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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 17/08/2025 04:40
María Laura Santillán Con Eva de Dominici Otro país, otra cultura y otras costumbres. Una vida nueva en otro escenario. Eva vive en Los Ángeles desde hace siete años, se adaptó pero extraña mucho Buenos Aires y viene varias veces por año. Empezó a trabajar como actriz siendo muy chiquita, con apenas nueve y a los diez años ya participaba en la tira más popular del momento: “Chiquititas”. Después vino “Patito Feo” e infinidad de trabajos hasta hoy. Por estas horas vino al estreno de la película “Homo Argentum” porque trabajó en uno de sus episodios. – Yo vuelvo siempre y es mi ciudad favorita en el mundo. Cuanto más viajo, más amo Buenos Aires. Será que pasan los años y tiene otro sentido, quizás Buenos Aires. Para mí es mi lugar. Los Ángeles es mi segundo hogar, no me puedo quejar porque me encanta vivir en Los Ángeles. – ¿Vivís arriba de un auto? – Sí. Si vivís en Los Ángeles vivís arriba de un auto, pero te acostumbrás a ese estilo de vida, todo está muy lejos de todo. – Cuando estás acá, además de ver a tu familia, ¿qué es lo que no dejás de hacer? – Estar con mi familia, mis amigos y me encanta caminar por las callecitas de la Capital. También voy para Lanús, el otro día fui a ver un partido de fútbol. Y el año pasado fui a visitar mis casas de la infancia. Yo vivía mitad en una casa que teníamos en Lanús, en la casa de mis abuelos, en Villa Fiorito y también en la casa de mis otros abuelos en Lanús. Son las casas desde que nací hasta que cumplí nueve. Ahí ya nos fuimos a Almagro y de ahí en adelante nos movimos por todos lados, terminé viviendo en Martínez. Fue el último lugar donde viví antes de mudarme a Los Ángeles. – Fiorito, Lanús, Martínez, Los Ángeles. – Martínez, Almagro, Núñez. Hubo un momento en el que me moví por todos lados. Cambiaba de colegio como de medias. – Tironea tu hijo que se quedó en Los Ángeles. – Sí, tironea Cairo. Se le cayó el primer diente y estoy… Está por cumplir seis años, no lo puedo creer. Para mí lo acabo de tener y hoy ya es un nene que tiene sus amigos, que elige bien sus gustos. Mi chiquitito, es hermoso. "Cuanto más viajo, más amo Buenos Aires. Será que pasan los años y tiene otro sentido", dijo Eva de Dominici – ¿Cuántos días hace que no lo ves? – Una semana… No, menos, pero para mí es un montón, un montonazo. – O sea, lo extrañás enormemente. – Un día sin Cairo es una tortura. Soy muy pegada a Cairo. – El público te conoce desde que tenías diez años y trabajaste en “Chiquititas”. – A los diez, es verdad. Cuando empecé hacía publicidades. Hice una obra de teatro que se llamaba “Frutillita” cuando tenía nueve, hice un cortometraje, empecé a estudiar teatro a los ocho. A mi me pareció una eternidad porque hacía muchos castings de publicidad y no era muy buena. Pero un día llegó el casting de “Chiquititas” y me eligieron. No lo podía creer porque ese sí que era un sueño muy particular. – Después vino “Patito Feo” y a partir de ahí 2 millones de cosas. – Después fue cambiando. Tenía miedo de no poder salir de eso, porque para los niños que arrancamos con programas infantiles es difícil salir de ahí. – Desde chiquita estás muy expuesta. – Sí, tiene mucho que ver la familia, que es lo que te dicen. Te agarran la plata, la usan. En mi caso no fue así. “TE AGARRAN LA PLATA, LA USAN. EN MI CASO NO FUE ASÍ, NO ME TOCARON UN PESO MIS PAPÁS” – ¿Qué pasaba con lo que ganabas? – Me compraron un departamento cuando yo tenía 15 años. No me tocaron un peso mis papás. Son muy buenos mis papás, tuve mucha suerte. Ellos no tienen nada que ver con el medio, mi mamá es odontóloga, mi papá tiene una fábrica de cartón corrugado. Un día hice una huelga en mi casa. Tenía cinco años y me fui a vivir al garaje de nuestra casa, armé una carpa y les dije: hasta que ustedes no me lleven a un casting no vuelvo a vivir con ustedes. – Los obligaste a que te llevaran. – Sí, pero no me llevaron. Hasta que un día mi prima me llevó a un casting a los seis años, mi mamá no me dejó hacerlo. A los ocho una amiga de mi mamá me anotó en el Teatro San Martín, pero mis papás no querían. Después, cuando vieron que me gustaba mucho, me acompañaron un montón, cambiaron radicalmente. