23/08/2025 20:23
23/08/2025 20:15
23/08/2025 20:13
23/08/2025 20:10
23/08/2025 20:09
23/08/2025 20:07
23/08/2025 20:06
23/08/2025 20:05
23/08/2025 20:03
23/08/2025 20:02
Parana » Informe Digital
Fecha: 23/08/2025 16:20
El escándalo por los presuntos sobornos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) ha llevado al Gobierno de Javier Milei a su momento más crítico. Diego Spagnuolo, exdirector del organismo, fue grabado en audios donde menciona a Karina Milei y a Eduardo “Lule” Menem como receptores de coimas a través de medicamentos en la ANDIS. Sin embargo, lo que inquieta a la Casa Rosada no son los audios ya divulgados, que nadie ha negado, sino las versiones que han comenzado a circular en las últimas horas, las cuales sugieren que Spagnuolo podría “decirle la verdad” a la Justicia, algo que habría compartido en la intimidad de su familia. Además, hay quienes lo visualizan como un potencial “arrepentido” en caso de que su situación judicial se complique. La divulgación de las grabaciones de Spagnuolo se ha convertido en una explosión inesperada. “Tengo todos los chats con Karina”, afirma el exfuncionario en una de las conversaciones, donde también menciona a Daniel Garbinelli, director de Acceso a los Servicios de Salud de la ANDIS. El hecho de que el Gobierno haya decidido apartarlo de la ANDIS aporta un dato significativo que suma “credibilidad” a los audios, sobre todo considerando la inmediata intervención en la agencia. Los audios no solo incriminan a Milei: también implican a la hermana del Presidente y a un operador clave de la familia Menem en la Casa Rosada. Lo preocupante es que aún no se sabe quién grabó las conversaciones, ni cómo salieron a la luz. Este vacío de información desespera al Gobierno, que se encuentra en la incertidumbre sobre a quién culpar “por el desastre”. En Balcarce 50 circulan rumores contradictorios: algunos critican la interna con Santiago Caputo, otros prefieren señalar a la vice Victoria Villarruel, quien está abiertamente enfrentada con los Milei. Lo único certero es que la bomba ya detonó y la desconfianza permea en todos los niveles. Hasta la medianoche de este jueves, momento en que su desplazamiento fue oficializado en el Boletín Oficial, Spagnuolo seguía intercambiando mensajes con la mesa chica libertaria. Le solicitaban explicaciones y le exigían su renuncia. De repente, el abogado dejó de contestar el teléfono. Fue en ese instante cuando se activó un operativo de emergencia: cortar todo contacto y preparar su salida. Paralelamente, el Presidente dispuso la intervención de la ANDIS y nombró a Alejandro Vilches como auditor, una decisión respaldada por el ministro de Salud, Mario Lugones, y el asesor presidencial, Santiago Caputo. Desde entonces, el Gobierno está intentando proteger a Karina Milei con una estrategia habitual: el silencio público y una orden de continuar con la agenda política como si nada hubiera pasado. No obstante, lo que verdaderamente aterra a la Casa Rosada no son los rumores en los medios ni las especulaciones en redes sociales. El temor real es que Spagnuolo hable. El exfuncionario, abogado de profesión y viejo amigo de Milei, conoce demasiado bien los riesgos legales que enfrenta. Es consciente de que podría convertirse en el chivo expiatorio de una causa que crece cada día. Tiempos felices antes de que estallaran los audios de Diego Spagnuolo que apuntan a Karina Milei y los Menem La figura del “arrepentido”: ¿Un misil político? Spagnuolo también es consciente de que hay una posibilidad de escape: la figura del “arrepentido”, que le permitiría reducir su condena a cambio de aportar pruebas que comprometan a sus superiores. Un eventual Spagnuolo en esa posición constituiría un misil político. En la Casa Rosada lo reconocen en privado: si aparece en televisión como arrepentido, “se puede ir todo a la mierda”. De hecho, se rumorea que el miércoles, antes de ser destituido, Spagnuolo le confió a su madre que defendería su apellido y revelaría “quién robó”. Esa declaración, de un insider con evidencia documental y conexiones directas con Javier y Karina Milei, resuena como una amenaza seria. La incertidumbre es total: nadie descarta la posibilidad de que existan más audios, e incluso una cámara oculta, lista para salir a la luz en los próximos días. El estallido tuvo lugar en el peor momento. Mientras el oficialismo ya enfrentaba turbulencias por el traspié judicial del ministro de Salud en la causa del fentanilo contaminado, y el Caso $Libra avanza con la creación de una comisión investigadora en la Cámara de Diputados, las tensiones internas entre Karina Milei y Santiago Caputo se intensifican. La secretaria general de Presidencia acusa -en off the record- a Caputo de haber orquestado la difusión de las grabaciones. El asesor estrella de Javier Milei, por su parte, señala a los Menem y, en consecuencia, también apunta contra Victoria Villarruel, quien nuevamente se encuentra en el centro de un conflicto con la gestión libertaria. Nadie confía en nadie: hasta Victoria Villarruel es sospechada por la filtración de los audios de Diego Spagnuolo Pero detrás de ese enfrentamiento se oculta una disputa más profunda: Martín Menem aspira a reemplazar a Guillermo Francos en la jefatura de Gabinete, y cada error se utiliza como arma en una guerra de desgaste. Mientras tanto, Spagnuolo sigue siendo el eje central. Su formación como abogado lo convierte en una amenaza doble: no solo comprende el funcionamiento del poder, sino que también sabe cómo negociar su supervivencia en el ámbito judicial. Si decide hablar, no habrá estrategia de escape que lo salve. Y si opta por el silencio, quedará reducido a lo que siempre temió: el chivo expiatorio de un sistema que lo utilizó hasta el momento de la primera grabación. La verdadera pesadilla del Gobierno no son los 200.000 dólares secuestrados este viernes –sospechosamente distribuidos en distintos sobres- por la Policía de la Ciudad en Nordelta a Emmanuel Kovalivker, directivo de la droguería Suizo Argentina, señalada como la intermediaria para el cobro de las coimas. Tampoco son motivo de temor el celular y las computadoras que fueron confiscadas en Pilar a Spagnuolo. La verdadera amenaza tiene nombre, apellido y una decisión que necesita tomarse: Diego Spagnuolo, el hombre que sabe demasiado y que, con una única confesión, podría hacer tambalear los cimientos del poder libertario. NG
Ver noticia original
Examedia © 2024
Desarrollado por