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» Diario Cordoba
Fecha: 16/08/2025 21:28
Más de 130 científicos han firmado una carta en la que piden no aplicar moratorias ni excepciones al borrador de la norma que prepara la UE para restringir el uso de plomo en la munición de caza y en la pesca. De este modo, los expertos se oponen al intento del Gobierno español de demorar considerablemente la entrada en vigor de estos límites, necesarios también para la propia salud humana. El plomo es un material cancerígeno y neurotóxico que no solo contamina el medio ambiente, sino que está presente directamente en la carne de caza, por lo que pasa directamente al organismo humano. Según la carta firmada por los científicos, la ingestión de perdigones de plomo ha sido detectada hasta en el 29,2% de las perdices abatidas en los cotos de caza. La UE quiere restringir, pero España pone pegas Ahora, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) ha elaborado un informe que ha dado paso a una propuesta de restricción en toda la UE para el uso del plomo en la munición de todas las modalidades de caza y tiro deportivo al aire libre, así como en los pesos usados en la pesca deportiva. La munición de caza se hace en base al plomo / Agencias Sin embargo, varios países, incluyendo España a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, han presentado alegaciones para retrasar esta medida. El Ministerio argumenta que los plazos establecidos en el borrador para la eliminación del plomo en la munición de caza son demasiado cortos, por lo que solicita una ampliación de nada menos que entre 5 y 10 años. También alega el Gobierno que, a causa de las altas densidades de jabalí en España, se pueda seguir cazando esta especie con munición de plomo, por razones de mejor disponibilidad, precio y seguridad. Hay alternativas que ya se usan Los científicos que firman la carta oponiéndose a este retraso señalan que, si bien un periodo de adaptación es razonable, no está justificado un plazo de más de cinco años, pues “ya existen en el mercado alternativas seguras y efectivas que están siendo usadas por cazadores de todo el mundo, incluyendo España”. Fragmentos de municion de plomo en carne de caza / Rafa Mateo En cuanto a la alegación sobre la caza de jabalí, los firmantes la consideran totalmente carente de base, pues sería incongruente imponer una munición sin plomo para la caza deportiva, pero no para el control del jabalí. El uso de munición de plomo implica, solo en la caza terrestre, la dispersión anual de 14.000 toneladas de este peligroso metal. Los niños, especialmente vulnerables “Los niños son especialmente sensibles porque absorben mayor proporción del plomo ingerido que los adultos, y su sistema nervioso en desarrollo es particularmente vulnerable a sus efectos. No existe un nivel seguro de plomo en la sangre para los niños, y las consecuencias en el desarrollo cognitivo pueden ser irreversibles. Por otro lado, las mujeres embarazadas y las que intentan concebir también son grupos de alto riesgo, ya que el plomo atraviesa la barrera placentaria y además puede movilizarse del hueso de la madre al feto en desarrollo”, señala el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC). Plomadas para la pesca / Agencias “Investigaciones recientes han demostrado que las balas y perdigones de plomo dejan numerosos fragmentos pequeños dispersos por toda la carne de caza. Y aunque se intente retirar la carne dañada, muchos fragmentos minúsculos (de apenas decenas de micrómetros) permanecen, y son fácilmente solubles en el tracto gastrointestinal. De hecho, más de la mitad de las muestras de carne de caza en estudios europeos superaban los límites máximos permitidos para este metal tóxico en otras carnes, llegando a ser 25 veces superiores en promedio”, añade esta entidad, una de las firmantes del escrito que pide evitar demoras y matices en la nueva norma. La carta ha sido elaborada por Rafael Mateo, del IREC, Mónica Martínez-Haro, del Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna silvestre del IREC, y José Antonio Donázar, de la Estación Biológica de Doñana. Todos ellos son destacados expertos del CSIC por su amplia trayectoria en el estudio de los impactos derivados del plomo sobre el medio ambiente, la fauna y la salud.
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