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» Diario Cordoba
Fecha: 28/08/2025 05:19
Aquel agosto de 1936 ha quedado grabado en la memoria del Valle del Guadalquivir a sangre y fuego. El ejército sublevado, junto a exaltados patriotas, tomaba los pueblos cargados de venganza. A medida que avanzaban las tropas del comandante Baturone y otros destacados militares, penetraba la muerte por las calles y plazas de Palma del Río, Posadas, Almodóvar del Río, Fuente Palmera…Pueblo a pueblo, fusilaban a una nómina de campesinos, jornaleros, trabajadores y personas de ‘orden’. Ningún delito habían cometido. Quizás, pensar que nada les podría pasar, pues nada habían hecho, pero se equivocaban. Sin miramiento, sin escrúpulos, sin compasión, uno a uno al paredón, de diez en diez fusilados, en once camiones llevados y en una fosa común enterrados. Y a partir de ahí, un laberinto burocrático tan irónico, cómo certificar la muerte muchos años después. Fulano ha muerto de hemorragia. Fallecido un día cualquiera, en circunstancias desconocidas. La lectura del expediente del último alcalde socialista José Ruiz Cabrera es una ignominia a la sinrazón. José Ruiz cometió el delito de ser carpintero, socialista, alcalde y miembro de masonería. Fusilado el 27 de agosto, nada se supo de él, al igual que tantos hombres y mujeres, se estiman en más de cuatrocientos los asesinados en un solo día. Pero el régimen victorioso quería saber dónde estaba ese peligroso alcalde, y durante años la maquinaria represiva se entretuvo en rellenar graves y solemnes palabras vacías para concluir en 1951: está muerto. Cierre del expediente. Mientras sus numerosos hijos salieron como pudieron adelante. La viuda entró en un dolor infinito. Y cada hijo luchó para sobrevivir como víctimas de una guerra. Entre sus nietos, los admirados integrantes de Cantores de Hispalis, Carlos y Mario, e incluso, un querido sacerdote de la archidiócesis de Sevilla. Otros nietos desconocían dónde estaba enterrado su abuelo. Lágrimas, silencio, pero nunca hubo olvido. Rafael Corredera Nacarino se emociona al hablar de su abuelo, el maestro de primera enseñanza Juan Manuel Nacarino Molina. Nacarino fue un querido maestro de cientos de alumnos. Preocupado por la educación y la cultura, sabía de la importancia de cambiar el mundo mediante la enseñanza libre. Llegó a fundar el Ateneo libertario y a propugnar ideas de justicia social. Tras un doloroso laberinto de campos de concentración murió en la cárcel de Córdoba. Un maestro represaliado por soñar un mundo mejor. Cada persona tiene su biografía, tenían padres, hermanos, mujer, hijos, nietos, oficios, sueños, una vida. Las cartas del maestro están emborronadas de lágrimas. Letras de amor para todos sus hijos. *Doctor en Historia
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