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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/08/2025 10:32
Arrojan un objeto sexual en un partido de básquet femenino En las últimas semanas, la WNBA se ha visto sacudida por un fenómeno que trasciende el ámbito deportivo. Según informó USA Today, un grupo de personas involucradas en las transacciones de las criptomonedas, bautizados por la prensa norteamericana como “criptobros”, ha protagonizado una serie de episodios en los que arrojan juguetes sexuales a las jugadoras durante partidos oficiales. Lejos de tratarse de simple “humor” o una broma de mal gusto, especialistas y referentes del deporte advierten que se trata de una campaña coordinada que busca denigrar y amedrentar a las mujeres que integran la liga profesional de básquet de Estados Unidos. Entre el 29 de julio y el inicio de agosto, en al menos seis partidos jugados en cinco ciudades distintas de Estados Unidos, se registraron estos ataques. La frecuencia y la distribución geográfica ponen en evidencia que no se trata de hechos aislados, algo que el mencionado medio remarca en su análisis. Además, la situación implica un riesgo concreto para las jugadoras. Un juguete arrojado a la pista puede provocar una caída, e incluso una lesión grave como la rotura del ligamento, una fractura o una conmoción cerebral. Pese a ello, el peligro físico no parece despertar la empatía de los autores, que han hecho de la provocación pública y la humillación un método de ataque. Los responsables de esta acción se atribuyen abiertamente como miembros de la comunidad de Green Dildo Coin, una criptomoneda meme. En declaraciones a USA Today, un portavoz del grupo aseguró que las intenciones no son desprestigiar a la WNBA ni atacar a sus jugadoras. Según ellos, el objetivo es perpetuar una cultura de bromas, juegos y artimañas. Sin embargo, el propio vocero reconoció que piensan hacer próximas acciones “más ligeras y elegantes”, subestimando la gravedad de lo realizado hasta el momento. Dos personas han sido arrestadas bajo múltiples cargos por presuntamente lanzar los objetos, aunque los supuestos autores intelectuales de estos ataques eligieron permanecer en el anonimato para hablar con el medio en cuestión. La moneda meme nació como una “forma de protesta” contra lo que “describen como un entorno “tóxico” en el mundo de las criptomonedas", según detalló el periodista Meghan L. Hall, quien accedió a mensajes que muestran que hubo una acción coordinada para realizar esto. “No hicimos esto porque no nos gusten los deportes femeninos o porque algunas de las narrativas que están de moda ahora mismo sean ridículas”, expresó el portavoz del grupo. Para expertas como Cheryl Cooky, profesora de la Universidad de Purdue y especialista en género, deporte y cultura, lo que sucede excede por mucho el registro del chiste. “Es un recordatorio aleccionador del poder de la misoginia y la omnipresencia de la misoginia y la homofobia en nuestra cultura”, declaró. Para Cooky, los ataques representan un símbolo de que, pese al reciente auge de popularidad del deporte femenino y al aumento de mujeres en estadios, la lucha por la igualdad y el respeto dista de haber terminado. “La lucha aún no ha terminado”, remarcó la especialista. “Es ridículo, es una tontería, es una estupidez”, dijo la entrenadora de Los Angeles Sparks, Lynne Roberts, tras uno de los partidos que padeció de estas intervenciones. El mensaje de Sophie Cunningham, jugadora de Indiana Fever: "Dejen de tirar consoladores a la cancha… van a lastimar a alguna de nosotras" El contexto en el que tuvieron lugar estos incidentes no es casual. La WNBA viene experimentando un crecimiento en audiencia y repercusión mediática, alcanzando niveles cercanos a los históricos de ligas masculinas. Tras el primer incidente de esta clase, Sophie Cunningham, base de los Fever, hizo expresiones públicas en su podcast y afirmó, según recogió Fox News: “Sé cómo se viralizan las cosas ahora, y sé que si algo así me diera un golpe en la cara, sería recordado de por vida. Y sí, podría romperme la nariz”. En la columna de opinión firmada por Nancy Armour en el USA Today, bajo el título “Los Criptobros inmaduros no entienden que lanzar juguetes sexuales a las jugadoras de la WNBA no es una diversión inofensiva”, se destaca que ese avance social provoca en ciertos sectores una reacción negativa y violenta, destinada a recordar que el dominio del ámbito deportivo sigue siendo “un santuario masculino” para los agresores. “La exhibición de objetos sexuales intenta mostrar la dominación masculina. Porque el deporte femenino es la esencia del poder femenino en nuestro país”, explicó Ajhanai Keaton, profesora adjunta de Gestión Deportiva en la Universidad de Massachusetts y especialista en género y deportes. El impacto de los ataques no es menor si se considera la composición de la liga. La WNBA cuenta con una importante presencia de jugadoras queer y mujeres de color. Arrojar juguetes sexuales de manera reiterada en partidos femeninos cobra, en este contexto, un significado distinto a la tradicional “broma” en eventos masculinos. El grupo detrás de Green Dildo Coin, sin embargo, trata de equiparar conductas y menciona que lanzar objetos al campo es habitual en otros deportes. El matiz y la carga simbólica, señalan expertas, demuestran lo contrario. El diario norteamericano también asegura que hay un trasfondo social en este tipo de agresiones. Cada vez que el deporte femenino da pasos sustentables hacia la igualdad y la visibilidad, surgen nuevas formas de violencia simbólica y acoso. En uno de sus artículos recuerdan, por ejemplo, que el fútbol femenino estuvo prohibido en Inglaterra durante medio siglo por temor a que socavara al fútbol masculino y que muchas atletas han sido objeto de pruebas de género y especulaciones infundadas sobre su salud reproductiva, ante el crecimiento de la presencia femenina en competencias históricamente masculinas. “Si bien existe una narrativa cultural sobre el auge del deporte femenino, también existe una reacción muy fuerte que se corresponde con esa celebración, el auge del interés y la explosión de popularidad”, advirtió Cooky. “Ambas cosas van de la mano, y no es casualidad”. Los espectadores arrojaron un juguete sexual al rectángulo de juego y golpearon a la basquetbolista de Indiana Fever Sophie Cunningham
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