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  • Amir Avivi, general retirado de las FDI: «Erradicar Hamás sin conquistar Gaza es imposible»

    » Corrienteshoy

    Fecha: 24/08/2025 03:59

    Amir Avivi, general retirado de las FDI: «Erradicar Hamás sin conquistar Gaza es imposible» Amir Avivi, general de brigada retirado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y fundador del Foro Israelí de Seguridad y Defensa (IDSF), conoce Gaza desde dentro . Pasó años allí sirviendo antes de que Sharon entregara la Franja en 2005. Considerado uno de los halcones más duros en su país , sirvió como oficial de ingenieros de combate y más tarde como ayudante de campo del jefe del Estado Mayor, en años en que Gaza pasó de ser un territorio relativamente tranquilo a convertirse en un enclave armado y fortificado. El militar, uno de los 50 judíos más influyentes en el mundo según el 'Jesuralem Post', repasa los errores cometidos, el papel de la Autoridad Palestina en la construcción de la infraestructura terrorista, el contexto de la guerra actual y su pronóstico para el conflicto.—Ustedes ya estuvieron en Gaza en 2005. ¿Qué pasó entonces?—Desde 1967 hasta principios de los 90, antes de Oslo, era un área bastante tranquila. Prosperó y dejó de ser un problema, ni de seguridad, ni internacional. Los israelíes solían ir de compras allí y los gazatíes trabajaban en Israel. Se produjo la primera intifada, con algo de lanzamiento de piedras, pero, al menos en cuanto a seguridad, Gaza estaba en la Edad de Piedra: no era realmente un lugar problemático y prosperaba poco a poco.Noticia Relacionada estandar Si Israel amenaza con dejar Ciudad de Gaza en ruinas si Hamás no se desarma y entrega a todos los rehenes Mikel Ayestaran «Las puertas del infierno pronto se abrirán sobre los asesinos y violadores de Hamás», advierte el ministro de Defensa israelí—Y entonces llegó Oslo.—Israel intentó un acuerdo con la Organización para la Liberación de Palestina. Íbamos a dar a la OLP el control de las ciudades y campamentos en Gaza. Con eso, se creó lo que hoy conocemos como la Autoridad Palestina. Pero Israel tomó una decisión muy, muy dramática y crucial que cambiaría todo: decidió no operar en absoluto en esa área. La idea era darle a la Autoridad Palestina el control sobre Gaza, Rafah, Nuseirat, el campamento central, Jabalia, Khan Younis –todos esos lugares de los que oímos hablar ahora– y también Jericó, en el valle del Jordán. Estoy hablando de 1993-1994. El problema de Gaza empezó con los Acuerdos de Oslo. Dos años después, en 1996, esa misma Autoridad Palestina que había sido creada, con la Policía que se había formado y todo, lanzó un gran ataque contra Israel, sin provocación, en pleno auge del proceso de paz.—¿Qué encontraron en Gaza entonces?—Me encargaron servir allí. Como oficial de ingenieros de combate, me sorprendió, porque para nosotros Gaza no era nada. El comandante de la división era Yoav Galant, ahora exministro. Descubrí que tenía que lidiar con una amenaza muy grande de la que nunca había oído hablar, nunca había visto y con la que nunca había tratado: los túneles. Apenas nos fuimos de las ciudades –incluida Rafah–, inmediatamente empezaron a construir túneles conectando el lado gazatí de Rafah con el lado egipcio. Encontramos 35 túneles. Ese fue el comienzo de la gran empresa de construcción de cientos de túneles que permitieron el paso de cantidades ilimitadas de armas, capacidades y conocimientos técnicos desde el Sinaí a la franja de Gaza. Esa misma Autoridad Palestina, a la que se le había dado el control de todas estas ciudades y campamentos para promover la paz, estaba construyendo una enorme infraestructura terrorista dentro de las ciudades y nos lanzaba cohetes. Y hablo de la Autoridad Palestina, no de Hamás, que tomaría la franja de Gaza siete años después. Pasaron de estar, literalmente, en la Edad de Piedra, a disparar cohetes contra Israel.—¿Por qué sucedió ese cambio?—Porque no hicimos nada para detenerlo. En diez años, teníamos que combatir allí con brigadas blindadas, vehículos de combate de infantería, francotiradores, drones y posiciones fortificadas. En 2004 fui nombrado ayudante de campo del jefe del Estado Mayor. Un día estábamos en el cuartel general. Llegó la secretaria y nos dijo: «Pongan la televisión, tienen que ver esto». Vimos al primer ministro Ariel Sharon diciendo en una convención: «He decidido retirarme de Gaza». El jefe del Estado Mayor se quedó en 'shock'. No tenía ninguna lógica: acabábamos de derrotar al terrorismo en Cisjordania y lo obvio era desmantelar también el de Gaza. Ya sabíamos a dónde nos llevaría eso y lo que ocurriría. Podríamos haber anticipado el 7 de octubre desde entonces.