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  • Sánchez Berzaín: “Paz o Quiroga, si deciden por el continuismo, tienen los días contados”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/08/2025 08:35

    Carlos Sánchez Berzaín, ex ministro boliviano, remarcó los desafíos que deberá afrontar el próximo presidente del país. Cree que si no retoma la antigua Constitución de la República podría volver Evo Morales (Infobae/Nachofilms) Carlos Sánchez Berzaín, ministro durante los gobiernos de Gonzalo Sánchez de Lozada y actual Director Ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy en Miami, analizó en entrevista con Infobae los resultados de las elecciones celebradas en Bolivia el domingo pasado y planteó los desafíos que enfrentan tanto Rodrigo Paz y Jorge “Tuto” Quiroga de cara al balotaje del 19 de octubre. El exfuncionario, exiliado en Estados Unidos, remarcó la urgencia de una reforma constitucional que retorne a la República y genere un quiebre con el Socialismo del Siglo XXI. Entre diferentes conceptos en una larga conversación, el ex ministro boliviano, subrayó la importancia vital de un cambio de sistema político en el país para evitar que la continuidad repita experiencias del pasado. “El presidente que llegue, ya sea Rodrigo Paz o Jorge Quiroga, si decide por el continuismo tiene los días contados, porque va a ser preso del sistema dictatorial que ya liquidó a Áñez y que va a liquidar a cualquiera”, dijo Sánchez Berzaín. La entrevista completa: - ¿Considera que el pase de Rodrigo Paz y Tuto Quiroga a la segunda vuelta marca el fin de la era política de Evo Morales en Bolivia? - Hay que recordar que lo que se ha venido en denominar la era política de Evo Morales es en verdad el tiempo de la expansión de la dictadura de Cuba con el financiamiento que a partir de 1999 pone Hugo Chávez y juntos con Lula da Silva y el Foro de San Pablo, se introduce el Socialismo del Siglo XXI, que ha producido la expansión de la dictadura de Cuba, de dictaduras que hoy día existen en Venezuela, en Nicaragua, en Bolivia, el Ecuador de Correa. Y el establecimiento de gobiernos en democracia al servicio de las dictaduras, que yo denomino gobiernos paradictatoriales. Entonces, en ese marco de referencia, lo que se denomina la era política de Evo Morales es en verdad la era del Socialismo del Siglo XXI en Bolivia, de la ocupación de Bolivia por un proyecto transnacional que se ha terminado evidenciando como el de un grupo delictivo y no como un movimiento político. Y en ese sentido, Evo Morales nunca hubiera llegado al poder, nunca hubiera podido acceder a la presidencia, nunca hubiera podido llevar adelante la suplantación de la República de Bolivia si no hubiera sido dirigido, sostenido y operado por el castrochavismo. O sea que lo que estamos viendo en Bolivia es la declinación hacia el fin de la era del Socialismo del Siglo XXI, que se ve también de manera muy marcada en Venezuela y en Cuba y en Nicaragua. - ¿Qué factores cree que explican que Morales mantenga todavía una base de apoyo relevante? - El apoyo a Evo Morales está fundado en sus organizaciones de cultivadores de coca y de cocaína, las federaciones del trópico de Cochabamba que él, comprándose una sigla política del Movimiento al Socialismo, que era un partido de derecha (por eso es azul), convirtió en partido político. Evo Morales ha convertido en realidad el sueño del Socialismo del Siglo XXI de convertir a los narcotraficantes en empresarios, convertir los grupos criminales y sediciosos en partido político y en trastocar completamente lo que es la realidad social de un país. Lo podemos ver también en Venezuela, vemos ahora un avance importante en Colombia y en ese sentido lo que se llama base de apoyo relevante yo creo que hoy por hoy no supera un quince por ciento, y son los grupos que van a defender el sistema de permanecer con impunidad, traficando y sosteniendo el narcoestado en que han convertido a Bolivia. Además de eso, hay pequeños grupos beneficiados del desarrollismo que hizo Evo Morales durante todo el tiempo que detentó el poder. Y el otro factor es el miedo. Hay miedo a Evo Morales porque