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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/08/2025 02:43
“Recuerdo muchísimo, cuando era chico, escuchar mucho los DVDs con videoclips de los ’80 y ’90 que compraba mi papá. Y crecí escuchando ese tipo de música, tanto rock nacional como internacional. Veía esos videoclips y quería dedicarme a eso”, dirá Alan Lezcano al evocar los orígenes de su vocación. Aquellas imágenes y sonidos, que marcaron su infancia en San Antonio de Padua, no solo definieron su gusto musical, sino que delinearon el camino que seguiría durante toda su vida. A partir de esa influencia temprana, Alan Lezcano —nacido el 25 de marzo de 1996— forjó una relación inseparable con la música. Desde pequeño, se repetía una consigna que funcionó como brújula: “Si no puedo vivir de la música, quiero vivir con la música”. Esta frase, que lo acompañó desde la niñez, anticipaba la determinación con la que enfrentaría los desafíos de una carrera artística. El salto hacia la profesionalización llegó en la adolescencia. A los 14 años, Lezcano comenzó a escribir sus propias canciones, un ejercicio que le permitió canalizar emociones y experiencias personales a través de las letras. Aunque reconoce que sus vivencias de entonces distan de las que puede narrar hoy, a los 29 años, la necesidad de expresarse mediante la música se mantuvo constante. Sobre su proceso creativo, el artista aclaró: “No digo que soy un poeta y que escribo canciones súper rebuscadas, pero mi idea siempre es poder expresar qué era lo que sentía en ese momento puntual”. El deseo de transformar la vida de las personas a través de la música fue el motor que impulsó a Lezcano a buscar nuevas oportunidades. Sin preverlo, la decisión de audicionar para La Voz Argentina (Telefe) se convirtió en un punto de inflexión. La exposición en el certamen no solo le permitió acercarse a su objetivo de impactar en otros, sino que también catapultó exponencialmente su incipiente carrera artística. Acá, los momentos más destacados de la entrevista: "En La Voz, se apagan las luces y tenés que cantar. ¡Es ahora o nunca! Y me encontré con esa sensación de surrealismo viendo a la Sole discutir con Lali, peleando para ver con qué equipo me iba (Foto: Adrián Escandar) Milagros: —Bienvenido, Alan. Alan: —Hola, muchas gracias por invitarme. Milagros: —¿Cómo te sentís con toda esta performance que tuviste en La Voz? Porque sos uno de los favoritos. Alan: —Agradecido. La Voz es un programa que te expone de manera muy grande a todo el país. Fui con la intención de mostrar un poco lo que yo hacía y si encima tenía la posibilidad de que algún jurado se dé vuelta, iba a ser el plus de alegría. Pero contento y agradecido por haber tenido el espacio y la posibilidad para estar en el Team Lali y celebrando con ella todas estas performance. Milagros: —Y encima llegaste con un tema de Miranda, estando ellos ahí como jueces. Alan: —Sí, un poquito desafiante todo. Entré como en un trance y dije “Bueno, voy a cantar esta canción que encima la amo”. Siento que es una canción de nuestro pop argentino que tiene una relevancia cultural muy grande y realmente quería poder hacerle honor y hacerla con mucho respeto y amor, sobre todo sabiendo que ellos iban a estar ahí. Así que sí, fue desafiante y lindo. Milagros: —¡Y se dieron vuelta tres de cuatro jueces! ¿Cómo fue ese momento para vos? Alan: —Éxtasis. Porque viste que no te imaginás mucho qué es lo que va a suceder. Es como medio hostil estar en ese escenario. De golpe se apagan todas las luces, se prenden y es el momento: ¡tenés que cantar, es ahora o nunca! Y me encontré con esa sensación de surrealismo viendo a la Sole discutir con Lali, peleando para ver con qué equipo me iba. Milagros: —Y elegiste a Lali... Alan: —Elegí a Lali y fui por el camino del pop, es lo que quería en este programa. Milagros: —¿Y cómo es Lali como coach? Alan: —¡Tiene un ángel! Además, siento que todos crecimos con Lali un poco y como que la vemos como una amiga. Y es esa sensación la que da ella personalmente. Te