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» Diario Cordoba
Fecha: 09/08/2025 09:07
Hubo un tiempo en que los renos, una especie típica de los fríos bosques más meridionales del planeta, habitaron también en España. Además, llegaron a la Península antes de lo que se creía y su presencia pudo extenderse incluso a Andalucía. Estos hallazgos, que acaban de publicarse, obligan a reescribir la historia de esta especie, que llegó más al sur de lo que se creía. Un diente fosilizado recuperado en el yacimiento de Galería, en la Sierra de Atapuerca (Burgos), ha permitido confirmar que el reno (Rangifer) habitó esta zona de la Península Ibérica hace entre 243.000 y 300.000 años. Este diente constituye uno de los restos de reno más meridionales jamás encontrados en Eurasia y constituye el registro más antiguo de fauna glaciar en la Península Ibérica, según un estudio publicado en la revista Quaternary. Distribución geográfica del reno actual y fósil Rangifer tarandus en Eurasia (A) y la Península Ibérica (B) / Quaternary La presencia de especies adaptadas al frío, como el reno, en estas latitudes indica que el clima en aquella época era glacial. El fósil se descubrió en la unidad GIIIa de Galería, en la misma capa en que apareció un fragmento craneal humano y numerosos artefactos líticos, lo que confirma que esta especie coexistió con las primeras poblaciones humanas. Llegó antes de lo que se creía Hasta ahora, la presencia de renos en la Península databa de hace unos 190.000 años, con registros en cuevas del norte peninsular como Mollet o El Castillo. Por tanto, el ejemplar de Atapuerca adelanta al menos en 100.000 años esta llegada y reescribe la forma y el momento en que se extendieron las faunas glaciares hacia el sur de Europa. Restos fósiles recuperados en Atapuerca / Quaternary Este descubrimiento, realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), demuestran que la fauna glaciar se extendió hasta la Península Ibérica. Este territorio, al igual que otras penínsulas del sur de Europa, sirvió de refugio para especies no adaptadas a climas fríos. Un ejemplar de reno europeo en su medio natural / Agencias «Este fósil ayuda a refinar la datación de los niveles estratigráficos del yacimiento, pero también proporciona evidencia de la intensidad de los periodos glaciares que afectaron a los habitantes de la Península durante el Pleistoceno», explica Jan van der Made, investigador del MNCN-CSIC. «La presencia de este reno en tal latitud indica que el frío extremo pudo haber afectado a la fauna ibérica antes y con mayor gravedad de lo que se creía», añade. Hasta Madrid e incluso Granada Las glaciaciones más recientes expandieron el alcance del ecosistema conocido como «estepa del Mamut», que albergó no solo a estos grandes proboscídeos, sino también a rinocerontes lanudos y renos. Algunas de estas especies llegaron tan al sur como Madrid e incluso Granada, muy por debajo de la latitud de Atapuerca. «Este trabajo pone de relieve la importancia de estudiar los patrones biogeográficos de la fauna glaciar, lo que nos permitirá comprender mejor la capacidad de adaptación de las poblaciones humanas durante el Pleistoceno Medio, hace aproximadamente entre 125.000 y 800.000 años», concluye Ignacio Aguilar Lazagabaster, investigador del CENIEH.
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