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  • El negocio de la ropa muta: un caso testigo en Paraná del nuevo formato que suma “experiencias” para atraer clientes

    Parana » 2 Florines

    Fecha: 20/08/2025 07:02

    Agustín Firpo, dueño de “Experiencia Random”, explica en qué consiste la transformación del rubro, motivada por la necesidad de optimizar espacios, reducir costos y rotar clientes ante la baja de ventas y las nuevas tendencias que se imponen en el mercado. Ahora, el local ofrece además cafetería, barbería, estética masculina y eventos. Por Nahuel Amore En un contexto complejo para el sector comercial, afectado por la pérdida de poder adquisitivo de las familias y cambios muy fuertes en el comportamiento de los consumidores, el rubro de la indumentaria se encuentra en un proceso de transformación. Frente ello, deben adaptarse a las nuevas tendencias del mercado, con formatos que mutan y se reinventan a partir de la sinergia lograda entre distintos productos y servicios. El objetivo es claro: buscar alternativas de comercialización para satisfacer clientes, sostener las empresas y los puestos de trabajo. Agustín Firpo es un comerciante de Paraná con casi dos décadas en el rubro. Según resaltó a DOS FLORINES, desde hace un tiempo viene observando estos cambios y la necesidad de proponer algo diferente para un mercado tan previsible como extrañamente particular como es la capital entrerriana. De ese análisis es que nació hace casi dos años “Experiencia Random”, un nuevo formato que se anticipó a la imperiosa necesidad de ser más eficientes en los costos, competitivos en los precios y estratégicos a la hora de atraer clientes o potenciales clientes. “Es un multiespacio con distintos rubros y actividades que genera la posibilidad de que se acompañen y ayuden entre sí con la rotación de gente. La barbería tiene clientes con horarios fijos que ingresan al local y allí también se ofrece estética masculina. La cafetería invita a tomar un café. Una cosa lleva a la otra y da la posibilidad de que el negocio de ropa hoy tenga rotación de gente que llega sin la necesidad directa de buscar una prenda. Venís por una cosa y te encontrás con un local que ofrece otros servicios o productos”, sintetizó. Al mismo tiempo, destacó que el espacio se presta para la organización de eventos adaptados a la dinámica del lugar, con propuestas como charlas, capacitaciones y degustaciones gastronómicas a partir del vínculo con chefs de la ciudad. En relación a esta última iniciativa, resaltó que se trata de un servicio con atención personalizada y un menú de pasos exclusivo que ya viene elaborado en el día, no se cocina allí, y se presenta para los clientes. Al mismo tiempo, dijo que lo complementan con música en vivo y coctelería. En definitiva, como su nombre lo indica, el local comercial de calle Cervantes 170, que tiempo atrás lucía de modo tradicional en sus vidrieras las distintas prendas de vestir, hoy irrumpe como algo inesperado, aleatorio o fuera de lo común, similar a un “momento random”. Se trata quizá de un formato comercial flexible, difuso, con una estética también disruptiva al mejor estilo de las grandes marcas europeas, que suman a su propuesta estética motociclistas vintage. Necesidad de reinventarse Firpo resaltó que la premisa siempre fue reinventarse a partir de nuevas ideas. “Desde hace 18 años estamos en la actividad de la indumentaria y hemos tenido caídas anteriormente de distinto tipo. Siempre le fuimos buscando la vuelta, pero nunca desde esta impronta. Esta es una tendencia a nivel mundial que apareció como moda. Observamos cómo se comportaba y, en base a eso, vimos cómo adaptarla a Paraná y con este formato”, explicó sobre cómo tomaron la decisión. Al mismo tiempo, recordó que pusieron bajo análisis los metros cuadrados de facturación del local para que el negocio fuera rentable. “La baja de ventas, en la cantidad de metros cuadrados que teníamos, nos daba la posibilidad de reducir el espacio en la indumentaria y poder utilizar esos metros en otros rubros que, a la vez, nos generen esta rotación y experiencias diferentes al consumidor”, sostuvo, y añadió que esa transformación debía darse con un modelo innovador. “Ante la competencia, la pregunta es de qué manera me reinvento”, remarcó, y señaló que Experiencia Random nace de un proceso en el que corrigieron sobre la marcha. Según contó, inicialmente lanzaron una plataforma de venta online, aunque reconoció las complejidades que implica ese formato. “Ahí vimos una debilidad en la cual no estábamos para vender de esa manera. Por eso, nos dimos cuenta de que había que generar rotación desde otro lugar, en vínculo con el cliente. Ahí encontramos esta experiencia”, indicó. Costos y ventas, una fina ecuación Consultado por la estructura de costos que deben enfrentar los comercios de su rubro, mencionó en primer lugar la incidencia de la locación del espacio. De todas maneras, reconoció que se manejan valores lógicos a la renta que debe tener el propietario del inmueble. “El dueño tiene que tener un rédito económico por su local comercial. En esa ecuación, se hace una alianza”, señaló. Ahora bien, planteó cómo el cambio de variables macroeconómicas del país impactó en todo el negocio en general. “Bajó el consumo y quedamos caros. Los precios vienen reacomodándose y estamos empezando a tener valores similares a otros países del mundo. Las industrias también están empezando a acomodar sus números para tener valores más adecuados al poder adquisitivo de la gente”, reflexionó. Al mismo tiempo, observó que hay otros que factores confluyeron en la ciudad y los obligaron a adaptarse, como la apertura de nuevos locales en el shopping recientemente inaugurado. También advirtió por situaciones de competencia desleal que afectaron al mercado local. “Si competimos en igualdad de condiciones, estamos alineados y hace que nos podamos unir como comerciantes. De hecho, hemos tenido charlas con gente que tiene negocios en Peatonal para ver cómo reinventarnos y, a través del municipio, ver alternativas para generar movimiento en esta zona y que sea atractivo”, contó. —En este contexto complejo, ¿hacia dónde considerás que va el negocio de la ropa? ¿Qué ves a futuro? —No dejamos de ser intermediarios entre la fábrica dueña de la marca y el cliente al que le damos el servicio en la atención directa. Elegimos productos para comercializar y lo vamos trabajando. El tema es que estas empresas logren acomodarse para que podamos ser competitivos. Después, cada uno buscará cómo ser competitivo y reinventarse para generar esta experiencia. En la actividad veníamos con un sistema inflacionario que te obligaba a una forma de trabajar para capitalizarte. Hoy en día no sólo tenemos que reinventarnos para competir, sino también reinventarnos financieramente. Tenemos que buscar alternativas para ir hacia una estabilidad. —Por ejemplo, ya no sirve al comercio tener mucho stock. —Hoy generar stock no sirve. Hoy hay marcas que permiten trabajar a consignación. Hubo mucho apoyo porque sabían cómo venía la mano. No era un problema personal de cada negocio que en algo fallaba, sino que es algo general. Por eso, el financiamiento es muy importante para poder rotar mercadería, que haya consumo y solventar los costos. —¿Qué se le pide a los Estados frente a esta realidad del sector? —Todo tipo de acciones que se puedan generar, serán bienvenidas. En términos impositivos se puede generar un acompañamiento. Entendemos que hay prioridades, pero es una actividad que en la Argentina la está pasando mal, siendo que todos los comercios del rubro generamos puestos de trabajo.

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