tiene capacidades de criminales, de acción, de represión y de daño material y físico que son muy grandes. ARCHIVO: Rodrigo Paz logró el primer lugar en la primera vuelta electoral de Bolivia. En la foto, celebrando el pasado domingo 17 de agosto (AFP) - ¿Un cambio de signo electoral garantiza realmente un cambio de rumbo para el país o existe el riesgo de que las estructuras de poder se mantengan intactas? - En la primera vuelta electoral del 17 de agosto, se ha visto producido un resultado en el que dos de los opositores, entre comillas, van a la segunda vuelta y los tres candidatos del oficialismo, o sea del régimen dictatorial, han quedado al margen. Para explicar esto, hay que ir a mirar la papeleta de votación. Ocho candidatos, tres del régimen y cinco opositores, pero opositores funcionales. Yo he definido a los opositores funcionales como aquellos opositores que están de acuerdo con el régimen y que el régimen permite que actúen. Por eso hay esos candidatos en esa papeleta. Entonces, en ese escenario, lo que tenemos que ver en la segunda vuelta no es la disputa entre dos candidatos que ahora han lanzado su campaña mostrando cuál estaba más cerca de Evo Morales y quién ha sido más funcional o más entregado al autoritarismo o a la dictadura. Eso no importa, porque todos son peces de la misma pecera, todos son sapos del mismo charco. La gente que ha entrado en la papeleta es la gente a la que el régimen le ha permitido candidatear. Por eso el eje de confrontación en la segunda vuelta es el del continuismo o el del cambio. ¿La continuidad qué quiere decir? Mantener todo el sistema que ha montado criminosamente el Socialismo del Siglo XXI en Bolivia, imponiendo la constitución del Estado Plurinacional, que es un instrumento dictatorial y, a partir de eso, violando todos los derechos humanos y libertades individuales para que Bolivia tenga hoy día un poco más de trescientos veinte presos políticos y cerca de veintisiete mil exiliados y no haya separación de independencia de poderes ni hay estado de derecho. Eso es el continuismo, pueden optar por eso. Y la manera de optar por eso es hablar simplemente de los síntomas. - ¿Cuáles serían esos síntomas de los que habla? - La crisis económica, el dólar, eventualmente apresar a Evo Morales y convertirlo en chivo expiatorio... Pero esos son los síntomas. En cambio, la verdadera transformación consiste en recuperar la libertad y la democracia de Bolivia y solo se puede hacer retornando a la república y a la democracia, declarando la plena vigencia de la Constitución Política de la República y llevando adelante un proceso en el cual los poderes del estado que Evo Morales suplantó cuando impuso la Constitución del Estado Plurinacional vuelvan a ser instituciones republicanas. La Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía General de la República, el órgano electoral al que convirtieron en poder, todos fueron copados por Evo Morales diciendo que había creado un país. Eso es nulo de pleno Derecho en el marco del artículo treinta y uno de la Constitución de la República de Bolivia. Y, quien llegue a la Presidencia, si lo declara así, podrá poner de inmediato en manos del Congreso la elección republicana y democrática de esos poderes del estado. Entonces, el eje de confrontación es entre el cambio y el continuismo. Y el cambio es volver a la república. O el continuismo repitiendo lo que le pasó a la señora (Jeanine) Áñez del 2019 al 2020, que en vez de ser gobierno de transición fue gobierno de continuidad. ARCHIVO: Jorge "Tuto" Quiroga, de la coalición conservadora Alianza Libre, celebra el segundo lugar en la carrera presidencial, en La Paz, Bolivia, el 17 de agosto de 2025 (Reuters) - ¿Qué señales concretas debería dar el próximo gobierno para demostrar que hay un quiebre real con el pasado? ¿Cuáles son los cambios estructurales que Bolivia necesita para asegurar un crecimiento económico y social sostenido? - La señal más concreta de cambio que tiene que ser anunciada en esta campaña tiene que ser la propuesta de programa de gobierno ajustada para la segunda vuelta y el cambio supone volver a la república, reinstalar la