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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/08/2025 02:41
Un estudio internacional revela que el 66% de los residuos recolectados en ríos de ocho países corresponde a plásticos (REUTERS/Willy Kurniawan) Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “a pesar de las investigaciones en curso, existe una gran incertidumbre sobre la cantidad de plástico en el medio ambiente”. Debido a esto, un estudio internacional se propuso cuantificar la magnitud de la contaminación plástica en importantes ríos de ocho países en cuatro continentes, lo que reveló la diversidad y complejidad de este problema ambiental. Durante tres años (entre 2020 y 2023), equipos científicos y organizaciones locales recolectaron y analizaron más de 3,8 millones de kilogramos de residuos en sistemas fluviales de México, Jamaica, Panamá, Ecuador, Kenia, Vietnam, Tailandia e Indonesia. De ese total, el 66% correspondía a plásticos, lo que confirma el papel de los ríos como vía principal de transporte de residuos hacia los océanos. El trabajo, liderado por la Universidad de California en Santa Bárbara y publicado en Journal of Environmental Management, aporta datos inéditos y recomendaciones para frenar este tipo de polución desde su origen. Macroplásticos en ríos: hallazgos y diferencias entre países Según la organización The Ocean Cleanup, las estimaciones muestran que “1000 ríos son responsables de casi el 80% de las emisiones anuales globales de plástico fluvial, que oscilan entre 0,8 y 2,7 millones de toneladas métricas al año, siendo los pequeños ríos urbanos los más contaminantes. El 20% restante de las emisiones de plástico se distribuye en 30.000 ríos”. Estos resultados fueron publicados en Science Advances. El método utilizado contrasta con trabajos previos que subestimaban la contribución de ríos menores. La investigación destaca la diversidad de plásticos y la influencia de políticas públicas en la contaminación fluvial (REUTERS/Willy Kurniawan) A diferencia de este enfoque basado en proyecciones, el objetivo del estudio llevado a cabo por los expertos de la UC Santa Bárbara y otras instituciones internacionales fue suplir la falta de datos empíricos sobre macroplásticos en ríos, un campo hasta ahora dominado por modelos teóricos y estudios localizados. La investigación abarcó ríos con características geográficas, hidrológicas y socioeconómicas muy diversas, lo que permitió comparar la contaminación plástica en contextos urbanos, rurales, insulares y continentales, así como bajo diferentes políticas públicas y niveles de infraestructura. Seleccionaron ríos que representan una amplia diversidad de contextos geográficos y sociales. Entre los estudiados se encuentran el Cañón de Los Laureles (México), Kingston Harbour (Jamaica), río Juan Díaz (Panamá), río Portoviejo (Ecuador), Athi River (Kenia), Río Rojo (Vietnam), canal Lat Phrao (Tailandia) y río Citarum (Indonesia). Durante el periodo de análisis, los equipos locales, integrados por organizaciones sociales y empresas comunitarias, recolectaron residuos de manera casi continua y sincronizada, y emplearon tecnologías adaptadas a cada río. El esfuerzo conjunto representó 250 meses de muestreo y permitió obtener una media de 15.370 kilogramos de residuos recolectados por mes en todos los sitios, de los cuales 10.137 kilogramos correspondían a plásticos. “Lo realmente emocionante de este esfuerzo es que pudimos responder la misma pregunta (¿cómo se ve realmente la contaminación plástica en los ríos?) en muchos contextos, geografías y culturas diferentes”, enfatizó el autor principal, Chase Brewster, científico del proyecto en el Laboratorio de Ciencias Oceánicas Benioff de la UCSB. Las diferencias en la gestión de residuos plásticos entre países evidencian la importancia de la infraestructura y las políticas locales (REUTERS/Willy Kurniawan) Las diferencias entre ríos fueron notables: mientras el Athi River en Kenia registró los mayores volúmenes de residuos plásticos (31.731 kg por mes), el río Portoviejo en Ecuador presentó los valores más bajos (93 kg por mes). Sin embargo, variables como la complejidad tecnológica de los sistemas de recolección, el tamaño del río o la población cercana no explicaron por sí solas las diferencias observadas. El análisis detallado de la composición de los residuos plásticos mostró una alta variabilidad entre los ríos estudiados. El polímero más común fue el polietileno de baja densidad (LDPE), un tipo de plástico flexible que suele emplearse en productos cotidianos como bolsas de supermercado, envoltorios de alimentos y envases flexibles. Su presencia extendida en los