Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Una mirada desde la alcantarilla. Cocciones

    Parana » Ahora

    Fecha: 21/08/2025 03:40

    * La historia se cuece sola Pico la verdura. Trituro el ajo. Rompo la unión entre las semillas y la carne del pimiento, hay que hacer llorar a la cebolla, me digo. Destripo las chauchas, barro con el pulgar las arvejas, el mismo movimiento de lanzar hacia adelante una bolilla. En la vereda los chicos en cuclillas. El círculo dibujado raspando un cascote en las baldosas. Adentro las bolitas de vidrio, ojos de peces chocando contra otros. Despellejo las pieles de los tomates como si abriese las propias heridas de nuevo. Visualizo una caída a mis trece años, la rodilla como una zanja hasta el tuétano. Frente a los mosaicos, la cáscara naranja se enrosca encima del horno. Podría ser una serpiente chamuscada. Tenía siete años cuando una viborita se levantó y me mostró la lengua bifurcada, la llamé a mamá y cruzó la calle hasta donde estaba. Cuidado, dijo, eso es peligroso. Yo creía que era simpático el gesto de la danza erguida. No todo lo que se yergue de frente es bueno. Parece decir la primera lección. Después vinieron los sapos, las supersticiones, la lectura del aroma, el anticipo de las lluvias en el olfato. Había un mapa y era diminuto. Nos decían cosas entre murmullos de siesta, después tomaríamos eso como anzuelos para leer más allá de la geografía conocida. En las salpicaduras alrededor de las hornallas, en las marcas del metal hirviendo, en las primeras llagas del paladar el fondo de las señales, como si el lenguaje escapara a las señas, como si los anticipos estuviesen antes en las cosas apenas dichas. *

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por