—¿Israel no ha abordado seriamente sus amenazas?—En el IDSF [Foro Israelí de Seguridad y Defensa, que fundó Avivi al salir del Ejército]hablamos de cuatro grandes amenazas existenciales para Israel y el pueblo judío. Una de ellas es Irán y todos sus apoderados, con misiles, cohetes, drones, comandos y su intención de cubrir todo con un paraguas nuclear. Otra es lo que llamamos la lucha por la Tierra de Israel, es decir, el conflicto israelí-árabe que dura un siglo, pero también un conflicto interno dentro de nuestras fronteras. Otra amenaza es el antisemitismo. Y la cuarta es la desconexión de nuestro propio pueblo de su historia, su herencia y el sionismo. Ninguno de estos desafíos se estaba abordando seriamente. Imaginemos la imagen de una rana hirviéndose en una olla. Israel era esa rana y el 7 de octubre esa rana saltó fuera de la olla: nos dio la oportunidad de cambiar la realidad y afrontar los desafíos acumulados durante tanto tiempo –Irán, Hizbolá, las milicias en Siria, Irak, Yemen–, y también de entender lo que estaba ocurriendo dentro de la Autoridad Palestina con su propio desarrollo de infraestructura terrorista. Desde ese día, Israel libra una guerra pública en siete frentes y nuestros soldados, el Shin Bet y el Mossad trabajan paso a paso hacia una victoria decisiva en todos ellos. Pero también hay otra guerra: mantener a la rana fuera de la olla, contra fuerzas –incluso en Europa y España– que intentan volver a la realidad anterior, la cual ponía a Israel en peligro existencial.—¿Puede Israel no ocupar Gaza?—Erradicar a Hamás como entidad militar y de gobierno, militarmente no se puede hacer sin conquistar el territorio. Es imposible. Gaza es una gran ciudad subterránea. Hamás ha estructurado Gaza sin un centro de gravedad único: se han organizado por barrios y cada área es independiente, con su propia munición, combatientes, comunicaciones y capacidades.—¿Por qué no funciona una zona humanitaria?—En un mundo normal –como pasó en Ucrania y otros lugares–, cuando empieza una guerra de esta magnitud, la población civil sale del país hacia zonas seguras. En este caso, el área lógica habría sido el norte del Sinaí, en territorio egipcio, pero Egipto cerró la frontera por completo. El único que está haciendo algo al respecto es Israel: creó esa zona humanitaria dentro de Gaza, canaliza ayuda humanitaria hacia ella y trata de asegurar que en las zonas donde combate el Ejército no haya civiles, para enfrentarse allí solo a los terroristas. Hamás usa a los civiles como escudos humanos, pone cuarteles en hospitales, almacena armas en guarderías y utiliza mezquitas como posiciones militares.—¿Cuál es la situación actual?—Israel controla tres cuartas partes de la franja de Gaza. En esas zonas había una vasta infraestructura terrorista, que ya ha sido eliminada. En el 25% restante están los rehenes, la población civil que queda y Hamás, que todavía controla a esa sociedad. Hamás no se está rindiendo.—¿Y las bajas civiles?—En zonas densamente pobladas, y contra un enemigo que usa a su propia gente como escudos humanos, en una guerra normal se suele tener una proporción de entre cinco y diez civiles muertos por cada terrorista. En Gaza, incluso tomando las cifras de Hamás junto con las de las FDI, la proporción es de uno a uno, algo sin precedentes en este tipo de conflicto. Israel pensó que, tomando el 75% de Gaza, crearía suficiente presión para que Hamás aceptara un intercambio de rehenes, pero no ha pasado. Una razón es la campaña internacional para frenar la guerra, que empodera a Hamás y mina la presión para liberar a los rehenes. —¿Cómo es el combate a día de hoy?—La lucha urbana en Gaza implica varios niveles: edificios subterráneos, varios pisos sobre tierra y combate en múltiples dimensiones. Esto obliga a avanzar lentamente: tomar un área pequeña, mapearla, desmantelar toda la red de túneles y posiciones, y solo entonces pasar a la siguiente. —¿Cuánto durará?—Es un proceso sistemático que equilibra la necesidad de avanzar con la de proteger a los soldados. El tiempo que tarde dependerá de cuántas unidades se desplieguen: más fuerzas implican menos tiempo, pero también más presión sobre los reservistas. Yo calculo que tomará entre dos y tres meses, sumando además las semanas necesarias para preparar la zona humanitaria y sostenerla durante la operación. Fuente: https://www.abc.es/internacional/amir-avivi-general-retirado-fdi-erradicar-hamas-20250824040913-nt.html

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