residuos refleja el uso masivo de estos productos de un solo uso y su facilidad para dispersarse en el ambiente. Asimismo, su proporción osciló desde el 1,2% en el río Juan Díaz de Panamá hasta el 65,4% en el canal Lat Phrao de Tailandia. El tereftalato de polietileno (PET), utilizado comúnmente en envases y botellas, fue predominante en Jamaica, Panamá y Kenia, mientras que el polietileno de alta densidad (HDPE) y el polipropileno (PP) dominaron en Ecuador e Indonesia, respectivamente. En México, una fracción significativa de los residuos correspondió a neumáticos desechados, lo que refleja problemáticas locales específicas como la importación y gestión inadecuada de llantas usadas. Solo el 14% del plástico recolectado en los ríos fue reciclado, mientras que la mayoría terminó en procesos de downcycling o vertederos (REUTERS/Baz Ratner) En cuatro de los ocho ríos, la capacidad técnica permitió clasificar los plásticos según productos de un solo uso. En Kenia y Ecuador, las botellas de bebidas fueron los artículos más abundantes, mientras que en Indonesia y Vietnam destacaron las bolsas plásticas. La proporción de bolsas en los residuos fue especialmente alta en Vietnam (46,2%), país que aún carece de una prohibición sobre su uso, en contraste con Kenia, donde la prohibición total se tradujo en una presencia mucho menor de este tipo de residuos. Esta diferencia ilustra el impacto potencial de las políticas públicas, aunque los autores advierten que la efectividad depende del diseño y la aplicación de las medidas. Gestión de residuos plásticos y recomendaciones para políticas ambientales El destino final de los residuos plásticos recolectados varió considerablemente entre países. Solo el 14% del plástico fue reciclado, mientras que el 62,9% se destinó a procesos de downcycling (transformación en productos de menor valor), el 12,3% se utilizó para valorización energética, el 3% se reutilizó y el 7,8% terminó en vertederos. En algunos casos, como México y Jamaica, la falta de infraestructura local obligó a transportar los residuos a largas distancias para su reciclaje, lo que incrementa los costos y la huella de carbono. En Tailandia, la mayor parte del plástico se procesó en plantas de generación de energía, mientras que en Kenia e Indonesia predominó el downcycling para la fabricación de materiales de construcción. El estudio recomienda crear valor económico para los residuos plásticos e invertir en infraestructura de reciclaje (REUTERS/Erick Marciscano) El estudio identificó varios factores que explican las diferencias observadas entre los ríos. Las políticas públicas, como las prohibiciones de bolsas plásticas, demostraron capacidad para reducir ciertos residuos, aunque su impacto depende de la cobertura y el cumplimiento. La infraestructura de gestión de residuos resultó ser un elemento crítico: la ausencia de instalaciones de reciclaje locales limita las opciones de disposición final y favorece la acumulación de plásticos en los ríos. Además, el sector informal de recicladores desempeñó un papel relevante en la reducción de plásticos, especialmente en países asiáticos, donde la recolección y venta de materiales reciclables como el PET disminuyó su presencia en los cursos de agua. “En un momento en el que el creciente número de titulares sobre la amenaza de la contaminación plástica para la salud humana, animal y planetaria puede hacernos rendirnos, este trabajo demuestra que río por río, comunidad por comunidad, podemos recopilar los datos necesarios para informar un cambio sistémico duradero e inspirar esperanza en el camino”, manifestó Molly Morse, coautora y directora de la Coalición de Corrientes Limpias y gerente sénior del Laboratorio de Ciencias Oceánicas Benioff. A partir de los datos obtenidos, los investigadores formularon recomendaciones para abordar la contaminación plástica en los ríos. Entre ellas, destacan la necesidad de crear valor económico para los residuos plásticos, por ejemplo, mediante políticas de contenido reciclado mínimo o sistemas de depósito para envases, lo que incentivaría su recuperación y reciclaje. También subrayan la importancia de invertir en infraestructura de gestión y reciclaje, incluyendo el reconocimiento y apoyo al sector informal. La mejora en la recolección y estandarización de datos es esencial para diseñar intervenciones eficaces y monitorear el impacto de las políticas. Finalmente, el estudio aboga por la adopción de políticas locales, nacionales e internacionales que aborden el problema de manera integral, en línea con las negociaciones en curso para un tratado global sobre plásticos.
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