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Parana » Uno
Fecha: 10/08/2025 11:47
Entrevista con Pablo Panonne, ingeniero electrónico y docente. El teléfono en la Escuela y universidad, a la deriva. La informática cuántica y lo impensable. "El teléfono tiene que estar en el aula como recurso fundamental" dijo Pablo Panonne. El profesor de Matemáticas Pablo Panonne puso en valor la utilización del teléfono celular como recurso pedagógico y advirtió sobre la necesidad de cambios profundos en el sistema educativo frente a la nueva generación de analfabetos digitales. “Si se piensa en la integración efectiva de la inteligencia artificial en todos los procesos educativos no sufriremos tanto”, advirtió el ingeniero electrónico, quien analizó en profundidad las transformaciones del universo virtual. Guías de pesca de Concordia en contra de la depredación del río Uruguay Base Marambio: tres entrerrianos contaron como es vivir y trabajar en los hielos eternos —En Santo Tomé, donde estuve hasta los 17 años. —¿Cómo era tu barrio? —Casas típicas italianas, de dos pisos, con calles anchas y árboles en las veredas, también anchas, y muchos comercios. —¿Lugares de referencia? —La iglesia, el parque y la plaza, donde más estaba. —¿Qué actividad laboral desarrollaban tus padres? —Mi papá arreglaba zapatos, mi mamá trabajaba con él y era ama de casa. —¿A qué jugabas? —Jugué al fútbol semi profesionalmente hasta los 16 años. —¿Qué deseabas ser? —Piloto de avión, pero tenía asma y era una limitación. También desde chico quería ser soldado (risas), porque me impactó la guerra de Malvinas. —¿Leías? —Sí, tenía todos los libros de Julio Verne y después comencé a buscar revistas científicas en la biblioteca. —¿Cómo nació ese interés? —Desarmaba todo y hacía experimentos. —¿Qué fue lo primero que rompiste? —Una radio de mi viejo, porque quería saber qué había adentro y estaba fascinado. Luego seguí con televisores… MacGyver era una fuente de inspiración para hacer desastres (risas). Muy interesante —¿Dónde comenzaste a aprender electrónica? —En la revista Muy interesante, luego en revistas específicas de electrónica y a partir de los 14 años iba a un taller de reparación. —¿Qué aprendiste allí? —A desarmar electrodomésticos y equipos de música, y el chico me comentaba lo que hacía. —¿Desarrollaste otra afición? —No, sólo pasaba horas leyendo en la biblioteca material de divulgación científica. —¿Materias predilectas? —Matemáticas y Física. En cuarto año hice un curso de electrónica en la Escuela Industrial y ahí me decidí por la carrera. —¿Tuviste algún profesor que te resultó importante? —El de Matemáticas me marcó por la forma de transmitir y su pasión por lo que enseñaba. —¿Dudaste en cuanto a qué estudiar al terminar la secundaria? —No, ya sabía que era Ingeniería Electrónica porque tenía claro lo que quería, era el deseo de mi viejo y me presionaba. —¿Qué idea tenías sobre la actividad profesional? —Me choqué con la realidad de que el ingeniero hace poco diseño y creación, y en la mayoría de los trabajos se tiende a la reparación y el mantenimiento, lo cual no me gusta. Se hace algo pero se importa mucho, y me dedico más al software que al hardware. Del Basic al framework —¿Habías diseñado? —Todo el tiempo, porque de las revistas copiaba los circuitos y placas, para hacer, por ejemplo, amplificadores, y logré hacer una especie de robot. —¿Por qué te mudaste a Paraná? —Para estudiar en la UTN. —¿Formadores influyentes? —Varios que me inspiraron, de Análisis Matemático, Física y de Electrónica. —¿En qué momento estabas al irrumpir la masificación de la informática e internet? —Estaba haciendo la carrera y fue un cambio drástico, porque tuvimos acceso inmediato a material que antes no teníamos, —¿Salvando lo de los recursos e infraestructura, en ese aspecto el conocimiento se democratizó totalmente? —Sí, en cuanto a la accesibilidad es otro paradigma, particularmente lo relacionado con desarrollo de software y robótica. —¿Te