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  • La verdad detrás de los huracanes: cómo se forman y qué zonas de América Latina están en riesgo

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/08/2025 16:43

    Los huracanes requieren océanos cálidos y condiciones atmosféricas específicas para formarse (Imagen Ilustrativa Infobae) El avance del huracán Erin sobre el Atlántico y las advertencias vigentes en la costa este de Estados Unidos vuelven a poner en primer plano la amenaza que representan los huracanes, pero también invitan a comprender en profundidad estos fenómenos poco frecuentes en nuestra región. La imagen de playas evacuadas y ciudades en alerta plantea el interrogante sobre cómo surgen estos ciclones y por qué Argentina queda, por ahora, fuera de riesgo. La clave para entender los sitios y las razones por las cuales golpea un huracán reside en las condiciones del océano y la atmósfera. El análisis de meteorólogos, aportado a Infobae, revela que el escenario global y la creciente temperatura de los mares presentan dudas sobre eventuales cambios en la frecuencia, ubicación e intensidad de estos sistemas tormentosos en el futuro. ¿Cómo y por qué se forman los huracanes? Los huracanes, también denominados ciclones tropicales, son sistemas de baja presión que se desarrollan sobre océanos cálidos en las regiones de los trópicos, como indica su nombre, principalmente al final del verano. El meteorólogo Gerardo Barrera explicó en diálogo con Infobae que su formación requiere una combinación de distintos factores: “Los ciclones tropicales son fenómenos estacionales que se forman en los océanos dentro de las regiones tropicales a finales de la temporada de verano (cerca de agosto para el hemisferio norte y alrededor del mes de febrero para el hemisferio sur)”. El huracán Erin avanza sobre el Atlántico y activa alertas en la costa este de Estados Unidos (CIRA/NOAA/Handout vía REUTERS) Por su parte, Marcelo Madelón, licenciado en Medio Ambiente y meteorólogo, detalló: “Hay una condición fundamental que hace que el huracán se forme: el mar tiene que estar a más de 26 °C para que dé la suficiente energía como para seguir retroalimentando esas tormentas. A medida que se van haciendo más severas, los vientos soplan cada vez más intensos". “Se comienza a generar ese pequeño centro de baja presión porque el mar caliente le da energía a través del vapor de agua. A medida que esas tormentas se hacen más importantes, baja más la presión y comienzan a girar los vientos en forma horaria en el hemisferio sur y en forma antihoraria en el hemisferio norte”. “Como en las zonas ecuatoriales no hay forma de que se roten vientos, el sistema se tiene que alejar un poquito del ecuador, donde comienza el efecto Coriolis, que es una fuerza de inercia que causa la rotación de la Tierra y provoca el movimiento de los vientos. Se da a unos cinco o seis grados de latitud norte o de latitud sur”, agregó el experto. Cuando los vientos sostenidos alcanzan los 119 kilómetros por hora, el fenómeno se clasifica como huracán. En otras regiones del mundo, estos sistemas reciben diferentes nombres: en el Pacífico occidental se les denomina tifones, mientras que en el sudeste asiático se conocen como baguios. Huracanes en Argentina: ¿son posibles? Argentina está fuera del alcance de los huracanes por la baja temperatura de sus aguas (Imagen Ilustrativa Infobae) Argentina permanece fuera del alcance de los huracanes debido a la temperatura de sus aguas. Barrera fue contundente al declarar que “no hay posibilidades de que un sistema de este tipo se forme y transite por nuestro territorio argentino”. Madelón, por su lado, coincidió y manifestó que “no pueden llegar huracanes porque la temperatura del mar de Argentina no alcanza los 26 °C, ni cerca. En Mar del Plata, y con mucha suerte, en enero llega a 18 o 20 °C”. El meteorólogo planteó el siguiente escenario como una de las únicas posibilidades de que un huracán llegue al país: “Lo único que podría generar un huracán en Argentina es que, a la altura de la corriente cálida de Brasil, que está bastante alejada de la costa, la temperatura pueda ser superior a los 26 °C". Los huracanes forman a una cierta distancia del Ecuador, donde la fuerza de Coriolis permite movimientos circulares de los vientos. Debido a las temperaturas del océano, estos fenómenos no suelen suceder en el Cono Sur (Marcelo Luis Regalado) Sin embargo, aclaró que, por ahora, ese escenario hipotético no podría volverse realidad. “Habría que esperar a doscientos o trescientos años de un verdadero cambio climático”, concluyó. ¿Cuáles son los fenómenos climáticos más frecuentes