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  • Con nuevos dueños, Iveco podría dar un salto en producción y exportaciones

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 14/08/2025 07:30

    Por Javier De Pascuale La reciente adquisición de Iveco Group por parte de Tata Motors, la gigante automotriz india, por unos US$4.400 millones, marca un hito para la industria automotriz en Argentina, con especial relevancia para Córdoba, donde el grupo de origen italiano tiene planta fabril. La operación, anunciada en los últimos días y con cierre de proceso previsto para el primer trimestre de 2026, posiciona a las plantas de Iveco en barrio Ferreyra y de FPT Industrial, ambas en Córdoba, como piezas clave en la estrategia global de la compañía india. Este cambio empresarial no solo asegura la continuidad de las operaciones locales, sino que abre la puerta a un potencial salto en producción y exportaciones, consolidando a la provincia como un hub industrial de relevancia en América Latina. Llega un gigante indio Tata Motors, fundada en 1945 y presente en más de 125 países, es conocida por su amplio portafolio que incluye automóviles, pick-ups, autobuses, camiones y maquinaria pesada. Con esta adquisición, la empresa ingresa de manera definitiva al mercado argentino, donde Iveco opera desde hace 55 años. La planta de camiones y autobuses en Ferreyra, junto con la fábrica de motores FPT Industrial, son ahora parte de un conglomerado global que reporta ingresos anuales de US$25.400 millones y ventas de 540.000 unidades, con un 50% de su mercado en Europa, 35% en India y 15% en América. La operación, respaldada por Exor NV, el principal accionista de Iveco con un 27,06% de las acciones, garantiza estabilidad financiera y operativa. Tata Motors pagó €14,1 por acción, con un dividendo extraordinario de €5,5-6 derivado de la venta de la división de defensa de Iveco, valorada en €1.700 millones. Este acuerdo, que incluye un compromiso de mantener los derechos y beneficios de los empleados por al menos dos años, asegura la continuidad de las operaciones en Córdoba, donde Iveco emplea a cientos de trabajadores y produce modelos emblemáticos como el Tector GNC y chasis de autobuses a gas. Córdoba, un pilar estratégico La planta de Ferreyra, con más de cinco décadas de historia, ha sido un pilar de la producción automotriz en el país. Desde los icónicos camiones Fiat Concord en la década de 1960 hasta los modernos vehículos a gas natural comprimido (GNC) homologados en 2020, la fábrica ha ido evolucionando para adaptarse a las demandas del mercado. En 2024, incorporó la caja de cambios Traxon, que mejora la eficiencia de los camiones, y consolidó su línea de chasis para autobuses a GNC, alineándose con la transición energética del país. Por su parte, FPT Industrial, operativa desde 2012, produce 15.000 motores al año, de los cuales el 60% se exporta a mercados como Brasil y México. Modelos como el Cursor y el N67, compatibles con normativas ecológicas Tier 3, son utilizados en vehículos industriales y maquinaria agrícola, lo que refuerza la relevancia de Córdoba en la cadena de suministro global de Iveco. Con Tata Motors como nuevo dueño, estas instalaciones se integrarán a una red más amplia, lo que podría impulsar la capacidad productiva y las exportaciones. ¿Un futuro de expansión? La adquisición de Iveco por parte de Tata Motors no solo debería asegurar la continuidad de las operaciones en Córdoba, sino que prometería un crecimiento significativo. La estrategia de Tata se centra en aprovechar las sinergias entre ambas compañías para fortalecer su presencia en mercados emergentes de Asia, África y América Latina. En este contexto, Córdoba emerge como un hub estratégico para la región, gracias a su infraestructura consolidada y su experiencia en la producción de vehículos y motores de alta calidad. Fuentes cercanas a la operación indican que Tata Motors planea mantener la identidad de Iveco, con el centro de decisiones industriales en Turín, Italia, pero con un enfoque renovado en innovación y sostenibilidad. La planta de Ferreyra, que ya produce camiones y autobuses con tecnología GNC, está bien posicionada para beneficiarse de las inversiones de Tata en movilidad sustentable, incluyendo posibles desarrollos en vehículos eléctricos. Además, la capacidad exportadora de FPT Industrial podría crecer, aprovechando la red global de proveedores de Tata y su experiencia en mercados como Brasil y México. Uno de los aspectos más destacados de la operación es el compromiso de Tata Motors con la estabilidad laboral. Con 1 millón de empleados a nivel global, la compañía se ocupó de dar a conocer que no habrá reducciones de personal en Córdoba como consecuencia de la adquisición. De este modo, los planes de carrera, formación y beneficios se mantendrían intactos, brindando seguridad a los trabajadores de las plantas de Ferreyra y FPT Industrial. Por supuesto, este compromiso es especialmente relevante en el actual contexto donde la estabilidad laboral es una prioridad, ante la persistencia de la pérdida “por goteo” de puestos de trabajo en la cadena de producción industrial. Además, Tata Motors planea invertir en investigación y desarrollo, un área en la que Iveco ya tiene un historial sólido. La integración de tecnologías de ambas compañías podría acelerar la producción de vehículos más eficientes y sostenibles, alineados con las normativas ambientales globales. En Córdoba, esto podría traducirse en la incorporación de nuevas líneas de producción o la adaptación de modelos existentes para mercados internacionales. Por supuesto, si bien la adquisición representa una oportunidad para Córdoba, también plantea interrogantes. Tata Motors reportó una ganancia neta de US$446 millones en el trimestre abril-junio de 2025, un 30% menos que el año anterior, debido a menores ventas y aranceles en EE.UU. que afectaron a su filial Jaguar Land Rover. Sin embargo, la empresa confía en que la incorporación de Iveco mejorará sus márgenes y fortalecerá su posición en el mercado global de vehículos comerciales. Para Córdoba, el desafío será mantener la competitividad de la planta local y sus productos en un contexto de transición energética y creciente competencia en América Latina. La experiencia de Iveco en la región, combinada con la escala de Tata Motors, ofrecería una oportunidad única para consolidar a la provincia como un centro de producción y exportación. La planta de Ferreyra, con su capacidad para fabricar vehículos a GNC, y FPT Industrial, con su enfoque en motores de alta eficiencia, están bien posicionadas para participar de este proceso. Queda claro el interrogante si la llegada de Tata Motors a Córdoba marca el inicio de “una nueva era” para la industria automotriz local. Con un enfoque en la sostenibilidad, la innovación y la expansión de mercados, las plantas de Iveco y FPT Industrial tienen el potencial de dar un salto significativo en producción y exportaciones. La combinación de la experiencia local con la escala global de Tata Motors posiciona a Córdoba como un actor clave en la estrategia de la compañía india en América Latina. Claro que si esto se dará o no, depende de numerosos factores. Mientras la operación se termine de cerrar en los próximos meses, los ojos están puestos en cómo esta alianza transformará el panorama industrial de la región. Por ahora, para los cordobeses, la noticia no sólo representa estabilidad, sino también una oportunidad para consolidar a la provincia como un referente en la producción de vehículos y motores de calidad y precio para el mercado global.

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