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  • Lo que queda del PRO

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 10/08/2025 02:48

    Javier Milei en La Matanza Todo marcha de acuerdo al plan. Milei lo hizo. Quedó en el centro de la escena pretendiendo liderar de manera excluyente todo el universo no K. La foto con la que LLA abre la campaña en la provincia de Buenos Aires es puro contenido y trasciende ampliamente el lanzamiento de la contienda bonaerense. La gente, el lugar, los colores, el vestuario, todo está pensado para plantar un mensaje tan fuerte como provocador. La imagen es forma y fondo. Alta densidad comunicacional. No hay espacio para dobles interpretaciones. La Libertad Avanza se comió al PRO. Basta reparar en la colorimetría. Ni vestigios de amarillo, violeta intenso. El comisionado por Mauricio Macri para negociar los términos de la alianza en la Provincia, transiciona hacia el libertarianismo travestido con el outfit propuesto por los asesores de Milei. El resto de los numerantes suman un voluntariado ya conocido. Poco para agregar. “Milei le puso el clavo al PRO”, parafrasea Julio Cobos desde el más allá. Un rato antes de la inhumación de los restos del kirchnerismo, manda el cortejo macrista hacia su destino final. La alianza LLA se tiñe de violeta libertario. El PRO aparece en escena abducido, succionado por la fuerza centrifugadora del anarcocapitalista. Los dirigentes sustraídos del espacio amarillo se muestran, no obstante, exultantes. Fueron exorcizados de todo mal, lograron salir del infierno de la mediocridad, de la tibieza confortable del medio político para integrarse a las fuerzas celestiales del león libertario. La consigna de la cartelería se resignifica para aplicarla al kirchnerismo. Enoja la apropiación cultural de una expresión que remite a la voluntad de una generación que decidió cerrar el paso a la violencia, el autoritarismo y la usurpación del poder en cualquiera de sus formas. El título del informe de la Comisión Nacional de la Desaparición de Personas fue también la frase que selló en la memoria colectiva el alegato del Fiscal Strassera en el histórico Juicio a las Juntas. Duele la banalización, el manoseo de un recurso que unió a los argentinos de la recuperada democracia por fuera de cualquier grieta o polarización. El Nunca Más es arrastrado por la calles embarradas del conurbano para recordarnos el frustrante recorrido de la democracia que nos trajo hasta aquí. La molicie creativa de los que eligieron el sacrosanto Nunca Más como bandera de campaña simplifica una realidad compleja. “O estás de un lado o estás del otro”. Revive el “nosotros o ellos”. Cualquier reminiscencia a Laclau no es pura coincidencia. El titular del bloque PRO en Diputados respaldó el mensaje del presidente El lugar elegido para la selfie en cuestión remite a un campo de batalla. La tercera sección electoral es la última trinchera del kirchnerismo, el corazón todavía batiente del cristinismo, la zona más populosa y pobre de la Provincia. Allí la lucha es cuerpo a cuerpo y el oficialismo sabe que podría enfrentar una derrota. Un terreno baldío en La Matanza, en el asentamiento Las Achiras, nada más gráfico de la catástrofe que supo dejar el kirchnerismo. La presencia de Patricia Bullrich y de José Luis Espert, potenciales candidatos a encabezar las listas de senadores y diputados a nivel nacional, amplía el espectro del mensaje que irradia la icónica postal. Karina Milei se adelantó este jueves al horario de cierre de la presentación de alianzas con un posteo en su cuenta de X. “Junto al presidente del PRO, Mauricio Macri, nos pusimos de acuerdo para formar una alianza para competir en la ciudad de Buenos Aires el próximo 26 de octubre”. Siempre según Karina Milei: “La base de este acuerdo es el compromiso innegociable de nuestros representantes en el Congreso a la hora de defender el plan económico y dar la batalla cultural, cada vez que la historia lo requiera, hasta 2027”. Karina Milei y Martín Menem “Quieren una posición totalmente dominante”, había dicho el lunes Mauricio Macri. “Ayer tuvimos una buena primera reunión con Karina Milei”, declaró el mismísimo Macri el jueves. No hay registro fotográfico del momento. En su cuenta de X, el ex Presidente dijo: “Formamos una alianza electoral que creemos correcta para el momento y las circunstancias”. El comunicado de “el Jefe” elevado a X este jueves asegura que “la Alianza La Libertad Avanza es mucho más que un acuerdo electoral” porque confirma que “ningún interés personal ni político está por encima del compromiso con el futuro de los argentinos”. Considerando que el PRO de Macri no logró imponer ni nombre ni color al espacio y que en los distritos en que gane la alianza el mapa se teñirá de violeta, algunos ven en esto una capitulación politica de los amarillos. El cierre de la Alianza La Libertad Avanza dejó a mucha gente herida en su sensibilidad. Entre otros María Eugenia Vidal, quien renunció de antemano a la posibilidad de cualquier candidatura en el contexto de un acuerdo con la fuerza oficialista. Tampoco está claro si hubiera pasado el filtro de Karina Milei, quien ejerce con dureza la curaduría de las listas. La ex Gobernadora, que ejerció de jefa de campaña de Jorge Macri en la elección capitalina, decide apartarse sin dejar el PRO y retiene, hasta dónde se sabe, la presidencia de la Fundación Pensar, el think tank del partido que fundó Mauricio Macri. Son varios los dirigentes amarillos que empiezan a experimentar el fastidio de la incomodidad. Expresan no estar dispuestos a alinearse al 100% con los designios de Milei. Coinciden en considerar que el PRO no es igual a LLA, que no se reconocen como aliados absolutos y que reivindican la convivencia en la diversidad en la que