contiene porque es una mina que siento que que pasó muchísimo, muchísimas cosas para estar donde está ahora. Lo lindo de tener una coach así es que justamente transmite todo ese conocimiento y esa profesionalidad con un grado de carisma y de cercanía. Milagros: —¿Te sentís un poco reflejado con Lali? Alan: —Sí, sí, porque siento que ella la viene luchando desde siempre y esa es un poco mi historia. Desde muy chico vengo queriendo tener un poco de exposición y que la gente conozca y escuche lo que hago. Milagros: —Al principio hiciste covers, después tus propios temas. ¿Cómo fue que llegaste a decir “este es mi camino”? Alan: —Y el click fue ver de chico videos de Freddie Mercury o veía a Charly ahí con el piano y un poco las sensaciones de de compartir lo que uno siente... Arranqué a componer a los 14 o 15 años, y haciendo covers también, pero sobre todo con esa necesidad de expresar lo que sentía, como de encontrar ahí un refugio para emociones que las tenía como ocultas o guardadas. Milagros: —Eras muy chico, ¿qué sentimientos te surgían a los 14 años para las canciones? Alan: —De chico uno habla mucho desde desde la inocencia. A mí, en esa época, me cargaban muchísimo en el colegio por cantar o por querer presentarme. Era muy extrovertido y eso también generaba una distancia entre entre mis compañeros. Pero creo que ese camino se dio de forma natural y eso, de chico, lo expresaba en las canciones: no querer estar solo, algo que también relaciono un poco con lo que me pasa de grande. Milagros: —¿La música como un refugio para la soledad? Alan: —Yo creo que sí. Creo que cuando uno se siente solo, encontrar refugio en la música es importantísimo; siento que todos en algún momento encontramos una letra, alguna poesía que nos contiene. Y siento que el poder de la música y de las palabras, sobre todo, es lo que más nos lleva a esos lugares de paz. Milagros: —¿Cuál fue tu mayor momento difícil en el que la música fue un camino de escape? Alan: —Hace dos años mi papá sufrió dos ACV que lo dejaron en un estado muy vulnerable. Mi padre es albañil. Trabajó toda su vida enfocado en salir adelante y sacar a la familia adelante. Nosotros fuimos de zona oeste toda la vida. Entonces era verlo a mi viejo como ese modelo a seguir. Para mí fue como ponerme de golpe la mochila: “Che, tengo que acompañar a mi vieja y a mi viejo”. Yo casi había terminado la facultad, estaba arrancando a laburar y quería mudarme también a la ciudad. Hacer toda esa transición con lo de mi padre en el medio fue durísimo. Y en la música lo que encontré fue el refugio y el abrazo de poder expresarlo en palabras. "Me gustaba mucho más el teatro o la actuación, pero en la música encontré como la fusión de ambas; ahí podía expresarme tanto cantando como a nivel escénico, y sentía como que el camino era ese " (Foto: Adrián Escandar) Milagros: —Eras como el sostén de tu familia a la vez... Alan: —En parte sí. Porque de golpe verlo tan vulnerable a mi viejo era como que sentía la necesidad de acompañarla a mi vieja. Arranqué a laburar como diseñador gráfico y eso me permitió establecer un equilibrio respecto a lo que me gustaría hacer con la música y respecto a la vida, de salir adelante y pagar un alquiler y pagar todas las cosas que nos hace vivir. Milagros: —¿Y por qué elegiste el camino de la música? Alan: —Es algo que estuvo conmigo siempre. De hecho, cuando era más chico me gustaba mucho más el teatro o la actuación. Pero en la música encontré como la fusión de ambas; ahí podía expresarme tanto cantando como a nivel escénico, y sentía como que el camino era ese. Milagros: —Y llegaste al casting de La Voz... Alan: —Siempre tuve ese bichito que me decía “estaría bueno sumarse a un reality”. De hecho, lo pensé en su momento cuando estaba Operación Triunfo... Vi mucho las ediciones anteriores de La Voz y me daba miedo enfrentarme a algo así. Pero cumplí 29 en marzo y fue como que dije “bueno, me animo”. Son oportunidades que se presentan como momentos de tu vida y necesitaba experimentarlo. Y ahí te encontrás con un montón