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Concordia » El Heraldo
Fecha: 22/08/2025 02:28
En enero, el entrerriano Martín Ponte quedó marcado en el automovilismo argentino, pero no por sus logros deportivos. El ex piloto de Turismo Carretera y comentarista televisivo fue denunciado por una estafa: utilizó la imagen de Nicanor, un niño de 7 años que lucha contra la leucemia, para recaudar fondos de manera fraudulenta. Ads La maniobra consistió en replicar el flyer original de la campaña solidaria, alterando los datos bancarios para que las donaciones llegaran a sus cuentas. El engaño salió a la luz cuando la madre de Nicanor, Eliana, descubrió que el dinero no se destinaba al tratamiento. La indignación se viralizó y pilotos como Franco Colapinto lograron reunir rápidamente el monto necesario. La reacción del ambiente fue inmediata: la ACTC declaró a Ponte persona no grata, varias empresas y pilotos denunciaron estafas, y el ex piloto desapareció del mapa. Cerró sus redes sociales, evitó dar explicaciones públicas y se rumoreó que había salido del país. Durante meses, su silencio fue total. Ads La reaparición pública Esta semana, el concordiense volvió a mostrarse a través de un video en el que confesó padecer ludopatía, una adicción que, según admite, destruyó sus vínculos familiares y lo llevó a perder el control de su vida. Ads “Mi nombre es Martín Ponte, tengo 40 años, estoy hace más de seis meses en tratamiento en El Arte de Volver por ludopatía. Llegué acá con los vínculos con mi familia y con mis afectos prácticamente rotos. Los voy recuperando de a poco, sobre todo con mi hijo y mis padres”, afirmó. El ex piloto describió el espacio terapéutico como un sostén en medio de la caída. “Encontré muchísima contención de todo el equipo terapéutico y de mis compañeros. Se hace tedioso pensar en venir todos los días, pero termina siendo un lugar de apoyo constante. Nos da herramientas para poder manejarnos fuera y reinsertarnos en la sociedad”, agregó. Entre la confesión y la deuda moral Ads Ponte reconoció que su adicción al juego es tan destructiva como otras dependencias: “Es una adicción como el alcohol o la droga. Tenemos distorsionada la realidad, creemos que podemos controlar lo que es incontrolable. De eso se trata el tratamiento: de volver a poner los pies sobre la tierra”. Aunque su testimonio aporta una dimensión humana y muestra un intento de rehabilitación, las heridas que dejó su accionar siguen abiertas. Decenas de fanáticos, empresas y pilotos denunciaron haber depositado dinero en sus cuentas, con sumas que iban de 100.000 a 200.000 pesos. La indignación no se limita a lo económico: se trata de un quiebre de confianza en un ambiente que se sostiene en gran parte sobre la solidaridad. El caso de Nicanor, cuya familia debió atravesar el dolor de una estafa mientras luchaba contra la enfermedad, expuso la gravedad de lo ocurrido. La justicia aún debe determinar las responsabilidades legales. (Con información de Auto Mundo)
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