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Parana » Inventario22
Fecha: 11/08/2025 11:50
Entre aplausos, un canto repetido de Argentina y exclamaciones, terminó el streaming viral de las inmersiones del Conicet y el Schmidt Ocean Institute en el Cañón Submarino Mar del Plata. La primera vez que se explora esta zona en vivo rompió récords: más de un millón de visualizaciones y miles de personas se conectaron diariamente. "Viva la ciencia argentina", corearon algunos de los más de 30 investigadores argentinos este domingo. Cuando lleguen a tierra, el trabajo no se detendrá: por eso, agradecieron a los espectadores, pero les pidieron que no vayan a recibirlos. En los últimos momentos del vivo, los científicos colocaron un cartel con el lema "Gracias por el apoyo", firmado por el Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (Gempa). Cada uno saludó y agradeció, pero los minutos del resto del viaje están contados y planificados: "tenemos que ir desarmando mientras el buque va navegando a puerto. Toca tierra y nosotros ya tenemos que estar bajando las cosas y ya nos espera el flete y ya se están llevando y nosotros atrás de eso a descargarlas todavía y después, a la tarde, está pensado una visita de las familias", relató Diego Urteaga, investigador embarcado del Museo Argentino de Ciencias Naturales Conicet. La expedición científica "Talud Continental IV" estuvo 19 días en el mar argentino y sorprendió tanto a expertos --embarcados y en tierra-- como al resto del país. Mientras el resto de la embarcación trabaja en analizar, preservar y clasificar los muestreos, los doctores Ignacio Chiesa --investigador del Centro Austral de Investigaciones Científicas CONICET-- y Urteaga hablaron con Página/12. Ciencia con ruido de mate Se conectaron más de 80 mil espectadores en las trasmisiones de YouTube para explorar el mar argentino y en todas las redes sociales circularon capturas de pantalla de un "pulpo Dumbo", una "estrella de mar culona", animales con forma de pepino, calamares rojos voladores y peces telescopio. En las última semana, la transmisión llegó a ser el segundo contenido más visto en la red social de videos y superó a canales de streaming famosos. Para Chiesa, "la pasión es argentina" y la gente se alegró de "ver hacer ciencia mientras escucha ruido de mate". Schmidt Ocean Institute nunca pensó en alcanzar esta masividad: no les pasó en ninguna de sus campañas desde 2009. El jefe de la expedición, Daniel Lauretta, lo describió como una "oportunidad única". "De repente, la ciencia deja de ser algo lejano o inaccesible, y se vuelve parte del día a día. Además, nos obliga a explicar lo que hacemos de forma clara, sin vueltas, para que cualquiera lo pueda entender y disfrutar. Es una forma de abrir las puertas del barco, del laboratorio, y del fondo del mar, todo al mismo tiempo", sostuvo. Para Chiesa, el encanto inesperado estuvo en lo cotidiano. "La pasión y la alegría características del ser latino, de estar en el control tomando mate y llamándonos por los nombres y apodos, haciendo chistes", agregó. La misión contó con equipo de alta calidad, como un vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian, capaz de capturar imágenes submarinas en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno. El cañón Mar del Plata se encuentra a 300 kilómetros de la costa y es donde confluyen la corriente cálida de Brasil y la corriente fría de Malvinas. Así, es un área en un laboratorio natural para el estudio de la biodiversidad submarina y las dinámicas oceánicas. "Nosotros somos un producto del esfuerzo de un montón de gente que vive en Argentina que labura en universidades públicas y nos educó de un montón de financiación del Conicet a través de nuestros salarios, primero como becarios, después como investigadores y la inversión del Estado en la formación de todos los que estamos acá, porque acá Schmidt pone pone los fierros y los técnicos que los manejan. Pero hacia dónde ir, qué animal tomar, cómo tomarlo, cómo luego procesar esa ese individuo e identificarlo... todo eso corre por cuenta de la sabiduría de nuestro país", celebró Urteaga. Entre sus palabras se subraya que sin financiación ni universidad, no hay ciencia posible. Además, señaló: "son muestras que van a quedar en nuestro país, va a ser estudiado por argentinos, van a hacer materia prima de investigación argentina". Por esto, la primera parte del trabajo fue "muy demandante". Una vez que la transmisión finalizaba comenzaba la etapa de muestreo que por "respeto