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  • El conmovedor abrazo de Julieta Prandi con su hermana: “Lograron alejarnos un tiempo, pero hoy estamos acá”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 08/08/2025 12:31

    Julieta Prandi con su hermana en Tribunales de Campana (Desayuno Americano - América) El aire denso en las afueras de los Tribunales de Campana parece cortar la respiración. “Esperemos que todo salga bien y por fin se haga Justicia”, expresa Natalia, la hermana de Julieta Prandi, al ingresar a la audiencia donde el exmarido de la modelo se encuentra imputado. Los micrófonos apuntan, la tensión crece. “¿Esperás alguna pena en particular?”, le preguntaron y su respuesta no dejó lugar a equívocos: “La peor”. El rostro de Natalia muestra agotamiento, ira y una serenidad cansada. “¿Cómo definirías a Contardi?”, insistió otro periodista en referencia a su excuñado. Ella no titubeó: “Una mierda”. En diálogo con Pamela David para Desayuno Americano, la hermana de la modelo apenas pudo expresarse: “Espero la más alta de las condenas y ojalá nunca más salga y nunca más haga mal a nadie, hubo mucho dolor”. Cada expresión suya vibró cargada de emociones: miedo, coraje, una esperanza mínima, travestida de defensa. “Son muchas emociones juntas, pero con la esperanza de que por fin esto al menos pase”. Natalia contó cómo atraviesa este momento: “Yo llegué hace dos días al país, vivo en Chile, pero estamos juntos, muy unidos, y que por fin las cosas salgan bien”. Relató cómo, pese a los cuidados, los chicos se enteraron de casi todo: “Tratamos de no mostrarles todo a los chicos, pero es inevitable, salió mucho en la prensa y son cosas que se van enterando, y que tal vez quisiera que no pasara”. Su testimonio sobre lo vivido con Contardi es casi una confidencia: “No tenía relación con él, desde que comenzó la relación con mi hermana trató de separarnos a todos”. El murmullo se interrumpe bruscamente. Julieta Prandi llegó con el rostro tenso, la mirada fija. Se fundió en un abrazo con su hermana. El instante es íntimo, capturado por decenas de ojos y cámaras. “Estoy con mis seres queridos, son mi fuerza, estoy con toda mi familia, amigas, abogados... ya está, en el tramo final”, reveló con la voz contenida. Allí mismo, sostuvo: “Espero una pena ejemplar, que esté en prisión, privado de su libertad como yo lo estuve”. Julieta Prandi dio detalles del calvario que vivió por parte de su expareja (Lape Club Social. América) Lo dijo con firmeza y lo repitió como si hubiera dudas: “Quiero medidas de seguridad extremas para mí y mi familia, y hoy las voy a pedir y lo voy a recalcar, porque si a mí me pasa algo, yo sé perfectamente responsabilidad de quién es”. El miedo no la inmoviliza, pero la marca. Habló del juicio, pero también de su matrimonio. “No es solo el delito que hoy se está juzgando, son muchos otros delitos de los que yo soy víctima en estos años de matrimonio. Él ya no tiene más nada que perder, es absolutamente capaz de cualquier cosa, cualquier cosa me puede pasar y no necesita mancharse las manos, tiene muchísima gente muy oscura a su alrededor”. La unión con su gente emerge apenas como refugio: “Nos lograron alejar por un tiempo, pero ahora estamos acá”. Cada palabra, un ancla salvadora. La búsqueda de justicia personal es también un grito social: “Una condena me traería paz, alivio, es sentir que los hechos tienen consecuencias. En este país hay que aprender que los delitos tienen consecuencia, si no, lo que permitimos se repite, siempre”. Su testimonio revela la extenuación de años de espera, de pericias y maltratos, de un costo económico que parece infinito. “Las mujeres no se animan a pedir Justicia porque saben el calvario que es, yo hace cinco años que estoy intentando llegar al juicio”, compartió. Julieta eligió cerrar el círculo, romper con el pasado de violencia: “No voy a escuchar las palabras de Contardi, no lo voy a ver ni escuchar nunca más”. La voz de Natalia retumbó de nuevo con indignación. Y con miedo. “Pedimos la prisión preventiva y no se la dieron, solo el impedimento de contacto a trescientos metros. Me da miedo, es un tipo que es capaz de todo”. Después, el ingreso de las hermanas a los tribunales. Y el deseo de que esta pesadilla termine para siempre.

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