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON EVA DE DOMINICI - CÓMO FUE TRABAJAR EN PROGRAMAS INFANTILES SIENDO NIÑA: “MIS PAPÁS NO ME TOCARON UN PESO” – Tus viejos ahorraron la plata y te entregaron un departamento, probablemente a muchas nenas y nenes no les pasó eso. “YO RECUERDO VER A NIÑOS QUE QUERÍAN IRSE Y SUS PAPÁS LOS ESTABAN FORZANDO A SEGUIR” – Sí, yo recuerdo ver a niños que querían irse a tomar la leche con sus amigos y a los papás que los estaban forzando. Esa no fue mi situación, pero existía. – ¿Forzando a hacer un casting? – Forzando a seguir, forzando a quedarse ahí. A un nene le gusta o no le gusta, está esa motivación o no está. Hay muchos casos de esos, yo los vi, niños a los que no les interesaba para nada y es quizá un sueño de los padres. No voy a criticar, es muy difícil ser padre, no me quiero meter ahí. Sí siento que es injusto meter a un nene en algo tan difícil, porque una vez que entrás… Hacés “Chiquititas” y te cambia la vida de repente, te creés algo que es mentira porque solamente dura mientras está la serie al aire. Después pasan unos meses y nadie se acuerda de vos, eso es así. Uno como adulto lo entiende, pero para un niño es muy difícil. A mí me cuesta entender a los padres que hacen eso, es tan delicada la niñez y la exposición. – Eras siempre muy decidida, pero además no dejaste nunca de estudiar. Eras medio nerd en el colegio. – Sí, era la abanderada. Yo nunca fui la cool del colegio, jamás. Me cargaban y todos me sacaban datos de las materias, porque me gustaba estudiar y fui abanderada varios años. Siempre era abanderada o escolta. –¿Y mientras trabajabas? – Sí, yo era abanderada el año que hice “Chiquititas”, pero no fue una casualidad porque mi mamá me decía que si no me iba bien en el colegio yo no podía. " Yo nunca fui la cool del colegio, jamás", aseguró Eva de Dominici – Pero te daba el cuero para hacerlo. – Sí, creo que me gustaba estudiar, memorizar, me era natural. A mí me hubiera gustado ser la cool. Me acuerdo que una vez tenía 13 años y fui al colegio con una mochila de Shrek y que me cargaron todos en la fila del cole. Creo que por eso en “Patito Feo” era de las populares y no de las divinas. “TENÍA COMPAÑERAS QUE ME HACÍAN SENTIR MUY MAL, HUBO MOMENTOS EN QUE ME SENTÍ EXTREMADAMENTE INCÓMODA” – Ir al colegio y trabajar simultáneamente, ¿cómo era en relación con los compañeros? – Era un poco incómodo porque yo iba a un colegio público y había mucha diversidad, familias que no tenían nada que ver la una con la otra. Tenía compañeras divinas y compañeras a las que no les gustaba nada que yo estuviera en la televisión. No era tan grave, pero a mí me hacían sentir muy mal. – ¿Te veían como una agrandada o como una distinta? – Me hacían mis carpetitas con fotos, me decían: llegó Susana Giménez. Yo no tenía esa personalidad, siempre fui la defensora de los débiles en el colegio. Sí, hubo momentos en que me sentí extremadamente incómoda. Sabiendo que te conocen, que ven la serie, llegás al colegio sintiéndote un poco mirada. No es lo mismo ser adulto o ser niño y estar en el medio. – ¿Y en los elencos cómo te iba con los compañeros? – Bien, yo era la más chiquita entonces lo miraba siempre un poquito desde afuera, no estaba completamente integrada. Los chicos tenían cuatro años más que yo, tanto en “Chiquititas” como en “Patito Feo”. Yo era alta, siempre parecí un poquito más grande entonces estaba mezclada entre ellos, pero la diferencia entre un nene de 11 y uno de 15 es abismal. Los chicos se iban a bailar y para mí era guau, pero mis papás nunca me hubieran dejado ir a bailar los 11 años. – ¿Cuál era el grupo de pertenencia en esa época? – No tenía tantos amigos, pero yo no me arrepiento porque fue algo que deseé tanto y estaba contenta… Se me abrió una puerta que agradecí, nunca lo sentí como una presión, al contrario. La presión era de mi mamá que me decía, si no te va bien en el colegio, vos no seguís haciendo esto. Cuanto más me lo decía, más