al material" tenía que hacerse con la mayor concentración. En general, las ciencias marinas no tienen el privilegio de tener tantos detalles como la profundidad y la posición exacta del material recolectado para la investigación. Un último vistazo "El último muestreo en particular fue muy emocionante... Haber visto bajar y subir por última vez a este ROV SuBastian que nos vino acompañando estos 19 días... Después de la etapa inicial, el tiempo pasó muy rápido y hoy, no caemos en que ya subió y nuestro tiempo de inversiones arriba del Falkor (Too) terminó. Es la mezcla entre alegría, tristeza, nostalgia... incluso a pesar de que pasó tan poco tiempo", compartió Urteaga, hilando las palabras con emoción. El último streaming comenzó alrededor de la 1 de la madrugada y se extendió hasta las cuatro de la tarde. Sin embargo, el especialista resaltó que los últimos ejemplares fueron procesados con la "misma responsabilidad y el mismo profesionalismo" que cualquier otro porque "son muestras muy difíciles de conseguir por todo lo que implica el traslado a 300 km de la costa, tener un vehículo que baje hasta 4500 metros". En esta campaña, bajaron hasta los 3800. Entre aplausos, un canto repetido de Argentina y exclamaciones, terminó el streaming viral de las inmersiones del Conicet y el Schmidt Ocean Institute en el Cañón Submarino Mar del Plata. La primera vez que se explora esta zona en vivo rompió récords: más de un millón de visualizaciones y miles de personas se conectaron diariamente. "Viva la ciencia argentina", corearon algunos de los más de 30 investigadores argentinos este domingo. Cuando lleguen a tierra, el trabajo no se detendrá: por eso, agradecieron a los espectadores, pero les pidieron que no vayan a recibirlos. En los últimos momentos del vivo, los científicos colocaron un cartel con el lema "Gracias por el apoyo", firmado por el Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (Gempa). Cada uno saludó y agradeció, pero los minutos del resto del viaje están contados y planificados: "tenemos que ir desarmando mientras el buque va navegando a puerto. Toca tierra y nosotros ya tenemos que estar bajando las cosas y ya nos espera el flete y ya se están llevando y nosotros atrás de eso a descargarlas todavía y después, a la tarde, está pensado una visita de las familias", relató Diego Urteaga, investigador embarcado del Museo Argentino de Ciencias Naturales Conicet. La expedición científica "Talud Continental IV" estuvo 19 días en el mar argentino y sorprendió tanto a expertos --embarcados y en tierra-- como al resto del país. Mientras el resto de la embarcación trabaja en analizar, preservar y clasificar los muestreos, los doctores Ignacio Chiesa --investigador del Centro Austral de Investigaciones Científicas CONICET-- y Urteaga hablaron con Página/12. Ciencia con ruido de mate Se conectaron más de 80 mil espectadores en las trasmisiones de YouTube para explorar el mar argentino y en todas las redes sociales circularon capturas de pantalla de un "pulpo Dumbo", una "estrella de mar culona", animales con forma de pepino, calamares rojos voladores y peces telescopio. En las última semana, la transmisión llegó a ser el segundo contenido más visto en la red social de videos y superó a canales de streaming famosos. Para Chiesa, "la pasión es argentina" y la gente se alegró de "ver hacer ciencia mientras escucha ruido de mate". Schmidt Ocean Institute nunca pensó en alcanzar esta masividad: no les pasó en ninguna de sus campañas desde 2009. El jefe de la expedición, Daniel Lauretta, lo describió como una "oportunidad única". "De repente, la ciencia deja de ser algo lejano o inaccesible, y se vuelve parte del día a día. Además, nos obliga a explicar lo que hacemos de forma clara, sin vueltas, para que cualquiera lo pueda entender y disfrutar. Es una forma de abrir las puertas del barco, del laboratorio, y del fondo del mar, todo al mismo tiempo", sostuvo. Para Chiesa, el encanto inesperado estuvo en lo cotidiano. "La pasión y la alegría características del ser latino, de estar en el control tomando mate y llamándonos por los nombres y apodos, haciendo chistes", agregó. La misión contó con equipo de alta calidad, como un vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian, capaz de capturar imágenes submarinas en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno. El cañón Mar del Plata se encuentra a 300 kilómetros de la costa y es donde confluyen la corriente cálida de Brasil y la corriente fría de Malvinas. Así, es un área en un