constitución de la república en base al artículo treinta y uno de su texto original y devolverle al país tribunales de justicia que sean electos en base a méritos y reinstitucionalizar el país. Y eso es muy sencillo, es simplemente una disposición presidencial, algo que Áñez no quiso hacer en su momento. Y el quiebre se va a producir ahí mismo, porque se le ha de haber quitado al sistema dictatorial los instrumentos con los cuales arrincona al presidente e impide que haya una nueva política económica. El presidente que llegue, ya sea Rodrigo Paz o Jorge Quiroga, si decide por el continuismo, tiene los días contados, porque va a ser preso del sistema dictatorial que ya liquidó a Áñez y que va a liquidar a cualquiera, porque todo el aparato dictatorial va a estar presionando sobre el poder ejecutivo o sobre la gente que tome el gobierno. Rodrigo Paz, el día de la elección, dijo que el país había votado por un cambio de sistema más que por un cambio de gobierno. Y eso es un entendimiento de la situación, pero ahora nos tiene que decir qué entiende por cambio de sistema y Jorge Quiroga tiene el mismo desafío. Y cuando se haya cambiado el sistema, cuando se haya vuelto a la república, la política económica que traiga consigo la recuperación del país, el crecimiento económico y el crecimiento social es lo siguiente, no es lo primero. - ¿Cree que eso es lo primero antes que lo social y lo económico? - No se puede curar a un enfermo atendiendo solo los síntomas y no atendiendo la causa. La causa de la crisis en Bolivia es la destrucción institucional a partir de la constitución del estado plurinacional y todos los atropellos que eso genera. Que la crisis económica, la ausencia de dólar, el vaciamiento de los recursos del estado, el entreguismo de los recursos naturales, el hecho de que Bolivia sea un narcoestado, el hecho de que Bolivia sea una base de Irán y de Cuba, la falta de diésel y gasolina, el camino de la pobreza, la miseria. Todo eso está determinado por un sistema que hay que hay que eliminar recuperando la república. Y entonces se puede hablar de política económica. Y la política económica obviamente está marcada por el rumbo del mundo, que quiere decir respeto a la propiedad privada, inversión, tecnología, capacidad de los bolivianos que la tienen, transparencia, lucha contra la corrupción y obviamente alejarse del narcotráfico y del narcoestado. ARCHIVO: el expresidente de Bolivia Evo Morales habla frente a simpatizantes en una sede sindical en Villa 14, municipio de Villa Tunari, el último 17 de agosto (EFE) - ¿En qué sectores ve mayores oportunidades para lograr ese crecimiento, y cuáles son los obstáculos más difíciles de superar? - Los sectores de mayor oportunidad en Bolivia, lamentablemente, siempre han sido los de los recursos naturales. Lo que le queda a Bolivia es el litio y los minerales. Bolivia ha vuelto a ser un país minero. Ha perdido el liderazgo en la producción de gas y eso es difícil de recuperar ahora que Argentina ha desarrollado Vaca Muerta y que Brasil ha puesto en marcha su explotación en la plataforma del Atlántico. Entonces, Bolivia tiene que tratar de recuperar un nivel económico en base a lo que tiene y lo que tiene es el litio, la minería tradicional. Pero además hay que volver a la expansión de la exportación de productos no tradicionales y hay que volver a tratar de atraer inversión externa, porque la inversión externa no solo trae dinero, trae tecnología de punta que Bolivia no tiene. Pero para eso, de nuevo se necesitan condiciones de democracia que solo pueden ser dadas con la república. - De resultar electo Rodrigo Paz o Tuto Quiroga, ¿qué desafíos urgentes enfrentará el nuevo gobierno en sus primeros meses? - Los desafíos más urgentes del presidente que sea elegido en octubre tienen que ver con los elementos esenciales de la democracia: la libertad y los derechos humanos. Bolivia tiene más de trescientos veinte presos políticos y más de veintisiete mil exiliados. El Poder Judicial es un órgano de persecución política. Los jueces no son jueces, son verdugos empleados del sistema dictatorial, que además encubren y dan impunidad a los crímenes