especializaste? —Me faltan un par de materias para terminar la de sistemas embebidos, en Córdoba, que no he terminado por cuestiones personales. Es para diseño y programación de dispositivos electrónicos con microcontroladores que dan distintas soluciones, el internet de las cosas. —¿El primer trabajo? —En una casa de computación donde me dedicaba a comercializar equipos. —¿Por qué te dedicaste a la docencia? —Cuando comencé en ese comercio también lo hice con cursos de capacitación y luego la educación me encantó, por la posibilidad de estudiar y compartir muchas cosas. —¿Qué hitos destacás en materia de desarrollo de software? —Un montón, porque comencé programando con Basic, Fortran y una computadora que se conectaba al televisor, no existía el disco rígido y donde iba para aprender había dos computadoras para 20 personas, así que hacíamos cola para probar los códigos, mientras que hoy tenemos computadoras ultra poderosas en un teléfono. Diseñaba páginas web y tenía que hacer todo el desarrollo de los botones y marcas, mientras que hoy hay un montón de herramientas para optimizarlo y los framework hacen todo automáticamente. Sólo los integro. El desafío frente a la IA —¿Cómo impacta la inteligencia artificial en este ámbito? —Hay que pensar el concepto de eficiencia en cuanto al trabajo, ya que aumenta la productividad, como sucede con el desarrollo de códigos. Si tenés un asistente que te inspecciona completamente el proyecto de desarrollo avanzás mucho más rápido. La complejidad de los proyectos y procesos puede ser mucho mayor y en menor tiempo que cuando no lo tenías. La decisión final la tomo yo pero lo que insume tiempo, como las cuestiones mecánicas, las delego en la IA. Me centro en la experiencia del usuario, en el sistema a desarrollar y hacia qué público me dirijo. —¿En qué radica la creatividad? —Con la IA la creatividad se potencia: tengo una idea base, interactúo con la IA y genero cosas mucho más interesantes que las que podía hacer sin ella. —¿Preocupaciones? —Las generaciones que vienen, porque yo tengo un bagaje de conocimiento y de procesos mentales y cognitivos desarrollados, que otros no tienen. Hay que ver cómo se desarrolla eso. Santiago Bilinkis advierte sobre esa falta de desarrollo para atomizar un problema y desglosarlo en sus partes. —¿Se puede prever la tendencia de la innovación? —Es impredecible por el crecimiento exponencial que vimos desde la aparición de ChatGPT, en noviembre de 2022, hasta ahora. Tendemos a la singularidad de que las máquinas tengan un grado de desarrollo cognitivo similar o superior al humano, lo cual pasará pronto. Lo cuántico y lo impensable —¿Qué significa en cuanto a alcance y en ese sentido la informática cuántica? —Ya representa un hito en cuanto al desarrollo de tecnología por lo que potencia el procesamiento mucho más rápido y de un volumen de información nunca antes visto. —¿Hay un punto de comparación con la informática clásica? —No, es como comparar una impresora matricial con una láser. Pero hay que apuntar al desarrollo de energía, porque es la limitación de esta tecnología. En ese sentido siempre hay un desfase y lo que es baterías siempre va atrasado respecto a los dispositivos que se crean. —¿Lo vigente colapsará por la innovación cuántica? —No, porque los conceptos básicos, por ejemplo de programación, se sostienen, pero la cuestión es cómo se gestiona la información. Cambia el principio básico de funcionamiento en cuanto a que antes tenías dos posibilidades, ceros y unos, y ahora tenés n posibilidades, lo cual hace mucho más grande el procesamiento de información. Las posibilidades son impensables. —¿Una idea? —Aumenta la velocidad de todo: servicios de internet, streaming, consumo de información en forma instantánea… —¿Y desde el punto de vista creativo? —Al manejar mayor volumen de datos podés llegar a desarrollos matemáticos que ahora son impensados porque llevan mucho tiempo de procesamiento. Por ejemplo, podés hacer un barrido de internet