dicen haber vivido cuando fueron gobierno. Muy críticos de la gestión mileísta, acompañan el rumbo económico pero demandan gestión. “Agarrá la pala además de la motosierra”. Un interlocutor de fuerte peso interno entre los amarillos asegura que el partido que fundó Mauricio Macri no está terminado y que pervivirá en una segunda generación preparada para mantener vivo el espíritu, la esencia de lo que supieron ser. Consultado acerca de qué pasará con los bloques cuando se integren los legisladores elegidos por la Alianza prefieren esperar a marzo para ver qué se decide. Una pregunta queda en el aire: ¿Qué llevó a Macri a una rendición que aparece como incondicional? ¿Fue la convicción de una profunda fe libertaria o la aceptación de que los números no alcanzan y que un paso al costado ayuda a preservar algo de la marca? Mauricio Macri “El PRO ha sido muy autodestructivo en los últimos meses”, arriesga alguién que lo vivió desde adentro. La decisión de Mauricio Macri de dar libertad de acción a su dirigencia para acordar sin preservar un rasgo identitario fue el principio del fin. En cualquier caso, los desencantados del PRO no parecen encontrar por el momento un lugar dónde ponerse. Consideran que en el mejor de los casos la composición parlamentaria después de octubre le permitirá al oficialismo eliminar la mayoría del PJ en el Senado de la Nación y conseguir garantizar un tercio de legisladores con capacidad de bloquear la insistencia en caso de veto. No es poco pero tampoco alcanza. Todos los renegados del macrismo saben que para construir la mayoría parlamentaria el oficialismo libertario va a tener que sentarse a negociar con los gobernadores y los opositores no kirchneristas. También en que hay espacio entre los votantes para una oferta que atraiga a ese 15 % de los porteños que votó al PRO en mayo en la Ciudad y que no están dispuestos a votar a LLA en octubre por más alianza que Macri integre con Milei. El kirchnerismo es un problema de demanda y la demanda de centro izquierda populista sigue teniendo 30 puntos. En cualquier caso se acepta que el Gobierno necesita polarizar, que la opción sea “pasta o pollo”. Se necesita emitir una señal clara a eventuales inversores de que no vuelven más. El clima de época es de polarización y parece imposible escapar de esa lógica. El “riesgo país” es un mal endémico y está atado a la tendencia pendular de la política argenta. Milei necesita en octubre un mapa postelectoral monocolor y la alianza con el macrismo vestido de violeta parece garantizar esa opción. Javier Milei dijo: “Voy a dejar de usar insultos a ver si están en condiciones de poder discutir ideas”. Si el Presidente asume este compromiso porque entiende que es una estrategia de comunicación que ya no le rinde o si lo hace a modo de desafío es, a esta altura, irrelevante. En cualquier caso se agradece. Es de esperar que al bajar el ruido que tanta violencia u obscenidad generan aparezcan de manera más nítidas las ideas que subyacen detrás de la irrefrenable catarata de ofensas y vulgaridades a la que nos tiene acostumbrados. En su discurso en la Fundación Faro, en un evento dedicado a recaudar fondos, Milei enmarca esta promesa en lo que se ha dado en llamar la “batalla cultural”. Una batalla que en las últimas semanas ha comenzado a hacer eje en el concepto “parásitos mentales”. Milei en la Fundación Faro El Presidente aclaró ante una audiencia que lo disfrutaba en tono celebratorio, que él no llama “parásitos” a las personas o colectivos a los que señala como el enemigo a vencer, sino que se refiere por estos maléficos organismos que le ocupan el cerebro de aquellos a los que señala como colonizados por las ideas de los que son refractarios al libertarianismo. De acuerdo a este modo de uso en la retórica mileísta, el concepto de “parásitos mentales” acuñado en el libro “El engaño populista” de Axel Kaiser, no es en sí mismo un insulto sino una suerte de diagnóstico que asocia un plexo de ideas con la enfermedad. Los que están colonizados por los susodichos parásitos padecen una infección, un daño que los afecta y del cual merecen ser tratados. La metáfora que instaló el pensador chileno, y, que el libertarianismo hizo propia, alude a una “pandemia” propagada por la izquierda que inocula ideas altamente contagiosas, afectando el comportamiento colectivo. El daño a erradicar. Fondo y forma convergen en este driver de la “batalla cultural”. La parasitosis denunciada por pensadores del mileísmo apunta a un conjunto de ideas que para el libertarianismo constituyen la esencia misma de lo que debe ser borrado. Según Kaiser, las personas que adoptan estas ideas sufren un “secuestro cognitivo” que limita su capacidad de razonar y los convierte en agentes de reproducción del discurso populista o totalitario. Los vectores según los que adhieren a esta teoría son las universidades, el sistema educativo y los medios de comunicación. Son estas instituciones aquí y en el resto del mundo las que viralizan estos parásitos mentales, debilitando la cultura liberal clásica, el pensamiento autónomo y los valores del mundo occidental. En la versión de Milei, los “enemigos de la libertad” (estatistas, kirchneristas, progresistas) ahora asimilados al Partido del Estado, están colonizados por ideas nocivas o sea por “parásitos mentales”. Es imperativo que el Presidente cumpla con su promesa y deje de humillar y degradar personas y grupos sociales por la vía del insulto y abra su mirada en orden a integrar a los que sin cuestionar el rumbo económico tienen diferencias. Apuntalar los profundos cambios que se necesita implementar demanda consensos que puedan consolidar y resistir el paso de los tiempos políticos que tarde o temprano lo sucederán.

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