quería. "Yo soy muy sensible y lloro bastante, un poco por cualquier cosa", confesó Eva de Dominici – Cuando volvés a los lugares, ¿los idealizás o te acordás cómo la pasaste? – No, lo recuerdo con más cariño. La otra vez fuimos a recorrer con Cairo el colegio número nueve de Martínez donde fui y me generó emoción. Yo soy muy sensible y lloro bastante, un poco por cualquier cosa. – Mejor no te pregunto mucho por Cairo porque vas a llorar. – Esperemos que no. Sería un desafío si no lloro. “YO ME FUI A LOS ÁNGELES SIN SACAR MIS COSAS DE MI CASA DE MARTÍNEZ. LA CASA SE VENDIÓ Y SE LAS LLEVARON” – ¿Cómo hacés para estar hoy incluida en una comunidad tan distinta? ¿Que habla español pero que básicamente habla inglés? Para trabajar tenés que saber hablar en inglés casi como un nativo. – Sí, yo no sabía hablar casi inglés. Cuando fui a Los Ángeles, fui de vacaciones, nunca me imaginé vivir ahí. Después se fue dando todo de manera natural y un día estaba viviendo en Los Ángeles, no sé cómo. Yo me fui de mi casa de Martínez sin sacar mis cosas. Se vendió esa casa y se las llevaron estando yo en Los Ángeles. Fue un choque muy duro, pero también una decisión. Ese choque cultural existe y no me puedo victimizar porque lo elegí, me hago cargo, pero a veces se extrañan cosas de Argentina. Allá la improvisación no existe tanto, tenés que tener todo más planeado. Esta costumbre que tenemos algunos argentinos de decir “che, estoy a dos minutos de tu casa, me paso a tomar unos mates”, es raro que suceda allá. Es solo un ejemplo de tantas cosas distintas a las que me terminé acostumbrando. Ahora yo ceno a las seis de la tarde. Hay feriados que no reconocía, me llevó unos años acostumbrarme. Y no todos hablan español en Los Ángeles. – ¿Cómo hiciste para estudiar bien inglés? – Estudié mucho. Yo estaba un poco frustrada con la actuación en inglés, en una película que hice no pude darlo todo porque era una traba el idioma. Pensaba, nunca más voy a trabajar acá. Leí un libro de Michael Caine que decía que uno aprende bailando sobre el fuego. Tenés que pasar por eso, ya sea el inglés o cualquier cosa, uno también aprende trabajando y dándose golpes contra la pared. En esta charla que estoy teniendo con vos nos entendemos porque hay gestos, porque hay palabras que no te enseña un profesor. Todo eso en un set de grabación también está, entre ellos se entienden. Yo no entendía ninguno de los términos. Llegué a una escena sin saber que habían cambiado el guión porque no había entendido y me quedé en shock, entonces me puse a estudiar más. Le dedico muchas horas, también a las clases de actuación. Creo que lleva mucho tiempo aprender a hacer algo bien. "Ya sea el inglés o cualquier cosa, uno también aprende trabajando y dándose golpes contra la pared", reflexionó Eva de Dominici, en entrevista con María Laura Santillán – La gente que más frecuentás ¿en que idioma habla? – En español muchos, en italiano, tengo muchos amigos italianos. – ¿Tu mamá vive ahí? ¿Cómo hiciste para llevarla con vos? – Mi mamá vive ahí. Mi hermana vive ahí, se mudó antes que yo, ella quería vivir en Los Ángeles. Cuando Cairo tenía un año, mi mamá me fue a visitar y se terminó quedando. Se adaptó bárbaro, nos mudamos tanto que tenemos esa facilidad de adaptarnos. No todo el mundo se puede adaptar, conozco a mucha gente que llegó en el mismo momento que yo y que se fue. – Hay una historia de hacer la valija. – Sí, y de generaciones. Mi abuela se vino de Córdoba a Buenos Aires y llegó a Villa Fiorito, de Villa Fiorito pasó por un montón de barrios. Las dos son de Córdoba y las dos se llaman Paulina. La mamá de mi papá trabajaba como peluquera. Y mi otra abuela tenía una verdulería en Villa Fiorito, después mi abuela se dedicó a criar a sus hijos. Ella sigue viva, es la única abuela que tengo. “SIEMPRE QUE VOY A GRABAR UNA PELÍCULA VIENE MI ABUELA” – ¿La llevaste a Los Ángeles? – Mi abuela viajó a Italia conmigo, viajó a Miami. Siempre que voy a grabar una película, viene ella. Vino a la avant premiere de Homo Argentum. Ahora con mi hermana la llevamos a Iguazú a festejar su cumpleaños. – Se necesitan dos para que vaya, ustedes y ella. – Es de una fuerza mi abuela, es una locura. