Diario Cordoba
Fecha: 02/09/2025 14:21
"Agosto es agosto", se ha resignado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, este martes al valorar los datos de paro del octavo mes del año. El último mes del verano es siempre (o casi siempre) uno de los peores meses del año que deja un saldo negativo en cuanto a creación de empleo. Una coyuntura mala que, por previsible, no empaña el buen momento que atraviesa el mercado laboral español. El paro ha subido y lo ha hecho de manera prácticamente transveral en todos los territorios españoles y el colectivo de trabajadores autónomos han resistido mucho mejor que los asalariados. Estas son las claves de los datos publicados por los ministerios de Inclusión y Seguridad Social y Trabajo. La Seguridad Social cerró el mes con un saldo negativo respecto a julio de 199.300 ocupados, hasta situar la cifra total de ocupados en los 21,66 millones de trabajadores. No ha habido un agosto bueno para el empleo en toda la serie histórica, a excepción del singular 2020, marcado este por el coronavirus. En el resto de agostos de toda la estadística disponible se ha destruido empleo, por ese fenómeno de fin de ciclo veraniego. Y este año no ha sido una excepción. El mes empezó muy mal y ya no remontó, en un periodo en el muchas empresas cuelgan el cartel de "cerrado por vacaciones" y la actividad baja a mínimos. Si se observan los datos de contratación día a día, solo durante siete jornadas en todo agosto se registraron más contratos que rescisiones. Y así es muy complicado que el cómputo del mes no salga en negativo. Agosto dejó un balance difícil de explicar pero perfectamente plausible. Se destruyeron 199.300 empleos y el paro subió 'solo' en 21.905 personas. ¿Cómo puede ser? ¿No son vasos comunicantes? No, parecería lógico que si se pierden casi 200.000 afiliados a la Seguridad Social los inscritos en el Sepe deberían subir en concordancia, pero de hecho casi nunca es así. El desacople se puede explicar por varios factores, como que las personas que pierden su empleo no se dan de alta en el paro porque son fijos discontinuos y no computan como tal, porque no tienen derecho a prestación y carecen así de incentivos para ir a hacer la cola en el Sepe, porque no han tenido tiempo y figurarán en la estadística del mes siguiente, porque el empleo perdido es de interinos de la función pública o por otros motivos diversos. Después de que el colectivo de trabajadores autónomos batiera en abril su particular récord y superara por primera vez en su historia los 3,4 millones de empleados por cuenta propia, desde entonces ha logrado mantener esa simbólica cota. Los autoocupados llevan desde ya antes del covid aumentando, sin la misma intensidad que los asalariados, pero con una notable constancia y cuando disminuyen, como ha pasado este agosto, lo hacen en menor medida. Los afiliados al RETA disminuyeron en 8.662 miembros respecto a julio. El comercio y la educación fueron las actividades donde más bajas se produjeron. El sector educativo tiene tres momentos destacados durante el año. Dos malos y uno bueno. Los dos malos se producen en junio -cuando acaba el curso escolar- y en agosto -cuando cierran los casales y demás centros de ocio infantil que abren cuando las aulas están cerradas-. El bueno es en septiembre, cuando gran parte de ese empleo se recupera con el reinicio de curso y las extraescolares. No en vano, este agosto cuatro de cada 10 ocupados perdidos se concentran en el sector educativo, si bien el retroceso fue transversal en la gran mayoría de actividades y únicamente la sanidad ha reforzado plantillas. De la misma manera que en meses anteriores ha sido recurrente el titular de "Catalunya lidera la creación de empleo", este agosto las líneas han ido en sentido inverso. En un mes habitualmente malo para el empleo, el mercado laboral catalán perdió 63.562 ocupados, un resultado negativo, si bien menos que el mismo mes del año anterior. Durante este pasado mes, en el que prácticamente en toda España se ha destruido empleo, la comunidad autónoma con más ocupados ha sido también la que más ocupados ha perdido. Solo unas pocas autonomías lograron cerrar en positivo -Baleares, Asturias, Cantabria y Canarias, aunque con cifras mínimas-. Catalunya encabezó la destrucción de empleo (-63.562), seguida de la otra gran locomotora económica, Madrid (-42.275). Suscríbete para seguir leyendo
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