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» AgenciaFe
Fecha: 17/08/2025 16:41
La ilusión de San Luis impactó contra la fortaleza de Belgrano. Y se hizo pedazos. Con el corazón cargado de fuertes emociones, el club marista se plantó valientemente. Hizo su juego, presentó batalla, pero chocó contra la rutinaria firmeza del arrasador puntero del campeonato. En Tolosa, el líder derrotó por 22-17 a San Luis, sumó el duodécimo triunfo consecutivo y, cumplidas dieciséis fechas de veintidós, desfila gallardamente hacia los playoffs del Top 12 de la URBA. El éxito del subcampeón ya no es noticia y pasó a segundo plano en la fría tarde del sábado. Suceden que se han vuelto habituales sus triunfos. Se repiten los tries de Pedro Arana por la punta, el dominio en el line-out de Julián Rebussone y Juan Penoucos, los quiebres de Franco Vega, Francisco Lusarreta y Augusto Vaccarino, las pescas del inoxidable Francisco Ferronato, las escapadas de Tomás Cubelli y de Theo Blaksley, cuando lo reemplaza... Sábado tras sábado sucede lo mismo: la solidez en el juego y la contundencia en el ataque destraban los partidos y Belgrano es quien acaba festejando. Belgrano fue muy superior en el comienzo de la segunda etapa, hizo la diferencia y mantuvo la distancia en las alturas de la tabla del torneo de URBA.Ignacio Amiconi. La novedad de la jornada fue el retiro de un símbolo de San Luis y un gladiador de la última etapa de los Pumas: Agustín Creevy. El hijo pródigo que regresó a casa, tras 15 años, para cerrar su carrera deportiva. “San Luis es mi vida. Acá viví todas mis alegrías y me dio apoyo cuando lo necesité. Esto no es un adiós, es el lógico fin de una etapa, pero no me voy: aportaré desde donde sea”, alcanzó a decir con la voz cortada y los ojos chiquitos y empañados. Un try del apertura Valentino Quattrochi, convertido por él mismo, decoró sobre la hora un marcador que ya tenía ganador. Belgrano sacó del medio y tras la recepción del local, Creevy hizo el último pase de su trayectoria. Combinó con Quattrochi y a continuación la pelota fue al piso. Producto del knock-on, el árbitro Pablo Houghton le bajó la cortina al encuentro e, inmediatamente, todos apuntaron sus pasos hacia el hooker. Los compañeros y los adversarios, en primer lugar, y luego, decenas de chicos y grandes, en busca de una firma o una foto, y los familiares y los amigos. Las ganas de saludar a la leyenda fueron unánimes, y eso le aflojó la guardia al Gladiador. Que agradeció y se emocionó en la ronda en la que siempre habla el capitán. Y lagrimeó cuando le acercaron el micrófono en el homenaje sobre el medio de la cancha. ¡La ronda final! Las palabras de Agustín Creevy después de jugar su último partido con el club de sus amores, San Luis. Mirá el mejor rugby en Disney+ Plan Premium pic.twitter.com/vf7oDYnwBZ — ScrumRugby (@ScrumESPN) August 16, 2025 Agustín colgó los botines. El referente del rugby argentino se retiró a los 40 años y en su casa. La que le abrió las puertas a los 12, cuando el chiquilín de entonces soñaba con llegar a la primera y consagrarse en el seleccionado. Debutó en la división superior, como octavo, el 17 de abril de 2004 ante Hindú, y se desplazó al centro de la primera línea, su sitio en el campo, el 19 de abril de 2009, en una visita a Atlético del Rosario. En 2005 resultó subcampeón del Nacional de Clubes con la camiseta a cuadros colorados y azules. Ocurrió en la ciudad de San Carlos de Bariloche, donde San Luis cayó en la definición contra Hindú por 17-13, la única final que Creevy afrontó en su club. A estos datos, aportados por el periodista Santiago Roccetti, hay que agregar el exitoso paso por los Pumas, selección en la que cumplió durante años el rol de capitán. “Soy lo que soy en el rugby gracias al club. Acá tengo metida a mi familia, tengo a mis amigos. El rugby me regaló la posibilidad de ser parte de los Pumas. Fue la bandera que siempre seguí. Todo lo que hice fue por jugar en los Pumas, mi vida transitó a través de los Pumas”, enfatizó el jugador número 643 del combinado albiceleste. Julián Rebussone, el capitán de Belgrano, participa en la entrega de una plaqueta a Creevy, que a los 40 años puso el punto final a una carrera esplendorosa en el rugby.Ignacio Amiconi. El 4 de septiembre de 2010, frente a La Plata, en Gonnet y por el Top 14, era el último día de Agustín con la camiseta marista. Luego partió a Europa; lo esperaba Clermont, en Francia, para que iniciara su largo camino por el rugby profesional. En su última campaña en la URBA Agustín protagonizó 13 partidos y marcó una docena de tries. Este sábado, ante Belgrano, estuvo cerca de anotar uno, pero a su arremetida le faltó un par de metros más de inercia y tracción. Como al equipo en general, para complicar mayormente al duro adversario. Uno de los últimos rucks entre los innumerables que protagonizó en su vida; Agustín Creevy hace fuerza para que su equipo se quede con la pelota.Ignacio Amiconi. “Desde que regresé para jugar este partido, viví tres semanas increíbles, inolvidables”, completó el hooker, rodeado por familiares, amigos y rivales ocasionales, que compartieron con él sus últimos minutos de pantalón corto y botines. Creevy se sacó mil fotos, firmó decenas de autógrafos. Y agradeció nuevamente. Con la mirada aún mojada emprendió, de a poco, el camino al vestuario. Con sus pasos cortos. La cabeza casi hundida entre los hombros, esos hombros que tantos scrums sostuvieron y con los que empujó. Con los ojos chiquitos y estirados, mirando al frente y sonriendo. Compacto del último partido de Agustín Creevy.
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