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON EVA DE DOMINICI - “MI ABUELA TIENE 86 AÑOS Y CUANDO VOY A GRABAR UNA PELÍCULA SIEMPRE VIAJA CONMIGO” – ¿Cuántos años tiene ahora? – 86. Y se sube a todos los aviones. A ver si la convencemos de que venga a Los Ángeles prontito, porque este año está un poquito más cansada. Vino a Los Ángeles, a Miami, a España, a Madrid, a todos lados. “YO ME LLEVO A MI FAMILIA SIEMPRE QUE PUEDO A TODOS LADOS” – O sea que tenés un poco de Buenos Aires ahí. – Sí. Yo me llevo a toda mi familia siempre que puedo a todos lados. En la avant premiere éramos miles. Mi papá, por ejemplo, no se subía a aviones y se subió por Cairo. Ahora lo toma como algo cotidiano. – Es más difícil extrañar teniendo tantos afectos cercanos. – Tengo a mi mamá y a mi hermana allá, si no las tuviera a ellas sería mucho más difícil. Pero igual extraño, tengo una familia muy grande. Extraño mucho. No es que yo era distante con mi familia, tengo una relación muy cercana con ellos. Y tengo una familia de diez. Estoy tan agradecida con la familia que me tocó. "Mi papá, por ejemplo, no se subía a aviones y se subió por Cairo. Ahora lo toma como algo cotidiano", contó Eva de Dominici – No te puede pasar nada porque están ellos cerca. Te van a acompañar, te van a contener. – Eso es increíble, sí. Ayer a una nota fui con mi madrina y con mi tía y con mi primita. – ¿Cuántos son? Una hermana, una mamá, un papá, una abuela, otra abuela. – Somos miles. Una madrina, un padrino, sus familias. Todos mis primos, que son miles, mis tías. Yo no llego a hacer la cuenta, somos muchos. Yo siempre que tengo una oportunidad vengo. – ¿Cuándo fue la última vez? – En febrero. Vengo un montón y el año pasado vine de vacaciones. Había terminado de filmar una película en Miami, mi abuela se quedó ahí un mes y pico. Nos vinimos acá 20 días y me fui a Australia a filmar. “ME SUBÍA A SEIS AVIONES POR SEMANA, IBA Y VENÍA. PARA NO SENTIR ESA DISTANCIA” – ¿Cómo hacés con Cairo en esos casos? – Lo puse en un colegio acá, Cairo también fue a varios colegios. Viene conmigo la mayoría de las veces. Me tocó grabar una serie en New México por tres años y a veces no lo llevaba, pero me subía a seis aviones por semana, iba y venía. Por ejemplo, viajaba un domingo, dormía, al día siguiente lunes estaba grabando. Y si el martes no grababa, el mismo lunes me volvía en avión a Los Ángeles por 20 horas para estar con Cairo. Y volvía a tomarme un avión para volver a grabar un miércoles. – ¿Por qué semejante esfuerzo? ¿Era bebé? – Lo haría hoy en día también. Para mí tomar un avión es como ir en auto, le quité el peso, porque si no te morís. Lo hacía para no sentir esa distancia. Sí, era bebé, tenía dos años, tres y cuatro. Fueron tres temporadas, también ha venido a New México. Grababa en Albuquerque, donde se grabó Breaking Bad. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON EVA DE DOMINICI: “ME SUBÍA A SEIS AVIONES POR SEMANA PARA ESTAR CON MI HIJO UNAS HORAS” – Ahora que tenés claro que sos vos la que extraña, ¿podés soltar un poquito? – Puede ser. El otro día pensaba que Cairo es muy melodramático, me llamó después de dos días sin verme y me dijo: mamá, quiero que sepas que te amo y que nunca te voy a olvidar. No tiene ni seis años, no sé dónde lo sacó. – Es varón y está enamorado de su mamá. Faltan pocos días para verse. ¿Cómo hace la gente que tiene cinco hijos? – No lo entiendo. Me provocan una admiración… Creo que hay un don ahí, yo no lo tengo. Con Cairo estoy muy bien. – Cuando te convocaron para “Homo Argentum” convenciste al escritor, Gastón Duprat, que te cambiara de personaje. ¿Cómo fue que leíste otros guiones? – Mi representante Claudia Seferer me mandó las escenas. No sé si habrá sido por error, todavía no me queda claro por qué me llegó. Cuando leí esta otra viñeta que se llama Piso 54 dije, quiero hacer este personaje, ¿cómo los convenzo? Porque Guillermo había tirado mi nombre para otro personaje. Gastón me entendió y por suerte me lo dieron. "Cuando leí esta otra viñeta que se llama Piso 54 