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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 23/08/2025 23:25
Once de los hasta ahora veinte proyectos de inversión que pidieron adherir al Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI) corresponden a la minería, y de esos once tres son para producir cobre, un “mineral crítico” de la llamada “transición energética”. Pero esos tres (Los Azules, de la canadiense McEwen Copper Inc, subsidiaria de la norteamericana McEwen Mining, y Pachón y Agua Rica, de la suiza Glencore) suman nada menos que USD 15.972 millones de inversión, casi la mitad de los USD 33.000 millones que totalizan los 20 proyectos que formalizaron su pedido de adherir a los beneficios del programa oficial. Más aún, la participación del cobre en el RIGI desbordará largamente el 50% de las inversiones planeadas cuando se presente el Proyecto Vicuña, fruto de la asociación entre la canadiense Lundin y la australiana BHP, la mayor minera global. Ubicado en San Juan, el proyecto demandaría inversiones por unos USD 15.000 millones en 30 años. Estos proyectos, de largo período de exploración, planificación y maduración, que incluye la gestión de numerosos permisos y estudios y aprobaciones sobre “impacto ambiental”, con campamentos ubicados a miles de metros de altura e infraestructuras ad hoc llevadas a cabo por las propias compañías, se presentaron al RIGI luego de que el gobierno estableció a principios de agosto una alícuota del 0% para los derechos de exportación de 231 productos mineros, incluyendo al oro y, en especial, al cobre, estímulo que se sumó en procura de proyectos capaces de transformar el balance externo del país, primero con una masiva inyección de inversión directa, asociada a la etapa de construcción definitiva, y luego mediante los ingresos por exportación. Puede interesarte Desplome del precio Lo paradójico, sin embargo, es que la aceleración cuprífera se produjo justo cuando se desplomó el precio internacional del cobre, que cayó un 20% desde fines de julio, tras la confirmación de que el arancel del 50% que a mediados de ese mes había anunciado Donald Trump no se aplicaría a las importaciones de cátodos de cobre refinados, medida que impactó al mercado y contradijo las expectativas. El arancel solo cubrirá productos semiacabados, como tuberías y cables de cobre. En los meses transcurridos desde que EEUU inició una investigación bajo la Sección 232 sobre importaciones de cobre, se desviaron grandes cantidades de cátodos a almacenes en EEUU buscando anticiparse al arancel previsto, lo que provocó un colapso del arbitraje entre los índices de cobre del Chicago Mercantile Exchange (CME) y el London Metal Exchange (LME), que normalmente aprovecha las diferencias de precio entre ambos mercados. A eso se sumó esta semana una cuestión judicial: una corte de apelaciones suspendió una transferencia clave para que el Proyecto de cobre “Resolution”, en el Estado de Arizona, 45% de propiedad de BHP y 55% de Rio Tinto, que hace 20 años lo impulsan, pueda avanzar. Puede interesarte El Tribunal dictaminó el lunes pasado que la transferencia, programada para el martes, debía detenerse mientras evaluaba una solicitud de una tribu Apache, siendo esa la segunda vez que un tribunal fallaba a favor de esa comunidad o sus aliados, que buscan bloquear Resolution invocando razones religiosas, culturales y ambientales. EEUU es el segundo mayor consumidor de cobre del mundo, después de China, y cubre cerca del 45% de su demanda con importaciones, principalmente de cobre refinado en forma de tubos, caños y cables para la construcción, incluidas fábricas y centros de datos y las industrias electrónica y automovilística. Los vehículos eléctricos, como los que fabrica Tesla, por caso, demandan mucho más cobre que los vehículos a combustión interna.
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