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  • Masacre en el barrio San Lorenzo: una de las sobrevivientes sigue con respirador y en terapia intensiva

    » Elterritorio

    Fecha: 17/08/2025 01:39

    Familiares de Paola Vieira (45) siguen con atención sus mejorías, después de que el martes pasado fuera trasladada a una sala de terapia intensiva en el Madariaga tras sufrir una descompensación, cuando se enteró que sus hijos de 13 y 21 años fueron asesinados por su esposo. sábado 16 de agosto de 2025 | 19:45hs. Los dos sobrevivientes permanecen en el hospital Madariaga. //Foto: Joaquín Galiano. Hace casi una semana, familiares de Evelyn (13) y Mariano Ferreyra (21) recibían la peor de las noticias, al descubrir una sanguinaria escena en la vivienda en la que residían con sus padres sobre calle Cedros, en el barrio San Lorenzo de Posadas. No se percibían movimientos, luces ni conversaciones lejanas en la casa. "Algo estaba mal", reconoció Julia, tía de los hermanos que fueron masacrados el pasado domingo 10 de agosto en manos de su padre, José Ferreyra (47), quien también atacó a machetazos a su esposa y al hermano de ésta, para después quitarse la vida en la sala de la casa. A medida que transcurren los días, se conocen más detalles del crimen que sacudió a todo un barrio y a una ciudad. Lucha por su vida Paola Vieira (45), madre de las víctimas y sobreviviente de la masacre. La mujer cursa un embarazo de casi 3 meses sin riesgos, aunque la trágica noticia que recibió el martes 13 de agosto -una vez despierta en el Hospital Madariaga- complicó emocional y físicamente su cuadro. Desde ese día, permanece internada en terapia intensiva y, según confió Julia Ferreyra a El Territorio "sigue muy delicada". Últimos partes médicos confirmaron que la mujer continuaba con asistencia respiratoria mecánica. Mientras que su hermano Hugo (50), hombre con discapacidad motriz que vivía con la familia hace pocos meses y también habría sufrido lesiones de machete de parte de Ferreyra, permanece internado en sala común y bajo pronóstico reservado. Siguiendo los exámenes de peritos forenses, la matanza en el barrio San Lorenzo habría ocurrido entre 12 y 15 horas antes de que los cuerpos de los hermanos Ferreyra fueran encontrados en la casa el lunes 12 por la mañana. Hasta entrado el día, vecinos reconocieron que no había gritos ni indicios de algo de tal magnitud. Pero Julia -muy cercana al hogar y con una relación especial con su cuñada- sospechaba que algo extraño sucedía ante la ausencia de mensajes y señales de vida de Paola y de sus hijos. "Yo sentí que algo estaba mal, no podía ser que pasara tanto sin que ella se comunicara conmigo", advirtió la familiar. El Comando 911 de la Policía recibió un llamado desesperado a primeras horas del último lunes: "Que tiren abajo la puerta de ser necesario, yo les dije que yo me hacía cargo pero que por favor vengan y entren a la casa", relató Julia a este diario. De inmediato, "una patrulla se presentó rápido y les dije que estaba sospechando que algo no estaba bien. Quería saber si mi cuñada estaba ahí, si tomó una pastilla y se durmió, porque para mí no era normal. Todos los días me mandaba mensajes y ya hacía dos días que no me escribía", contó afligida. Una vez que ingresaron a la casa los agentes, constataron el cuerpo de un masculino tendido de un cable en la sala. "Ese era mi hermano, pensé. Les pregunté si estaban mis sobrinos y mi cuñada ahí adentro, y me dijeron que no había nadie más", reconstruyó Julia sobre la confirmación de la tragedia, lo que -por un instante- aportó algo de alivio a la mujer. "Pensé que ella logró llevarse a los chicos y que él se mató. (...) Después cuando les avisé a mis otros hermanos y ya estábamos todos esperando, nos enteramos que había matado a los dos chicos también". La conmoción es fuerte, y el recelo se percibe en la familia Vieira. Cuando los hermanos fueron velados y sepultados en La Piedad el pasado miércoles, se los despidió en una tumba doble, con flores y retratos de gran valor. Mientras que a Ferreyra lo despidieron a unos pocos pabellones de distancia, pero mostrando evidente espacio de sus hijos. A lo bajo y entre rezos que se mezclaban con llanto, la hermana del supuesto agresor compartió sus sensaciones con la familia y pidió por las almas de Evelyn y 'Marianito'. "Sé que estuvo mal lo que él hizo", atinó a decir en medio de los parientes y amigos de las víctimas quienes, en un día a pleno sol, despidieron y lloraron a los hermanos.

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