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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 01/09/2025 10:36
El poder de compra retrocedió entre 20% y 30% en la última década, aunque mejoró en 2025. Alimentos, vivienda, autos y servicios hoy cuestan más para el trabajador. Causas del deterioro y desafíos para recuperar el ingreso real. El salario promedio bruto del trabajador registrado pasó de $13.317 en mayo de 2015 a $1.606.183 en mayo de 2025, según datos oficiales del Ministerio de Capital Humano en base al Sistema Integrado Previsional Argentinoi (SIPA. Aunque la variación nominal es alta, al comparar cuánto se podía comprar en cada momento surge un panorama completamente distinto. En transporte, el pasaje mínimo en el AMBA costaba $3 en 2015 y subió a $451 en 2025. Así, un trabajador con ingreso medio pasó de poder adquirir 4.439 boletos a apenas 3.564. La caída del poder de compra en este rubro es del 19,7 por ciento. El panorama cambia en los combustibles. En mayo de 2015 se podían cargar 1.147 litros, mientras una década después la cantidad subió a 1.369 litros. La mejora relativa alcanza es del 19,4%, atribuida a la evolución del tipo de cambio y a los cambios en la política energética. En el consumo básico de alimentos, el kilo de asado pasó de $72 a $10.972. En 2015 se podían comprar 185 kilos, mientras que en la actualidad se adquieren 147, es decir, una reducción del 20,9 por ciento. La comparación es más estable en la construcción: el metro cuadrado se encareció de $9.959 a $1.198.802 (dato oficial de Buenos Aires), pero la relación con el salario se mantuvo sin cambios. Hace diez años se podía costear 1,34 m² y hoy sigue manteniendo exactamente la misma relación. En el mercado automotor. El auto 0 km más económico en cada momento (Fiat Uno Cargo Fire 1.3 en 2015 y Renault Kwid en 2025) pasó de $106.300 a $19.120.000. Con un salario promedio 10 antes se podía pagar el 13% del vehículo (se necesitaban 7 sueldos para comprarlo); en la actualidad, apenas el 8% (12,5 salarios), una caída del 32,9% en la capacidad de compra. Las causas de la pérdida del poder adquisitivo Los especialistas coinciden en que el retroceso del salario real responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales. “El salario cayó en un contexto de productividad decreciente, consecuencia de una economía que lleva más de una década estancada”, comentó Osvaldo Giordano, presidente del Ieral de la Fundación Mediterránea. En los últimos diez años, el salario fue la primera variable de ajuste y licuación en cada crisis de deuda y devaluación (Aroma) Por su parte, Nicolás Aroma, economista, dijo a Infobae que la debilidad del salario se explica por la dinámica de crisis recurrentes. “En los últimos diez años, el salario fue la primera variable de ajuste y licuación en cada crisis de deuda y devaluación. Eso explica que hoy tengamos trabajadores en blanco pobres, algo impensado en otras épocas”, mencionó. A su vez, Damián Di Pace, director de Focus Market, remarcó el impacto de la quita de subsidios. “En 2015 los servicios estaban fuertemente subsidiados. La política actual de retiro de ese beneficio para el consumidor hizo que lo que se paga hoy por tarifas públicas sea mucho más alto que hace una década”, explicó. Estabilidad macro, inflación y salarios como ancla Además de las causas inmediatas, los economistas resaltan que el poder adquisitivo también se vio afectado por el modo en que los gobiernos aplicaron políticas de estabilización. Giordano destacó los avances recientes en materia fiscal: “Se vienen haciendo progresos importantes gracias al equilibrio de las finanzas públicas, pero el ritmo de mejora de los ingresos dependerá de la velocidad con que se aborden las reformas estructurales, en especial la impositiva y la laboral”, detalló. Di Pace puso el foco en la coyuntura: “En el corto plazo no se va a recuperar nada”. Según explicó, la clave será que “continúe la desaceleración de la inflación, crezca la inversión privada y se recupere el empleo”. Para Aroma, el problema central fue que los salarios fueron utilizados como ancla: “Hoy los precios están más estables, pero el poder adquisitivo no se recompuso porque el Gobierno usó los sueldos como variable de ajuste. El desafío es estabilizar la economía sin licuar salarios”. Transformaciones en el mercado laboral La estructura del empleo también cambió y eso repercutió en los ingresos. Damián Di Pace observó que “en los últimos diez años creció el cuentapropismo y el trabajo informal, sobre todo con la aparición de economías de plataforma. Frente a la limitación del salario registrado, lo que más se expandió fue el empleo informal, que hoy tiene más peso en la composición de los ingresos menores”. Nicolás Aroma coincidió en que los trabajadores registrados ya no tienen garantizado un ingreso suficiente. “En los últimos años se consolidó el fenómeno de asalariados en blanco pobres. El salario dejó de ordenar la economía doméstica y eso desestabilizó al trabajo como factor clave del tejido social”, mencionó. Condiciones para una recuperación Frente al futuro, los especialistas subrayan que la recuperación del poder adquisitivo dependerá de un conjunto de condiciones. Osvaldo Giordano explicó: “Se puede recomponer en la medida que aumente la productividad. Para eso es imprescindible estabilidad macroeconómica, un entorno favorable para la producción y la modernización de las instituciones laborales”. También destacó la importancia de sumar a los gobiernos provinciales para reformar sistemas tributarios y regulaciones. Aroma, advirtió que no alcanza con estabilizar los precios: “Para mejorar salarios hay que aumentar la productividad, pero eso requiere inversión en infraestructura pública, ciencia y tecnología. De lo contrario, la competitividad se deteriora y la mejora salarial no llega”. Por su parte, Di Pace insistió en que el camino es más largo: “La recuperación exige inversión privada, creación de empleo y crecimiento económico. Todavía no hay señales firmes en esa dirección”. Una década de retroceso El diagnóstico de los especialistas converge en que los salarios se redujeron en términos reales entre 20% y 30% en la última década. Las razones van desde la baja productividad y los problemas estructurales, hasta la retirada de subsidios, la inflación persistente y la recurrencia de crisis de deuda. El desafío hacia adelante no será sólo sostener la estabilidad de precios, sino recomponer el poder adquisitivo. Para lograrlo, los economistas insisten en la necesidad de reformas profundas, inversión privada, políticas de productividad y un marco laboral moderno. Sin esos elementos, advierten, el salario difícilmente recupere el rol central que tuvo como ordenador de la vida económica y social en Argentina. Fuente: Infobae
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