de gente -mucha del interior-, todos con el mismo sueño. Y te das cuenta de lo importante y de la fuerza que tiene el soñar y la fuerza que tiene la música y querer vivir de esto. Así que no se me dio en el presencial, pero después hice el casting de forma virtual y me llaman y me dicen que había quedado por TikTok. Milagros: —¿Y qué vieron en vos en el video de TikTok que no vieron capaz en persona? Alan: —No sé, la verdad, qué se yo... (se ríe). Quizás fue por la selección de las canciones también. Mi casting fue como muy distendido, lo mandé sin ninguna expectativa. Simplemente quería mostrar qué era lo que yo hacía. Milagros: —¿Tu familia te apoyaba en ese momento? Alan: —La mejor. Tuve la suerte de que mis viejos siempre me apoyaron en todo lo que quería hacer y no por el hecho de que soy hijo único. Milagros: —¿Cómo fue cundo les dijiste “Quedé”? Alan: —Mucha emoción. Y lo lindo de eso fue poder celebrarlo con él después de todo lo que le pasó. También lo lindo que tiene toda esta experiencia es que él lo está viviendo conmigo: ese es mi mayor éxito, poder estar viviéndolo con mi papá. Milagros: —Decías que la venís remando desde hace años. ¿Te presentaste en otros casting? Alan: —Sí, hice casting de publicidad, casting de teatro para musicales, pero son contados realmente en los que quedé. Y cada vez que me decían que no, a la vez me fortalecía. Siempre buscando la vuelta a que en algún momento ese día iba a llegar... Milagros: —Como una autoexigencia de decir “quiero la perfección”. Alan: —No sé si tanto la perfección, porque sé que nada es perfecto, pero sí buscar lo mejor posible. Intentar ser bueno en lo que que te querés dedicar. Milagros: —¿Y esa espera hasta que llega el llamado, cómo es? Alan: —No me lo esperaba realmente. O sea, dejé el TikTok y seguí haciendo lo que hacía: escribiendo música, cantando y produciendo muchas canciones. Milagros: —¿No sentís un poco de vulnerabilidad al estar contando cosas tuyas? Alan: —Sí, pero todo artista, por el simple hecho de subirse a un escenario y cantar, está exponiendo el alma. Milagros: —¿Escribís de experiencias propias? Alan: —Sí, a veces que sí. Y hay veces que por ahí agarro historias que escuché. Pero estas canciones últimas que saqué son todas experiencias propias. Milagros: —¿Tu objetivo principal en La Voz era mostrar lo que estás haciendo con tu disco? Alan: —No solo con mi disco, sino con todo lo que venía haciendo antes. Cuando ingresé al programa creía que me iba a hacer contraproducente tener ya muchos videos, o que había tocado en muchos lugares... En estos momentos es una vorágine tipo montaña rusa. Pero todo lo que sube tiene que bajar y sé que si en algún momento, después del reality, la gente se sigue acordando de mí, siento que por lo menos les habré brindado un momento de sonrisa. "Sé que si en algún momento, después del reality, la gente se sigue acordando de mí, siento que por lo menos les habré brindado un momento de sonrisa" (Foto: Adrián Escandar) Milagros: —¿Es difícil ser músico independiente? Alan: —Sí, sí, es difícil. Todo laburo tiene sus cosas, pero el músico independiente tiene esa cuota extra que es la incertidumbre... Pero todo tiene un caminito. Siento que hay que usarlo. Todo lo que es redes y la modernidad y la tecnología hay que usarla como herramienta para lo que uno quiere hacer. Milagros: —¿Sentís que cambió tu vida? Alan: —Totalmente. Y se agradece. Se agradece porque porque un poco lo estaba necesitando en esta etapa de mi vida. Milagros: —¿Y cómo te ves en el futuro? Alan: —Haciendo música, espero, y siguiendo este camino, tanto sea del pop, del rock o de la música en sí. No me cierro a ningún género y si le puedo dar a la gente un momento de alegría con la música, yo ya estoy hecho. Milagros: —Para cerrar, todavía falta, claro, igual te pregunto si te consideras un posible ganador de La Voz Argentina. Alan: —No lo sé, la verdad no lo sé. Es como muy lejano... ¿Pero por qué no? Fotos: Adrián Escandar Producción texto: César Litvak
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