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  • Central chapoteó como pudo hasta que el árbitro Merlos paró la pelota en el entretiempo en Junín

    » La Capital

    Fecha: 31/08/2025 06:41

    Después de un primer tiempo en el que fue imposible jugar por la cantidad de agua caída, Merlos suspendió el 0-0 parcial entre Central y Sarmiento. Central pudo transformar la lluvia en agua bendita tras el gran triunfo en el clásico en caso de haber sumado de a tres en este partido ante Sarmiento. Pudo haber hecho agua también, con una derrota, frente al mínimo error, en un partido totalmente desnaturalizado, sin las condiciones mínimas para la disputa normal de un encuentro de primera división. Hubo algo de fútbol, bah, es un decir, porque esos primeros 45 minutos fueron cualquier cosa menos lo que los hinchas quisieron ver y los futbolistas pretendían jugar, un partido de fútbol. El árbitro Andrés Merlos determinó no iniciar el complemento y por eso esos para esos 45 minutos que quedaron pendientes habrá que esperar. Desde las 15 la ciudad de Junín comenzó a ver cómo la lluvia empezaba a hacer de las suyas y de ahí en más el agua cayó de manera ininterrumpida. Pero los equipos se prepararon (Sarmiento hizo los movimientos precompetitivos en un gimnasio lindero al estadio Eva Perón), los pocos hinchas se apostaron en las tribunas y el partido comenzó de igual manera. Pero en un contexto totalmente anormal, sin que el fútbol pudiera desenvolverse dentro de sus canales normales. Los capitanes y los técnicos Pero después de un primer tiempo insufrible, Merlos salió al campo de juego junto a los capitales Broun y Acosta, más los entrenadores Facundo Sava y Ariel Holan. Gesticuló mucho con sus brazos y tomó la determinación de suspenderlo. En realidad todos salieron a la cancha sabiendo lo que Merlos iba a informar. “¡Di María te suspendió el partido Merlos!”, gritaron algunos de los pocos hinchas mientras emprendían la retirada del Eva Perón, enfurecidos porque pretendían que el partido continuara. Entendible ese pensamiento. Es que en las condiciones en la que se estaba jugando si había un equipo al que le convenía jugar era a Sarmiento. Pero en realidad la cancha estaba intratable y la decisión del juez se debió también para preservar el físico de los jugadores. Leer más: Central empataba ante Sarmiento en Junín y el partido fue suspendido en el entretiempo Los primeros 45 a puro charco perjudicaron a Central Imposible analizar un partido en condiciones como en las que se jugó, porque el juego estuvo desnaturalizado, ya desde el pitazo inicial de Merlos, con un campo de juego ciento por ciento inviable para que la pelota rodara por el piso. Era cuestión de ver quién podía chapotear mejor. Nada más que eso. Nunca hubo lugar para el ingenio, la diablura, la repentización. Todo lo contrario, siempre estuvo claro que el que la agarraba debía pegarle para arriba, para ganar terreno. Por eso, esa apuesta inicial de Holan con Malcorra al lado de Ibarra y otros cuatro jugadores de buen pie en ataque quedó reducido a su máxima expresión. Es que la pelota no podía tratarse de la forma que suele usarse en el fútbol y que fue lo que buscó el DT Canalla. Ya a los 2’ todo Sarmiento pidió penal de Quintana por un borbollón en el área, segundos después llegó la amarilla a Veliz. Todo un indicio de lo que vendría después. La excepción a la regla fue esa corrida pelota al pie de Santi López, la asistencia por abajo para Campaz y la definición del colombiano, pero en off-side. Central tuvo las más peligrosas Fue lo único más o menos destacable desde el juego. El resto, ir a la carga como se podía. Sarmiento lo buscaba por izquierda, donde el agua acumulada podía complicar la marca de Sández. El Verde la tenía un poco más clara sobre cómo se debía jugar, aunque Central dispuso de las más peligrosas. Una de Campaz que Acosta casi mete en su propio arco, otra en un cabezazo hacia atrás de Roncaglia (fue córner y Merlos dio saque de arco) y la última con un tremendo cabezazo de Veliz que Acosta tapó contra el palo izquierdo. Y así se fue ese primer tiempo donde se jugó a cualquier cosa menos al fútbol, con una cancha que comió piernas a lo loco, que frustró a la mayoría y que muchas veces obligó a la pregunta de por qué Merlos lo hizo jugar.

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