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La Paz » Politica con vos
Fecha: 21/08/2025 21:16
La industria atraviesa su peor momento en años. Con salarios estancados, menor acceso al crédito y una confianza empresarial en retroceso, los sectores más afectados son textiles, cuero y calzado, madera, químicos y metalmecánica. El empleo suma nueve trimestres de caída. La industria PyME atraviesa su peor momento en años. No logra salir de la recesión y la principal preocupación es la escasa demanda. Lejos de la reactivación prometida, el nivel de actividad entró en una meseta con el estancamiento de los salarios y la disminución del crédito. En este escenario, la preocupación por la debilidad de la demanda alcanza al 68% de las empresas, pero además en cinco sectores supera el 70%: textiles y prendas de vestir, productos de cuero y calzado; muebles, madera, corcho y paja; sustancias y productos químicos, y metalmecánica están entre los más afectados, y hasta en el sector de alimentos tienen a más de la mitad de sus firmas afectadas. Mientras las industrias temen por su continuidad y se deterioran las proyecciones de inversión, la principal variable de ajuste es el empleo que acumula nueve trimestres en caída libre. De acuerdo con relevamientos privados, se contrajo en el 25% de las empresas y, en relación con lo anterior, en algunos sectores el porcentaje escaló al 40%, tal la situación de los textiles. En dicho panorama, la recuperación de la actividad observada en el segundo semestre del 2024 parece agotarse. La modificación del esquema cambiario en marzo de este año no sólo significó aceptar mayor volatilidad del tipo de cambio, sino también un freno productivo que tampoco genera perspectivas a futuro: la confianza empresarial cayó a niveles de inicio del 2024, en plena crisis por la devaluación inicial del gobierno de Javier Milei. Industria en jaque En la Argentina actual, 7 de cada 10 empresas pymes aseguran que su nivel productivo se mantiene sin cambios o directamente en baja. En promedio, la producción cayó 1,3% interanual y 2,0% sin estacionalidad. Tales números dan cuenta de las consecuencias de un modelo económico que necesita de paritarias pisadas que, junto con la apreciación del tipo de cambio, le aseguren al gobierno nacional, a pocos de las elecciones de medio término, mantener la inflación a la baja, aunque sea por este corto plazo. Sin embargo, la actividad productiva siente el golpe y alerta por el efecto en puestos de trabajo y en la existencia propia de las firmas: el 68% aseguró tener problemas debido a la contracción sostenida de las ventas. A su vez, según datos proporcionados por la Encuesta Coyuntural de la Fundación Observatorio PyME, hay cinco sectores que se ubican entre los más afectados por la crisis de ventas: Textiles, prendas de vestir, productos de cuero y calzado donde el 80,1% de las firmas dijo tener inconvenientes; Muebles, madera, corcho y paja (81,5%), Sustancias y productos químicos, caucho y plástico (71,2%); Metalmecánica (68%) y Otras actividades industriales (72,5%). A su vez, en Alimentos y Bebidas el problema afecta a la mitad de las firmas (55,3%). Como resultado, el empleo aparece como la principal variable de ajuste al punto de que ya lleva nueve trimestres consecutivos en baja (-4,7% caída promedio interanual). En detalle la cantidad de puestos de trabajo registrados cayó para el 25% de las empresas y, de hecho, en algunos sectores el porcentaje escaló al 40% (Textiles, prendas de vestir, productos de cuero y calzado), según el relevamiento que incluye a unas 500 firmas. El informe del Observatorio PyME, planteó también que “se agudiza la tensión en los precios, costos y rentabilidad”. De es manera, los precios y las ventas “corren por debajo de los costos”. En concreto, las ventas nominales (+27% interanual) crecen por debajo de los costos (+33%) y levemente por encima de los productos industriales de la economía (IPIM productos manufacturados: +25%). En ese sentido, aseguraron que “los precios solo aumentaron en el 35% de las empresas mientras que los costos subieron para el 74% de las firmas”. Además de los fuertes recortes en el personal, también se mencionó la sustitución de insumos (22% de los casos) y de la producción propia (10%) por importados finales. Se destacó, en ese sentido, el porcentaje de industrias que admitieron una mayor presencia de ajuste de costos sin incluir inversión: en Textiles llegó al 57% de las empresas y en Muebles y madera al 58%. Si se esto se suma la implementación de estrategias defensivas (sostenerse con pérdidas, reconvertirse o cerrar) el guarismo asciende al 80%. La recuperación que no se ve Hasta finales del 2024, la recuperación de la actividad vino de la mano de una mejora de los salarios del sector privado impulsada por la desaceleración de la inflación y de un aumento del consumo apalancado en el crédito. Sin embargo, ambos “motores” comenzaron a apagarse. Así lo señaló un informe presentado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz desde donde alertaron que “desde hace seis meses la recuperación de los salarios del sector privado registrado se ‘frenó’ en un nivel cercano al de noviembre del 2023, mientras que los del sector público lo hicieron 15 puntos por debajo. Sólo los salarios del sector privado no-registrado, que escapan al ‘ancla salarial’, lograron crecer hasta diciembre de 2024, último dato disponible. Por su parte, el stock de préstamos en pesos al sector privado cae desde abril de 2025”, puntualizaron. En ese contexto se explicaría el “error no forzado” respecto al vencimiento de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIS). Para el centro de estudios, “posiblemente la intención del gobierno era que parte de los más de $15 billones de pesos que vencieron en julio se vuelquen como crédito al sector privado, bajo la idea de que ‘los bancos actúen como bancos’. Sin embargo, producto de las altas tasas activas, o simplemente por el hecho de que es la demanda de dinero la que determina la oferta y no a la inversa, los bancos no lograron/no quisieron hacerlo; lo que generó un excedente de liquidez que aumentó la presión sobre el tipo de cambio y puso en duda por primera vez desde su implementación la sostenibilidad del esquema cambiario”. De cara a los próximos meses, consideraron que “a mediano plazo la necesidad de financiamiento externo para enfrentar vencimientos de deuda es muy alta y los fundamentos de una economía con déficit en la cuenta corriente y tipo de cambio apreciado parecen ser una resistencia para bajar el riesgo país y volver a los mercados voluntarios de deuda”, en tanto que estos meses previos a las elecciones de medio término de octubre, “serán determinantes para verificar si la histórica relación entre el dólar y los precios en Argentina fue domada por un gobierno que, paradójicamente, asumió con la promesa de dolarizar la economía”, cerraron. (El destape)
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