en tres segundos. Esto conlleva un desarrollo más complejo de la inteligencia artificial que tenemos ahora. Sesgo, intención y necesidades —¿El volumen de información se puede tornar un problema? —No, el problema es la calidad, el sesgo que se puede producir y que las corporaciones lo dirijan según intencionalidades. —¿Se puede estar preparado frente a esto? —Es imposible. —¿Qué es lo más sutil que conocés? —La inducción a la necesidad, como la nueva plataforma de Temu y Shein que te impulsa a comprar. —Es tan antiguo como la propaganda y la publicidad. —Sí, pero está personalizada. Los algoritmos te conocen más que vos mismo así que pueden predecir lo que te gustará. —¿Un autor? —Santiago Bilinkis es un referente. —¿Algo tecnológico que te impacta? —Que se creó un reactor nuclear de tamaño residencial, como generador de energía. —¿Con qué te divertís? —Mi hobbie es la programación, así que cuando salgo de trabajar, sigo programando y para descansar veo videos de programación (risas). Puedo estar 28 horas programando. —¿Un sueño? —La tele transportación. Ya la hubo de partículas atómicas, pero estamos muy lejos. —¿Algún proyecto en desarrollo? —Estamos desarrollando un sistema de gestión para instituciones educativas y material con IA integrado. La escuela y el teléfono —¿En qué ámbito educativo trabajás? —Nivel medio, superior y en el Consejo de Educación. La primera escuela en la que trabajé fue el Colegio Nacional. —¿Cómo comenzaste tratándose de nativos digitales? —Los chicos de estas generaciones tienen el acceso al conocimiento que nosotros no teníamos y hay una sobreabundancia de información. Ese bombardeo constante hace que la accesibilidad esté a la palma de la mano pero también abruma. Hay un no respeto por los procesos, cuando nosotros los respetábamos. —¿En qué sentido? —Sabíamos que para aprender algo necesitábamos desarrollar ciertas habilidades y métodos. Creíamos en el tiempo mientras hoy sólo das un clic. Doy cursos de programación y los chicos cuando recién comienzan quieren hacer complejos sistemas y andar en bicicleta antes de aprender a caminar. Se transforma en una limitante y una complicación. Además es el conocimiento por cápsulas, ya que se toma lo que sirve, cuando nosotros leíamos todo un libro para entender algo. Hoy van puntualmente a lo que necesitan, selectivamente, lo cual también puede ser una ventaja. El tema es no delegarlo en la tecnología, porque lo perdemos. —¿Hay planes y docentes adaptados a esto? —Frente al cambio vertiginoso de la tecnología no se pueden rediseñar los diseños curriculares todos los años, pero se pueden pensar en competencias y brindar herramientas para el autoaprendizaje, porque mucho de lo que les servirá a futuro es auto aprender. Por ejemplo, en el desarrollo de software hay mucha tecnología que no se ve en la facultad, pero si desarrollás las competencias y habilidades para llegar al aprendizaje será más simple el camino. Falta formación docente y hay que repensarla, para que tenga más herramientas, porque la escuela es un sitio complejo por las distintas realidades. Hay que repensarla en el sentido de innovación entendida como transformación, donde el estudiante encuentre un espacio real de aprendizaje y no una transición en la cual durante seis años no le queda nada. En cuanto a la capacitación docente hay una oferta muy grande pero es muy pobre. —¿Qué falencias son estructurales? —En cuanto a la brecha tecnológica, al comienzo de mi trabajo en la docencia la infraestructura era escasa o nula. Daba informática y estuve en escuelas que ni siquiera tenían conexión a internet. Fue una limitante y un desafío, tanto para mí como docente como para los estudiantes. En cuanto al surgimiento del teléfono es un instrumento que no se aprovecha como recurso didáctico; entiendo por qué se prohíbe pero me parece que la escuela debiera tener más herramientas para gestionarlo. —¿Quién lo prohibió? —Algunas escuelas suspendieron el uso por la distracción y los