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  • La explicación científica detrás del fenómeno de las piedras que se mueven solas en el Valle de la Muerte

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/08/2025 06:33

    Live Science difundió en 2014 imágenes inéditas del desplazamiento de las piedras En el corazón del desierto de California existe un lugar donde las piedras parecen desafiar las leyes de la física. Racetrack Playa, un antiguo lecho lacustre del Valle de la Muerte, es escenario de un fenómeno que durante décadas intrigó a científicos y visitantes: piedras que se mueven solas sobre una superficie plana y agrietada, dejando surcos de cientos de metros. Algunas pesan más de 300 kilos y, sin intervención humana aparente, cambian de posición como si una fuerza invisible las guiara. Durante más de un siglo, la falta de testigos presenciales alimentó todo tipo de hipótesis. Las teorías iban desde vientos extremos hasta fuerzas magnéticas o, incluso, la intervención de vida extraterrestre. Lo que hacía el fenómeno más desconcertante era su carácter imprevisible: al regresar a la zona, los visitantes encontraban los surcos en el suelo, pero nunca el movimiento en sí. Las rocas dejan surcos de cientos de metros en la superficie plana y agrietada del antiguo lecho lacustre (X) La búsqueda de respuestas tomó un giro decisivo en 2011, cuando los primos Richard D. Norris y James M. Norris lanzaron la Slithering Stones Research Initiative. Según detalló DW, instalaron un sistema de monitoreo que incluyó cámaras de intervalos, rastreadores GPS en varias rocas y una estación meteorológica de alta resolución. Esperaban que el proceso durara años. Sin embargo, en diciembre de 2013, lograron registrar en imágenes cómo más de 60 piedras se desplazaban al mismo tiempo, algunas avanzando más de 200 metros. Asimismo, en 2014, Live Science difundió un video donde se puede observar las piedras moverse. El análisis reveló que el movimiento no era producto de vientos huracanados ni de fuerzas misteriosas. La clave estaba en una combinación precisa de hielo, agua y viento suave. Durante el invierno, las lluvias formaban un estanque poco profundo en la superficie de la playa. Al caer la noche, el agua se congelaba en una capa delgada, de apenas unos milímetros. Al amanecer, el sol debilitaba el hielo, que comenzaba a fracturarse en placas. Estas, impulsadas por brisas de entre 4 y 5 metros por segundo, empujaban las rocas lentamente, a una velocidad de 2 a 5 metros por minuto, suficiente para dejar surcos visibles durante años. Más de 60 piedras se desplazaban al mismo tiempo (PLOS ONE) National Geographic explicó que este proceso requiere condiciones muy específicas, lo que explica por qué el fenómeno solo ocurre cada dos o tres años. Además, el tipo de roca influye en la forma del rastro: las de base rugosa dejan líneas rectas, mientras que las lisas describen trayectorias serpenteantes. El hallazgo no solo resolvió un enigma histórico, sino que permitió comprender mejor la interacción entre clima y geología en entornos extremos. Racetrack Playa es un laboratorio natural que ilustra cómo pequeñas variaciones en temperatura, humedad y viento pueden generar resultados sorprendentes. El Valle de la Muerte, conocido por sus temperaturas extremas y su historia ligada a la supervivencia, ofrece en este rincón una muestra de delicadeza ambiental: una coreografía de hielo y aire capaz de mover bloques de roca. El fenómeno solo ocurre cada dos o tres años debido a la necesidad de condiciones meteorológicas muy específicas (National Park Foundation) La observación directa de 2013 tuvo implicaciones científicas y turísticas. Desde entonces, el interés por presenciar el fenómeno creció, aunque las posibilidades siguen siendo mínimas. La ventana de tiempo para que las rocas se muevan es reducida y depende de que se cumplan todos los factores. Verlo en vivo requiere una coincidencia poco común entre condiciones meteorológicas y presencia humana. Pese a que el misterio se considera resuelto, los investigadores advierten que Racetrack Playa continúa siendo un entorno vulnerable. La presencia de visitantes que caminan sobre el lecho seco o mueven las rocas puede alterar las marcas naturales y afectar el ciclo del fenómeno. Las autoridades del Parque Nacional del Valle de la Muerte reforzaron las recomendaciones para que se evite el contacto con las piedras y se proteja la integridad del lugar. El tipo de roca determina la forma del rastro: bases rugosas generan líneas rectas y lisas, trayectorias serpenteantes (Wikipedia) El caso de las “piedras navegantes” recuerda que la ciencia puede explicar incluso los sucesos más desconcertantes, pero también subraya que la naturaleza mantiene un componente de rareza y belleza que no pierde impacto con la explicación. En este rincón del desierto, el viento y el hielo continúan empujando lentamente las rocas, trazando líneas que permanecen durante años como huella de un movimiento casi invisible. Más allá de su atractivo visual, el fenómeno plantea preguntas sobre otros entornos donde procesos similares podrían pasar inadvertidos. La interacción entre elementos aparentemente simples —agua, temperatura, viento— genera dinámicas que pueden modificar el paisaje sin intervención humana. Racetrack Playa ofrece un ejemplo claro de cómo el cambio, incluso a pequeña escala, deja marcas duraderas y visibles en el terreno. El fenómeno de las piedras que se mueven solas en Racetrack Playa intrigó a científicos durante décadas (PLOS ONE) El Valle de la Muerte conserva muchas historias, desde episodios de supervivencia en el siglo XIX hasta récords de temperatura. Entre todas ellas, las piedras que viajan lentamente sobre un lecho seco lograron un lugar especial, no solo por el enigma que representaron, sino por la forma en que, una vez revelado su secreto, siguen captando la atención del mundo. El espectáculo que combina ciencia y azar continúa, aunque verlo en directo sea privilegio de pocos.

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