laboratorio natural para el estudio de la biodiversidad submarina y las dinámicas oceánicas. "Nosotros somos un producto del esfuerzo de un montón de gente que vive en Argentina que labura en universidades públicas y nos educó de un montón de financiación del Conicet a través de nuestros salarios, primero como becarios, después como investigadores y la inversión del Estado en la formación de todos los que estamos acá, porque acá Schmidt pone pone los fierros y los técnicos que los manejan. Pero hacia dónde ir, qué animal tomar, cómo tomarlo, cómo luego procesar esa ese individuo e identificarlo... todo eso corre por cuenta de la sabiduría de nuestro país", celebró Urteaga. Entre sus palabras se subraya que sin financiación ni universidad, no hay ciencia posible. Además, señaló: "son muestras que van a quedar en nuestro país, va a ser estudiado por argentinos, van a hacer materia prima de investigación argentina". Por esto, la primera parte del trabajo fue "muy demandante". Una vez que la transmisión finalizaba comenzaba la etapa de muestreo que por "respeto al material" tenía que hacerse con la mayor concentración. En general, las ciencias marinas no tienen el privilegio de tener tantos detalles como la profundidad y la posición exacta del material recolectado para la investigación. Un último vistazo "El último muestreo en particular fue muy emocionante... Haber visto bajar y subir por última vez a este ROV SuBastian que nos vino acompañando estos 19 días... Después de la etapa inicial, el tiempo pasó muy rápido y hoy, no caemos en que ya subió y nuestro tiempo de inversiones arriba del Falkor (Too) terminó. Es la mezcla entre alegría, tristeza, nostalgia... incluso a pesar de que pasó tan poco tiempo", compartió Urteaga, hilando las palabras con emoción. El último streaming comenzó alrededor de la 1 de la madrugada y se extendió hasta las cuatro de la tarde. Sin embargo, el especialista resaltó que los últimos ejemplares fueron procesados con la "misma responsabilidad y el mismo profesionalismo" que cualquier otro porque "son muestras muy difíciles de conseguir por todo lo que implica el traslado a 300 km de la costa, tener un vehículo que baje hasta 4500 metros". En esta campaña, bajaron hasta los 3800. Si bien el mundo submarino representa el 66% del planeta, de él sólo se conoce un 0,001%, según un artículo publicado en Science Advances. Se calcula que hay entre 5 y 10 millones de especies, pero se han descripto poco más de 2 millones. Esta expedición, una vez que desembarque, va a comenzar el proceso de investigación de todo el material colectado, "un proceso muy sistemático y meticuloso de identificación, de descripción, de análisis de datos. También juntamos muestras para microplásticos... Ahora empieza el lado más oculto de los trabajos", contó Urtega. Todavía no saben cuántas especies recolectaron, pero sospechan que algunas de ellas son nuevas. "Hay gente con intenciones de conocer otros planetas y tenemos la mayor parte de nuestro planeta inexplorada. Lo supo Marco Polo: ni los grandes viajantes de la de la historia de la humanidad pudieron conocer todo. Acá estamos hablando de explorar un lugar que es de muy difícil acceso", insistió Urteaga. En el chat de la trasmisión, les pedían que también muestren la etapa del procesamiento de esta campaña oceanográfica convertida en fenómeno de redes. Sin embargo, el material exige que toda su atención esté puesta en la investigación. "No nos dan las manos. Tenemos las dos ocupadas. Tenemos toda nuestra atención en procesar eso", contó entre risas el biólogo del Museo de Argentino de Ciencias Naturales. Nuevas expediciones Tras el fin de esta misión, el barco científico se dirige a Montevideo para la campaña "Uruguay Sub200: Viaje a lo desconocido", que reunirá a 27 científicos uruguayos y algunos especialistas internacionales. Investigarán cañones submarinos, escapes de fluidos y montículos de corales con el fin de identificar ecosistemas vulnerables y promover áreas marinas protegidas. Además, también recolectarán muestras en al menos 50 sitios. Después de un mes en el país vecino, el Falkor (Too) regresará a Argentina desde el 30 de septiembre al 29 de octubre para explorar por primera vez los sistemas de cañones Bahía Blanca --Provincia de Buenos Aires-- y Almirante Brown --a 450 kilómetros de Rawson, en Chubut. Para estas misiones se emplearán tecnologías satelitales y boyas a la deriva junto a los buceos con ROV. Informe: Natalia Rótolo.
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