conflictos surgidos con las redes sociales. —¿Tu posición? —El celular tiene que estar en el aula porque es un recurso fundamental, ya que no se puede pensar a ninguna persona sin él en cualquier ámbito laboral. Sacarlo de la escuela es generar un espacio educativo diferenciado de la vida real. Entiendo la complejidad de manejar la parte privada de las redes sociales y la falta de control, porque los moderadores son limitados. También es muy baja la edad en la cual los chicos tienen su celular y acceso a información inadecuada para ellos, que no está mediada ni legislada. Debiera regularse y las empresas responsabilizarse en cuanto al acceso. —¿Quién debe regular el uso del teléfono como recurso didáctico? —Debiera haber una legislación y protocolo nacional en el cual se brinden herramientas a los docentes para saber cómo intervenir. A veces la escuela está involucrada en un montón de cuestiones y sin recursos para gestionar. —¿Recomendás alguna plataforma para educación? —Tiene que ser un proceso de exploración de cada docente, para que le resulte amigable. Utilizamos mucho moodle.org, que es una especie de aula virtual que sirve de punto de encuentro con el estudiante. classroom.google.com es mucho más accesible y tiene recursos importantes. —¿Consejo para padres desorientados? —(Risas). Que el uso del teléfono sea en un espacio público, para monitorear el contenido, y la limitación del tiempo de exposición. —¿Qué efectos notás en este último aspecto? —Están toda la noche despiertos con la consola de juego y a la mañana en la escuela son zombis. Tienen alterado el ciclo de sueño y están cansados. “Hay que preparar a las personas para convivir con la IA” El especialista en inteligencia artificial señaló que ésta atraviesa todas las actividades de la vida humana y que la diferencia será entre quienes la integren y quienes no, razón por la cual el ámbito educativo resulta determinante para la nueva alfabetización digital. —¿Cómo observás a la docencia no especializada ante la problemática de gestionar el teléfono en el aula? —Trabajo en varios lugares así que veo distintas realidades: cada uno hace lo que puede; hay profesores que le sacan provecho al teléfono, otros que pasaron por ciertas circunstancias en las cuales fue complejo el desarrollo de una clase y no lo usan… Veo miedo porque el estudiante sepa más que el docente, cuando en realidad hay que aprender junto a ellos. Yo lo utilizo como recurso didáctico, tuve ciertas situaciones pero dejo bien en claro cuáles son las pautas de uso. Trabajo en la escuela del CAE y desde el área de Educación Digital fomentamos la formación y exploración de herramientas y experiencias para los docentes. —¿Tus claves? —Tratar de que no estén en las redes si no se necesita; moderar, en el sentido de estar atento, aunque te das vuelta y pasan cosas, y tratar de que no tengan tiempo de ocio porque están trabajando con aplicaciones para educación. —¿Hay un aprovechamiento eficiente de la IA en la producción y el comercio? —Llegó para quedarse y atraviesa todos los aspectos y actividades de la vida humana, por eso hay que preparar a las personas para convivir con eso. Habrá una diferencia entre las personas que sepan de IA y la integren en su proceso productivo y quienes no, que serán excluidos por improductivos. —¿Los nuevos analfabetos? —Así es. —¿O sea que la actual tragedia educativa se multiplicará? —Si se piensa en la integración efectiva de la IA en todos los procesos educativos no sufriremos tanto. Recién ahora se está tratando de integrar ChatGPT en la escuela. —¿Cómo abordás en la universidad el problema de quienes no saben leer ni comprenden? —En primer año e incluso en tercero hay lectura precaria, limitada en cuanto a vocabulario, consignas que no entienden y tampoco hay producción textual. Hay que reforzar el proceso de alfabetización en la primaria y secundaria, y entender que se aplicó un sistema que no funcionó.
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