en Argentina? Aunque Argentina no enfrenta huracanes, sí experimenta otros fenómenos meteorológicos severos. Entre los más destacados se encuentran los tornados, especialmente en verano en la llanura pampeana y chaqueña, que constituyen el segundo corredor de tornados más importante del mundo después de Estados Unidos. Madelón subraya que “los tornados son tormentas muy severas en un centro de baja presión muy chico, pero donde los vientos pueden superar los 300 kilómetros por hora”. Además, el país registra tormentas severas con granizo, inundaciones frecuentes en el este y fenómenos particulares como el viento zonda en la región cordillerana, que provoca aumentos bruscos de temperatura y extrema sequedad. Barrera agregó que el avance de frentes fríos desde la Patagonia puede generar cambios abruptos de temperatura y, en ocasiones, violentas tormentas, mientras que las depresiones de altura provenientes del Pacífico inducen lluvias torrenciales que por lo general provocan acumulaciones inusuales de agua e inundaciones. Latinoamérica: ¿en qué zonas son más propensos los huracanes? El cambio climático podría modificar la frecuencia e intensidad de los huracanes en el futuro (Freepik) Las zonas de mayor riesgo en América Latina se concentran en “el Caribe, Centroamérica y la costa este de Estados Unidos”, según Barrera, ya que las condiciones de temperatura del agua en el hemisferio sur rara vez son propicias para su desarrollo. Madelón aclara que en México los huracanes pueden formarse tanto en el Atlántico como en el Pacífico, debido a que en ambas costas las temperaturas del mar superan los 26 °C al final del verano y comienzo del otoño “porque el mar tarda tiempo en calentarse, entonces ese es el momento oportuno en el cual es temporada de huracanes”. En el caso de Brasil, aunque ocasionalmente se registraron sistemas similares cerca de la costa, las condiciones mar adentro no alcanzan la temperatura mínima necesaria, lo que impide la formación de estos sistemas en esa región. Por su parte, la costa oeste de Sudamérica, influida por la corriente fría de Humboldt, presenta condiciones aún menos favorables, según detalló Barrera. Luego, en Norteamérica, las zonas que corren más riesgo se centran en la costa este de Estados Unidos, como es el actual caso con el huracán Erin en los estados de Carolina del Norte, Virginia y Nueva York. El cambio climático en el ojo de la tormenta: los efectos del calentamiento global en el desarrollo de huracanes El cambio climático introduce nuevas incertidumbres sobre la frecuencia e intensidad de los huracanes. Según estudios del Geophysical Fluid Dynamics Laboratory (GFDL) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), existe alta confianza en que el calentamiento global, impulsado por la actividad humana, halla elevado la temperatura media del planeta entre 0,8 y 1,3 °C desde finales del siglo XIX. El Caribe, Centroamérica, México y la costa este de EE.UU. son las zonas más propensas a huracanes (Nadia Zomorodian/News-Journal/USA Today Network via REUTERS) Informes de la Organización Meteorológica Mundial posicionan al aumento de la temperatura media global de 2024 en 1,55 °C por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, la relación directa entre el aumento de gases de efecto invernadero y la frecuencia de huracanes en el Atlántico no se estableció con certeza. Los modelos climáticos citados por el GFDL proyectan que, en un escenario de calentamiento de 2 °C, las tasas de precipitación asociadas a ciclones tropicales podrían incrementarse en torno a un 14%, y la intensidad media de los huracanes aumentaría entre un 1% y un 10%. Además, se prevé que la proporción de tormentas que alcanzan categorías muy intensas (4 y 5) crecerá, aunque la frecuencia total de ciclones podría disminuir o mantenerse estable. Desde la NOAA advierten que, aunque se observaron tendencias recientes hacia una intensificación más rápida y lluvias extremas en algunos eventos, la variabilidad natural y las limitaciones de los registros históricos dificultan la detección de cambios atribuibles exclusivamente al calentamiento global. “El cambio climático es un calentamiento global. Por consiguiente, mientras suban las temperaturas, los huracanes van a ser cada vez más seguidos y más intensos. Y puede ocurrir en el futuro que en lugares donde no se producen huracanes, se comiencen a producir. Todo depende si la temperatura del mar sube, cosa que ya está ocurriendo en varios sectores del mundo. Y en los lugares donde ya existen los huracanes, puede ser que sean más potentes”, finalizó Madelón.

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