dije, quiero hacer este personaje", recordó Eva de Dominici – ¿Cómo hiciste para persuadirlo? – Le mandé un audio de WhatsApp explicándole por qué, dándole los motivos. A mí me gustaba el mano a mano con Guillermo en el ascensor, me parecía una secuencia que tenía mucha urgencia, mucha violencia. Y me dijeron, si te damos el papel te raparías un costado del pelo? Y dije sí. A veces pasa eso, no es tan anormal que los directores que están buscando gente para interpretar sus personajes vayan probando. El personaje de Guillermo Francella se llama Felipe Keller y es el dueño de un laboratorio probablemente corrupto, que vende una vida familiar de pantalla en las tapas de las revistas y que tiene mucho miedo a que el karma le toque la puerta. Es muy paranoico. Y se encuentra con esta chica que viene a hacer justicia. Creo que si digo algo más lo voy a spoilear. – ¿Te gustó cuando viste la película? ¿Te gustó? – Me encantó, es tan Mariano, tan Gastón y tan Andrés, que es el otro escritor. Creo que lo que muestran es una observación de personajes que les son familiares. – ¿Una actriz se anima a decir “quiero seguir trabajando con ustedes”? ¿Lo hacés, lo hiciste? – Sí, se los dije. A mí me encantaría trabajar con ellos, y con Guillermo también. Ellos me dijeron lo mismo. ¿Por qué no habría que expresar los deseos? Cuando me llamó Gastón, yo ya había visto sus trabajos, fue una sorpresa linda. Y otra sorpresa también fue que Guillermo les había propuesto mi nombre, nunca había trabajado con Guillermo. – Conociste la exposición desde muy chica, ¿cómo la vivís hoy con las redes? Cuando leés cosas que no son ciertas, fake news, cómo te llevás con eso? – Trato de llevarme. – Inventaron que tenias un romance con Lenny Kravitz, ¿te angustia? ¿Te afecta? – Sí, me angustia. Prefiero no meterme ni decir nada y ya está. Mucha gente se queja de que estén todo el tiempo los medios encima, pero uno también tiene la posibilidad de alimentar o echarse para atrás. Yo por lo general me echó para atrás, no alimento. Quizá, cuando era más chica, no sabía cómo manejarme con la prensa y he hecho cosas que hoy haría diferente. Uno va aprendiendo. Ahora, con 30 años, uno tiene cierto conocimiento y cierta experiencia de que si seguís alimentando la bola… – ¿Qué sería seguir alimentando la bola, por ejemplo? – Si hay una noticia, si hay un rumor y vos subís una fotito… Instagram es una herramienta muy fuerte para comunicar. Yo la uso casi exclusivamente para trabajo, a veces subo alguna que otra cosa personal, pero casi nada. Hay gente que sube todo el tiempo cosas personales, si inventan y uno está dándole de comer eso no va a parar nunca. No es una crítica, es una elección. Si vivo exponiendo mi vida privada, no van a parar de hablar de eso. En un momento de mi vida tomé una decisión y dije: estoy trabajando mucho en cosas que quiero, me merezco tener la atención en mi trabajo. Es algo que a las chicas que empezaron como yo nos cuesta, porque la atención muchas veces está puesta en otro lado. "Instagram es una herramienta muy fuerte para comunicar. Yo la uso casi exclusivamente para trabajo", expresó la actriz – ¿Qué hacemos con Cairo? ¿Lo mostramos o no? – Lo mostré muy poquito y después me tiré para atrás, casi no lo muestro. Habré subido alguna que otra foto, pero cuando pasan estas cosas me doy cuenta que exponer a Cairo me parece injusto porque lo quiero cuidar lo máximo posible. No te digo que en algún momento no lo vaya a hacer, no sé, pero hasta ahora lo cuido mucho. – La gente que no vio “Homo Argentum”, ¿por qué la tiene que ver? – Porque se van a divertir. Porque van a reconocer a varias de las personalidades argentinas que aparecen en la película. Porque Guillermo se mandó un trabajo importante haciendo 16 personajes, todos muy distintos entre sí. Y porque es una propuesta diferente, que no tiene una moraleja, sino que es más una observación. Y los directores aclararon que no quieren que sea una radiografía del argentino. No pretenden hacer eso, sino exponer ciertas secuencias que van a dar que hablar y van a generar debate.
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