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La Paz » Politica con vos
Fecha: 14/08/2025 21:32
Quien se considere dirigente, deberá tener suficientemente desarrollada la capacidad de entendimiento de la realidad, ésto como un ordenador político que posibilite asumir con entereza cada una de las decisiones tomadas, pero sin especulaciones que puedan estar vinculadas a estrategias externas que apunten al debilitamiento de la tropa propia. Sin ánimo de generalizar, en los últimos días he escuchado como algunos compañeros y compañeras, se han expresado de manera despectiva sobre el partido Justicialista, utilizando términos como «Pejotismo», en mención al mismo partido que los supo honrar con cargos de distinta índole, inclusive, algunos de ellos becados por la misma metodología que ahora los espanta, como si se tratase de una perinola. Siempre fui crítico de aquellas contradicciones internas que se han naturalizado en el seno de nuestro partido, y lo he hecho sin beneficio de inventario, cada vez que he podido me he pronunciado sin tapujos, dado que no me moviliza la aspiración de trabajar de politico profesional, porque mi lealtad al Peronismo y a la nobleza que implica la militancia política, la asumo con la más absoluta convicción, sin que esto signifique renuncia alguna al anhelo de poder ser parte de la construcción de un proyecto político que me encuentre como protagonista de un cambio de matriz que recupere los principios transformadores y revolucionarios de nuestra doctrina. Lo cierto es que hoy nuestra fuerza política, al igual que la mayoria de los partidos tradicionales de la democracia argentina, atraviesa la fragmentación intestinal, en parte por los errores cometidos y por la auto-sobrevaloración de quienes no sienten pertenencia si no es a través de un cargo o una candidatura. En el mientras tanto, marcado es el distanciamiento existente con aquel sujeto social al que decimos representar, ese que sin dudas es quien peor la está pasando en esta etapa neoliberal signada por la doctrina de la deshumanización, la que desplaza a la dignidad humana y da centralidad a un modelo económico ejecutado con una mezquindad capaz de contemplar solo a un puñado de poderosos. Y como contracara, la multiplicación del hambre, la miseria sistemática, la entrega del patrimonio y la violencia social en todas sus variables, características que dan identidad a gobiernos que sumergen en la derrota al pueblo, y que relatan a la destrucción de la patria como ciclos virtuosos. Frente a un escenario tan devastador, las vanidades y la meritocracia de creer que es el partido el que siempre está en deuda con uno mismo, se transforma en un acto de individualismo acorde al cambio de época. Sin desconocer la validez de muchos de los argumentos, con los cuales incluso coincido, ni desacreditar la honradez de ningún compañero o compañera, considero que hoy necesitamos tomar nota de los errores cometidos, realizar una autocrítica constructiva, donde todos nos hagamos cargo de lo que hicimos, de lo que no hicimos y sobre todo de lo que dejamos que otros hagan. Reconstruir desde una concepción movimientista, reformular con la verdad, plantear la unidad como algo posible, como el único camino viable y superior a cualquier instancia, sin etiquetados que nos dividan. Debemos esforzarnos por ser, y no tanto por parecer. La democratización de nuestro partido se ha ido limitando con el correr de los años, pero en tal sentido les puedo asegurar que no logro recordar haber asistido a una asamblea donde se levante la mano para incorporar a tal o cual candidato en una lista. Aquí lo primordial es poder entender que aún en su desconfianza, es el pueblo quien necesita al Peronismo al mando de una conducción frentista, de la cual fue desplazado por los intereses de sus propios dirigentes. Aquí la discusión no se agota en la elección de medio término (y vaya que es importante que Frigerio y Milei no nos sigan metiendo diputados y senadores que avalen el nefasto modelo), aquí se trata de pensar y accionar con los dientes apretados, para tener la memoria lo suficientemente activa que ayude a edificar un regreso que nos encuentre actualizados y como la expresión de lo que alguna vez fuimos. Jorge «Kinoto» Vazquez
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