como los de Evo Morales, los de Arce y los de todo su grupo. Entonces, el primer desafío es restaurar los elementos esenciales de la democracia, respeto a la libertad fundamental y los derechos humanos. Segundo, reponer el estado de derecho. Tercero, la separación e independencia de los poderes públicos. Cuarto, la libre organización política. Y quinto, todo eso garantizará un sistema electoral mucho más transparente. - ¿Cómo debería abordarse la tensión social que podría generarse por el cambio político? Imagino mucha conflictividad en los primeros meses. - Va a haber una alta conflictividad, porque la conflictividad va a estar movida por Evo Morales, por los sectores que tienen y que van a perder privilegios, pero sobre todo por la gente que está aterrorizada porque tiene que rendir cuentas. Entonces, para eso, en los primeros meses, en los primeros cien días, la recomendación al gobierno es proceder con claridad, establecer, -reponiendo la república- un nuevo sistema de justicia con personalidades y jueces que no tengan el pasado de haber servido a la dictadura, que además es un pasado donde la mediocridad fue puesta por encima de las capacidades. Además de conflictividad va a haber conspiración, porque la intención del régimen es perdurar y es posible que para eso el presidente que llegue se vea tentado a ir por el camino de la continuidad. Cuando se rompe la continuidad, siempre se usa la palabra de conflicto social y respecto al conflicto social, el término pacificación. Nada de eso puede volver a pasar. - En un escenario internacional volátil, ¿cómo debería Bolivia reposicionarse para no quedar rezagada en el plano económico y político? - La manera de reposicionar a Bolivia en el ámbito económico y político internacional es salir primero con toda claridad del grupo de delincuencia organizada transnacional en que hoy día está integrado -bajo mando de Cuba y Venezuela- por Nicaragua y Bolivia, respaldado por el Brasil de Lula, por la Colombia de Petro, por el México de Sheinbaum. En ese sentido, un cambio de política exterior inicial es muy necesario. Y después de eso, es el cambio interno el que tiene que reponer la confianza internacional que se ha perdido, porque Bolivia ha terminado siendo un país marginal de inversiones de capitales de golondrina o de capitales de lavado o de capitales vinculados a las dictaduras. Y eso tiene que cambiar con una propuesta económica de nueva política económica que venga de la mano, pero después de haber repuesto las condiciones de democracia con la república. - ¿Qué rol deberían jugar países vecinos como Brasil, Argentina o Chile en esa estrategia de reinserción regional? - En el tema de Brasil, Argentina y Chile, yo creo que Argentina es un aliado cercano de un gobierno que haga cambio. Si hay continuismo, el Gobierno va a tener como aliado al Brasil de Lula y eventualmente al de Boric. Pero, en el sentido de la urgencia nacional que tiene Bolivia, primero es la decisión interna y después el efecto internacional. - Evo Morales conserva poder territorial en regiones clave y el sector minero sigue teniendo gran influencia. ¿Cómo cree que impactarán esos factores en el próximo gobierno? - ¿Evo Morales va a tener la capacidad de bloquear el país y de llevarlo a la confrontación? Por eso el Gobierno, después de reponer la República, tiene que proceder con la regla de no impunidad. Para eso lo mejor es anular todas las amnistías. Bolivia desde el año 2003 se ha vuelto un país de amnistías. Carlos Mesa le firmó dos amnistías a Evo y sus cómplices que produjeron el derrocamiento del 2003. Después, Evo, siendo presidente, le firmó amnistía a Carlos Mesa, Jorge Quiroga. Bolivia tiene que volver a ser un país con estado de derecho y eso no funciona con amnistías, porque la amnistía es el perdón del delincuente. El que acepta una amnistía está aceptando que ha delinquido. Y hay que anular las amnistías para empezar y después aplicarle la fuerza de la ley a Evo Morales. Yo le quiero recordar que ya en el año 1994, 1995, el Trópico de Cochabamba con Evo Morales era una zona roja, pero se pudo recuperar de manera rápida aplicando el estado de