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» Noticiasdel6
Fecha: 09/08/2025 21:15
La crisis golpea nuevamente a los productores de tomates de la región de Santa Lucía, en Corrientes. Meses atrás, muchos prefirieron tirar cajones enteros antes que venderlos a $3.000, mientras la importación desde Chile cubría la demanda interna y los precios locales se ubicaban muy por encima de otras provincias. En aquel momento, la caída en la superficie sembrada, el clima adverso, la presión de las importaciones y la falta de financiamiento habían generado el escenario crítico. Hoy, la situación es distinta, pero igual de preocupante. Una sobreoferta en el mercado interno desplomó los precios al punto de que el productor recibe por un cajón de 20 kilos lo mismo que un consumidor paga por un kilo en góndola. “En diciembre, lo mejor que se podía conseguir eran $4.000 por cajón de 18 kilos, menos de la décima parte de lo que cobra una verdulería”, señaló el productor Miguel Tomasella al diario Época. La explicación que dan en las verdulerías y mercados centrales es que la gran cantidad de tomates disponibles empuja los precios a la baja y que, además, se deterioran rápidamente. “Una de las quejas de los centros de distribución es que están muy maduros”, comentó Tomasella. El pequeño productor de tomates En este contexto, el productor es el eslabón más débil de la cadena, ya que los precios se fijan en los puestos de feria, el transporte y las cámaras frigoríficas, sin relación directa con los costos de producción. La falta de rentabilidad ya lleva a varios a considerar abandonar la actividad. Algunos planean repetir lo que hicieron en años anteriores: regalar la producción en la rotonda de acceso a Goya o venderla “al precio que quiera pagar la gente”. “No nos queda otra alternativa. La otra es tirarlos”, admitió uno de los horticultores. Tomasella advirtió que no se mide la gravedad del problema. “Si no trabajamos, no habrá más tomates para vender. Lo que hoy se desecha en las chacras podría mañana escasear en las góndolas y disparar los precios”, observó. El ánimo en la zona es bajo. “No sé si en mi caso particular seguiré cosechando. Para salvar la campaña necesito recibir unos $15.000 por cajón, cinco veces más que lo que me ofrecen hoy”, expresó el productor. Mientras tanto, la demanda mundial de tomates sigue firme. Según proyecciones internacionales, el mercado global, que en 2024 alcanzó las 164,68 millones de toneladas, crecería un 3,9% anual y llegaría a 232,84 millones de toneladas en 2034. En Argentina, el consumo per cápita ronda los 16 kilos anuales y la producción se distribuye entre provincias como Mendoza, San Juan, Salta, Jujuy y Buenos Aires, que cuenta con extensos cinturones hortícolas. (Canal 12 Misiones)
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