Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Cuando la salud también se marcha de vacaciones

    » Diario Cordoba

    Fecha: 23/08/2025 02:39

    No es nuevo. El verano, y más la actividad vacacional, cambia pautas que llevan a que los servicios de medicina de familia, las especialidades y las urgencias vean aumentar una serie muy concreta de patologías características de la época. De ellas está tratando especialmente este verano el suplemento CÓRDOBA SALUD, que ha abordado cuestiones, por ejemplo, como el daño a la piel debido a los hábitos estivales (en el número del 9 de agosto), las alergias en verano o la nutrición (ambos en la pasada edición del 16 de agosto). Sin embargo, aún quedan (al menos para algunos afortunados) muchas vacaciones, y el carácter divulgativo y de servicio público de este suplemento nos lleva a incidir de nuevo, especialmente en los aspectos preventivos, en las patologías propias de la estación. En este caso, bajo el enfoque de la medicina de familia y de la mano de Luis Palenzuela Rodríguez, vicepresidente del Colegio Oficial de Médicos de Córdoba (COMC), especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y con 43 años de ejercicio de su profesión a su espalda. Otitis, sol e insectos Para empezar, quizá se tenga que hablar de una de las patologías más veraniegas y frecuentes, la otitis. Eso sí, «otitis muy características, de la playa, de las piscinas... Nada que ver con las que nos llegan el resto del año», explica Palenzuela. Efectivamente, se trata en general de infecciones del conducto auditivo al mantenerse mucho tiempo húmedo, lo que propicia la multiplicación de bacterias (pseudomonas aerugina y staphylococcus aureus ) y hongos, recoge la web de quirónsalud, que destaca entre sus consejos secar muy bien los oídos tras el baño (nada de usar bastoncillos, están contraindicados), mantener el oído limpio, usar tapones en determinados casos al nadar y olvidarse de zambullidas violentas o de bucear en exceso. Capítulo aparte, Luis Palenzuela propone seguir repasando las afecciones estivales debe continuar por un grupo de patologías fruto de un mayor contacto en este tiempo con agentes externos. El doctor Luis Palenzuela Rodríguez. / CÓRDOBA Hablamos, por un lado, de casos como las quemaduras por exposición excesiva al sol, que tiene un coste a corto plazo pero que también puede pasarnos factura a años vista, recordaba recientemente para CÓRDOBA SALUD el dermatólogo del hospital universitario Reina Sofía Pedro Jesús Gómez, que aconseja el uso abundante y suficiente de cremas de protección solar y mucho sentido común al tomar el sol. El otro gran grupo de afecciones por exposición a agentes externos son las picaduras, nos resume Palenzuela. También en este suplemento la jefa de Alergología del Reina Sofía, María Berta Ruiz León, prevenía recientemente al respecto, recordando casos extremos como el de ese aproximado 2% de la población rural con alergia a la picadura de himenópteros y con reacciones generalizada y muy graves que incluso pueden llegar a la muerte si no se actúa con rapidez. Traumatismos Pero quizá lo que la población tiene más presente es el incremento de los accidentes y traumatismos. Por ejemplo, en las piscinas , donde «hay agua, hay resbalones, hay mucha gente, hay mucho juego...». Y por supuesto, hay lesiones. Casos similares lo suponen la práctica de determinados deportes, en muchos casos sin demasiada preparación previa y más allá de las características de la propia actividad física. Las consecuencias son a veces esos «esguinces, heridas, problemas musculares...». Nada mejor que el sentido común y conocer las propias limitaciones físicas para evitar buena parte de los percances. Del calor al frío Algunas de las incidencias en el deporte están también ligada a los efectos del calor, particularmente cuando aparecen cuadros de deshidratación. Sin embargo, en este capítulo de las altas temperaturas no solo se ven afectados los que realizan una actividad física, ya que son los niños pequeños y los mayores los que más tienen que vigilarse con el calor, aún sufriendo éste de forma pasiva. Y es que «el calor genera problemas en personas, sobre todos mayores, que tienen ya una patología de base debilitante, que les afecta de una forma extraordinaria. Son personas que tienen la sensación de sed muy alterada y para las que una patología relacionada con la deshidratación es un riesgo importante», explica el facultativo. Afortunadamente, «la población va siendo más consciente y desde la Administración sanitaria se hacen campañas, pero eso no quita que veamos esos casos por exposición al sol y a altas temperaturas», afirma Palenzuela. En esta misma edición del CÓRDOBA SALUD, el geriatra José María Jiménez habla también sobre la deshidratación en los mayores, así como otras afecciones que pueden propiciar el periodo vacacional en este sector de la población (página 4). Pero no todo son problemas por el calor. También el frío, por el uso y abuso del aire acondicionado, puede ocasionar más de un problema de salud, con «una incidencia manifiesta de resfriados y dolores de garganta, musculares...» Infecciones y viajes Otro bloque de patologías veraniegas son las infecciones bacterianas y víricas. Al respecto, «me ha llamado la atención, el repunte de los casos de covid en junio y julio», posiblemente como resultado del aumento de los contactos propiciados por eventos multitudinarios a final de primavera y principios de verano, con «más gente en la calle, más ocio...». Todo ello «con la sintomatología típica: malestar general, fiebre, mialgia, cansancio extremo, cuadros respiratorios...». En otro orden estarían esas patologías infecciosas relacionadas con los desplazamientos vacacionales, comenzando por la típica ‘diarrea del viajero’, bien por agentes víricos o bacterianos. Y ello sin que los alimentos que se tomen estén necesariamente contaminados por un patógeno en especial (puede tratarse de virus locales o de agentes que alteran de alguna manera la flora instestinal). Nada que ver con esos otros casos de toxointoxicaciones alimentarias, salvo por el hecho de que el calor veraniego multiplica las posibilidades de que los alimentos se contaminen al desarrollar bacterias nocivas. Y hablando de viajes, ¿vuelve la gente, que cada vez más se desplaza a países exóticos, con enfermedades propias de otras latitudes? Pues al parecer, y sin que el riesgo deje de existir, no es frecuente que el médico de familia se encuentre con muchos casos así, señala Luis Palenzuela. Ni siquiera, por ahora o al menos este verano, es habitual encontrar una patología de esas enfermedades que podrían achacarse a la ‘tropicalización’ de la región mediterránea debida al cambio climático. Viene a la cabeza de todos el caso de la fiebre del Nilo, que sin embargo, aquí en Andalucía «está muy restringida», más con los medios preventivos empleados, «por ahora se está limitando a entornos marismales, como en Sevilla», explica el también vicepresidente del Colegio de Médicos de Córdoba. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por