derecho. - ¿Piensa que habrá una negociación inevitable con Morales o es posible (o necesario) gobernar sin esos apoyos? - Seguramente van a estar inclinados a negociar con Evo Morales, pero negociar con Evo Morales es volverle a reconocer presencia en el ámbito de la política cuando su ámbito es el ámbito del delito, del crimen, del narcotráfico. Si el gobierno nuevo negocia con Evo Morales, habrá marcado una señal irremediable de fracaso. - El narcotráfico es un tema clave para abordar los anteriores. El control territorial también. ¿Qué papel deberían jugar las Fuerzas Armadas y las fuerzas del orden en la lucha contra el narcotráfico en Bolivia? - Las fuerzas armadas han sido desinstitucionalizadas junto con la policía en el mecanismo operativo del Socialismo del Siglo XXI. Han intentado cambiar la doctrina de las fuerzas armadas. Las fuerzas armadas de Bolivia son fuerzas armadas de la nación, que quiere decir el pueblo en armas, y las han pasado a ser fuerzas armadas del régimen. Y han logrado eso desconociendo el orden de mérito en el ascenso, dando promociones a gente que nunca hubiera llegado a mandos por falta de notas, de capacidades y de méritos. Eso tiene que ser objeto de un reajuste y para eso el proceso de reinstitucionalización en el marco de la República de Bolivia es lo único que puede funcionar. Una persona sostiene un periódico para leer la cobertura de las elecciones presidenciales de Bolivia, mientras el senador centrista Rodrigo Paz y el expresidente conservador Jorge 'Tuto' Quiroga se dirigen a una segunda vuelta programada para el 19 de octubre en El Alto, Bolivia, el 18 de agosto de 2025 (Reuters) - En ese marco, ¿cómo abordar la lucha? ¿Puede Bolivia o el nuevo gobierno luchar en soledad contra el narco? - Bolivia tiene que volver a los convenios internacionales. La operación con la DEA es imprescindible. El éxito en la lucha contra el narcotráfico del año 1993 en adelante está fundado en acuerdos internacionales, porque el narcotráfico es un crimen de carácter transnacional. Y lo que ha hecho Evo Morales ha sido apropiarse de la lucha contra el narcotráfico para proteger el narcotráfico. Entonces, el narcotráfico no es un problema si se encara en el marco de lo que son los principios y los tratados internacionales y los convenios que Bolivia tenía firmados en la década del 90 que Evo Morales desconoció expulsando a la DEA. Lo deseable para Bolivia, llegue quien llegue a la presidencia, cualquiera de los dos candidatos que están yendo a la segunda vuelta, es que articulen un plan nacional y un gobierno de urgencia y unidad nacional. En ese gobierno tendrán que estar todos los que quieren restaurar la libertad, la democracia, la república, terminar con el narcoestado, recuperar la economía boliviana y recuperar el futuro de Bolivia. En el otro lado estará el continuismo, y yo creo que ese tiene que ser el eje de confrontación en esta campaña para la segunda vuelta. Si se traza un eje de confrontación diferente, como el que están realizando en estos días, que es el del insulto, el de decir quién es más funcional, quién estaba más entregado a la dictadura, sin siquiera mencionar a la dictadura. Ese es el camino del fracaso que puede reproducir en Bolivia en progresión geométrica, lo que Bolivia vivió el año 1982 al 85 con la Unidad Democrática y Popular, UDP. Un gobierno de izquierda que sucedió a las dictaduras militares y que terminó asumiendo toda la responsabilidad de la crisis económica que habían creado las dictaduras militares, pero que nadie se acuerda de que fueron las dictaduras. Y en la siguiente elección ganó el general (Hugo) Banzer, que había sido el más notable de los líderes de ese proceso dictatorial. Cuidado, que por dar continuismo y no retornar a la república, el presidente que llegue o el gobierno que llegue al poder se convierta simplemente en un puente para lavarle la cara al Socialismo del Siglo XXI y al narcoestado, y después terminar cargando todas las responsabilidades de estos más de veinte años de violación de los derechos humanos, corrupción y narcotráfico. X: @TotiPI

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